TURISMO

Las 7 mejores rutas de montaña por Asturias: senderismo por Picos de Europa, ruta del Cares…

Asturias es un verdadero paraíso natural con enclaves únicos: imponentes montañas, bosques centenarios y playas entre acantilados que merecen una visita pausada.

Historia, geología, bosques y paisajes se unen en esta ruta para hacernos disfrutar con los cinco sentidos. Una ruta para ver el paisaje de la llanura, hacia Nava, Siero y Sariego; escuchar el rumor continuo del río cuando nos acercamos a él; sentir el olor del suelo mojado, acariciar los troncos de los árboles y el musgo que los cubre, y sentarnos a degustar un buen bocadillo en el interior del bosque. La historia la ponen el palacio y torre medieval que fuera de los Álvarez de las Asturias (donde cuenta la tradición que nació doña Jimena, esposa del Cid Campeador), y la geología nos regala, excavada por el río, la garganta del Pendón, como un Cares en pequeño. Diez kilómetros de una ruta circular en la que podremos ver ciervos en las laderas más escarpadas. Al discurrir al lado de un fuerte barranco, no es una ruta recomendada para ir con niños muy pequeños, y mucho menos con carritos.
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Foces del río Pendón

Historia, geología, bosques y paisajes se unen en esta ruta para hacernos disfrutar con los cinco sentidos. Una ruta para ver el paisaje de la llanura, hacia Nava, Siero y Sariego; escuchar el rumor continuo del río cuando nos acercamos a él; sentir el olor del suelo mojado, acariciar los troncos de los árboles y el musgo que los cubre, y sentarnos a degustar un buen bocadillo en el interior del bosque. La historia la ponen el palacio y torre medieval que fuera de los Álvarez de las Asturias (donde cuenta la tradición que nació doña Jimena, esposa del Cid Campeador), y la geología nos regala, excavada por el río, la garganta del Pendón, como un Cares en pequeño. Diez kilómetros de una ruta circular en la que podremos ver ciervos en las laderas más escarpadas. Al discurrir al lado de un fuerte barranco, no es una ruta recomendada para ir con niños muy pequeños, y mucho menos con carritos.

Turismo de Asturias
Una de las rutas más conocidas de Asturias, y no es para menos. Este desfiladero abierto en la roca por el arroyo de Las Xanas es un espectáculo para la vista y para la cámara. Comienza en el área recreativa del Molín de Las Xanas, cerca del pueblo de Villanueva, donde encontramos un aparcamiento en el que podemos dejar nuestro coche. Cuando llevamos caminados unos 2 kilómetros, aproximadamente, el entorno cambia por completo y el sendero se adentra en un bosque, donde ya podemos ver las aguas del arroyo de Las Xanas. Llevaremos caminados 3,8 kilómetros cuando ya salimos del bosque y llegamos a un claro; ya estamos casi al final de nuestra ruta. A los pocos metros, justo enfrente, se encuentra Pedroveya, con su hermosa iglesia de San Antonio.
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Ruta de las Xanas

Una de las rutas más conocidas de Asturias, y no es para menos. Este desfiladero abierto en la roca por el arroyo de Las Xanas es un espectáculo para la vista y para la cámara. Comienza en el área recreativa del Molín de Las Xanas, cerca del pueblo de Villanueva, donde encontramos un aparcamiento en el que podemos dejar nuestro coche. Cuando llevamos caminados unos 2 kilómetros, aproximadamente, el entorno cambia por completo y el sendero se adentra en un bosque, donde ya podemos ver las aguas del arroyo de Las Xanas. Llevaremos caminados 3,8 kilómetros cuando ya salimos del bosque y llegamos a un claro; ya estamos casi al final de nuestra ruta. A los pocos metros, justo enfrente, se encuentra Pedroveya, con su hermosa iglesia de San Antonio.

Turismo de Asturias
Esta inigualable y famosa ruta comienza en el pueblo de Poncebos, entrando en dirección Sudeste. Conocida como la Garganta Divina, la ruta del Cares nos empequeñece, nos fascina, nos abruma con sus paisajes de roca, sus árboles en lugares imposibles, sus riscos casi inaccesibles, la profundidad del valle excavado por las verdes y cristalinas aguas del río Cares, bajo la atenta mirada del Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes), que con suerte veremos al comienzo de la ruta, en la zona de Poncebos. Merece la pena realizar la ruta, de unos 20 kilomtros (ida y vuelta) a paso tranquilo, parando de vez en cuando para disfrutar de la grandiosidad de este paisaje único. No obstante, el Cares nos obliga a extremar las precauciones, a estar pendientes de las posibles piedras que caen, así como al hecho de estar caminando al borde de un precipicio de manera continua sin barandilla.
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Ruta del Cares

Esta inigualable y famosa ruta comienza en el pueblo de Poncebos, entrando en dirección Sudeste. Conocida como la Garganta Divina, la ruta del Cares nos empequeñece, nos fascina, nos abruma con sus paisajes de roca, sus árboles en lugares imposibles, sus riscos casi inaccesibles, la profundidad del valle excavado por las verdes y cristalinas aguas del río Cares, bajo la atenta mirada del Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes), que con suerte veremos al comienzo de la ruta, en la zona de Poncebos. Merece la pena realizar la ruta, de unos 20 kilomtros (ida y vuelta) a paso tranquilo, parando de vez en cuando para disfrutar de la grandiosidad de este paisaje único. No obstante, el Cares nos obliga a extremar las precauciones, a estar pendientes de las posibles piedras que caen, así como al hecho de estar caminando al borde de un precipicio de manera continua sin barandilla.

Turismo de Asturias
El agua, fuente de vida, nos llama poderosamente la atención, nos atrae, y más cuando por la climatología o por la orografía nos muestra toda su fuerza y poder y se convierte en belleza. Esto es lo que nos enseñan las cascadas de Oneta, al menos dos de las tres existentes. Desde el pueblo de Oneta, y en un brevísimo paseo por tierras de prados de poco más de un kilómetro, llegaremos a la parte alta de la primera, donde el río ha excavado en la roca un canal en el que se cuela hasta llegar al borde del precipicio, por donde se lanza abajo. Dando un pequeño rodeo podemos ver la cola, de unos veinte metros de altura, blanca, estruendosa, bella, en medio del bosque. Poco más abajo, un antiguo molino. Seguimos caminando y llegamos a la segunda, aún más recogida si cabe, algo más abierta, metida entre más vegetación e igualmente bella. Entremedias, un paseo por el interior del bosque, donde en primavera destacan los diferentes narcisos que llenan de amarillo el paseo.
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Ruta de las Cascadas de Oneta

El agua, fuente de vida, nos llama poderosamente la atención, nos atrae, y más cuando por la climatología o por la orografía nos muestra toda su fuerza y poder y se convierte en belleza. Esto es lo que nos enseñan las cascadas de Oneta, al menos dos de las tres existentes. Desde el pueblo de Oneta, y en un brevísimo paseo por tierras de prados de poco más de un kilómetro, llegaremos a la parte alta de la primera, donde el río ha excavado en la roca un canal en el que se cuela hasta llegar al borde del precipicio, por donde se lanza abajo. Dando un pequeño rodeo podemos ver la cola, de unos veinte metros de altura, blanca, estruendosa, bella, en medio del bosque. Poco más abajo, un antiguo molino. Seguimos caminando y llegamos a la segunda, aún más recogida si cabe, algo más abierta, metida entre más vegetación e igualmente bella. Entremedias, un paseo por el interior del bosque, donde en primavera destacan los diferentes narcisos que llenan de amarillo el paseo.

Turismo de Asturias
Al lado de Gijón/Xixón, apenas a diez minutos de la ciudad, encontramos esta ruta, tanto para recorrer a pie como en bicicleta. Si la hacemos de bajada es un cómodo descenso, de poco más de 5,5 kilómetros, entre bosques de robles, sauces, saúcos o boneteros y de bosque de ribera en la zona baja. Una ruta donde escapar del rigor del verano y en la que fijarnos en las huellas de jabalís, zorros, corzos y tejones, que son especies habituales en la zona, así como innumerables aves. Y todo ello camino del mar, para disfrutar en la playa de la Ñora de la duna, protegida y que va mejorando en los últimos años, y del afloramiento de rocas jurásicas que lleva el nombre de la misma playa, "Formación la Ñora". El río será nuestro guía durante gran parte de los 5 km de recorrido.
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Ruta de la Ñora

Al lado de Gijón/Xixón, apenas a diez minutos de la ciudad, encontramos esta ruta, tanto para recorrer a pie como en bicicleta. Si la hacemos de bajada es un cómodo descenso, de poco más de 5,5 kilómetros, entre bosques de robles, sauces, saúcos o boneteros y de bosque de ribera en la zona baja. Una ruta donde escapar del rigor del verano y en la que fijarnos en las huellas de jabalís, zorros, corzos y tejones, que son especies habituales en la zona, así como innumerables aves. Y todo ello camino del mar, para disfrutar en la playa de la Ñora de la duna, protegida y que va mejorando en los últimos años, y del afloramiento de rocas jurásicas que lleva el nombre de la misma playa, "Formación la Ñora". El río será nuestro guía durante gran parte de los 5 km de recorrido.

Turismo de Asturias
Paisaje y más paisaje es lo que nos ofrece la subida a las capillas del Monsacro desde Morcín, de unos 5 kilómtreos de distancia. Dejando atrás La Collá, comenzamos a subir entre enormes castaños y nos sumergimos durante unos cientos de metros en este paisaje forestal que poco a poco va cambiando hacia otro un poco más abierto de matorral alto y de aquí a un monte bajo. El ascenso es continuo y a cada paso el horizonte se va abriendo, el panorama se amplía y con él el paisaje sonoro, en el que se mezclan lo rural y lo urbano. Cada vez vemos más: Oviedo, Siero, Gijón, el Sueve, los Picos de Europa…, cada vez más allá y, de repente, dejamos de subir y retrocedemos varios siglos en el tiempo. La presencia de las capillas nos lleva a la época en la que aquí se guardaban las reliquias de la Cámara Santa; a un lugar en el que los buitres, las chovas y los mirlos son los únicos que se atreven a perturbar la paz y el sosiego.
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Capillas del Monsacro

Paisaje y más paisaje es lo que nos ofrece la subida a las capillas del Monsacro desde Morcín, de unos 5 kilómtreos de distancia. Dejando atrás La Collá, comenzamos a subir entre enormes castaños y nos sumergimos durante unos cientos de metros en este paisaje forestal que poco a poco va cambiando hacia otro un poco más abierto de matorral alto y de aquí a un monte bajo. El ascenso es continuo y a cada paso el horizonte se va abriendo, el panorama se amplía y con él el paisaje sonoro, en el que se mezclan lo rural y lo urbano. Cada vez vemos más: Oviedo, Siero, Gijón, el Sueve, los Picos de Europa…, cada vez más allá y, de repente, dejamos de subir y retrocedemos varios siglos en el tiempo. La presencia de las capillas nos lleva a la época en la que aquí se guardaban las reliquias de la Cámara Santa; a un lugar en el que los buitres, las chovas y los mirlos son los únicos que se atreven a perturbar la paz y el sosiego.

Turismo de Asturias
Se trata de una magnífica vía de tren minero reconvertida en senda verde que discurre entre los concejos de Proaza, Teverga, Quirós y Santo Adriano. Así pues, puede recorrerse a pie o en bicicleta.  La senda parte del área de descanso de Tuñón y tiene forma de ‘Y’ por los que cuenta con dos opciones de 30 km. para realizar el recorrido, Tuñón-Cueva Huerta (Teverga) y Tuñón- Ricao (Quirós). Es una senda peatonal, de baja dificultad y bien señalizada, cuyo mayor aliciente es ver a las osas que se encuentran en el cercado a mitad de camino, aunque la Senda del Oso es mucho más.
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La Senda del Oso

Se trata de una magnífica vía de tren minero reconvertida en senda verde que discurre entre los concejos de Proaza, Teverga, Quirós y Santo Adriano. Así pues, puede recorrerse a pie o en bicicleta. La senda parte del área de descanso de Tuñón y tiene forma de ‘Y’ por los que cuenta con dos opciones de 30 km. para realizar el recorrido, Tuñón-Cueva Huerta (Teverga) y Tuñón- Ricao (Quirós). Es una senda peatonal, de baja dificultad y bien señalizada, cuyo mayor aliciente es ver a las osas que se encuentran en el cercado a mitad de camino, aunque la Senda del Oso es mucho más.

Gonzalo Azumendi