MÚSICA

El bebé del álbum de 'Nevermind' de Nirvana, frustrado: 30 años después todos son ricos menos él

Se acaba de producir el 30 aniversario del lanzamiento del disco, y Spencer Elden sigue resentido por ser la imagen de la portada, como ha apuntado El País.

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Imagen de Spencer Elden, el bebé que protagonizó la portada de 'Nevermind', de Nirvana.

Este 24 de mayo no ha sido un día cualquiera, y menos para los amantes de la música, y es que hace 30 años salió a la luz uno de los álbumes más célebres que se recuerdan, el de 'Nevermind' de Nirvana, donde aparecía un bebé desnudo en una piscina, junto a un billete de un dólar sujetado por un anzuelo. Una portada que ha formado parte de la historia musical.

Aquel niño es Spencer Elden, que hace ya seis años reveló a The Guardian que "es extraño formar parte de una imagen tan icónica culturalmente porque, realmente, no tuve nada que ver con ella. Mi madre tiene una historia loca. Dice que, cuando era joven, tuvo una especie de visión de que su bebé iba a estar en todas partes".

Algo que se ha cumplido gracias a la banda extinta de Nirvana, quienes han vendido más de 30 millones de copias desde su lanzamiento, siendo visible su rostro en millones de lugares de todo el mundo. Y es que tal y como ha recogido el diario El País, el estadounidense no se siente cómodo al ver lo mucho que crecieron las cuentas de los integrantes del grupo, y no la suya al aparecer en una portada tan icónica.

Tanto la banda, como Robert Fisher, el director de arte de la discografía Geffen Records, plantearon que su portada de 'Nevermind' debía romper con lo establecido, siendo más explicita. "Kurt Cobain quería un bebé que estuviera naciendo bajo el agua. En aquella época, antes de que existiera internet, había que ir a la librería local y revisar los libros de partos para encontrar fotos. De modo que es lo que hice... pero no había forma hacer una portada con ello. Todas eran demasiado explícitas para usarlas", señaló Robert Fisher.

Fue entonces cuando al cantante de la banda se le ocurrió añadir un anzuelo a la escena, a lo que añadieron más tarde la idea de incluir un billete de un dólar. Ello, acompañado del fotógrado Kirk Weddle, todo comenzó a dar forma, aunque fantaba claramente el bebé. El fotógrafo señaló además que había cobrado en una sesión de apenas cinco minutos la cantidad de 1.000 dólares -en torno a 820 euros- en el centro acuático de Pasadena.

"Acabaron eligiéndome a mí. Y creo que se debió a mi pene: muchos de los otros bebés eran niñas. Me alegro de que no fuera para algo como un álbum de los Backstreet Boys. Mis padres sabían quiénes eran Nirvana, pero no estaban muy interesados en la escena grunge. A mi padre, Rick -trabajaba como artista de efectos especiales en Hollywood-, le llamó su amigo Kirk y le dijo: 'Quieres ganar algo de dinero hoy y tirar a tu hijo a la piscina?'. Mis padres me llevaron allí, al parecer me soplaron en la cara para estimular mi reflejo de inmersión -que hace que los bebés cierren la glotis en el agua-, me sumergieron, me hicieron algunas fotos y me sacaron. Eso fue todo. Les pagaron 200 dólres y se fueron a comer tacos después", confesó a The Guardian en 2015.

Del orgullo a la frustración en unos años

Al principio, Spencer Elden, conocido como Nirvana Baby, se sentía orgulloso de ser la imagen de la portada de 'Nevermind', llegando a taturarse el logo en el pecho. El joven abandonó los estudios un año antes de graduarse en el instituto, y gracias a los ánimos de sus padres, ingresó en una escuela militar, donde duró poco tiempo, queriendo dedicarse al mundo del arte.

La primera oportunidad le llegó gracias Shepard Fairey, el diseñador gráfico que estaba detrás del cartel 'Hope', el cual utilizó Barack Obama en su campaña presidencial por Estados Unidos. En la actualidad, Spencer se dedica profesionalmetne al arte urbano, viviendo aun en Los Ángeles.

Y, con el paso del tiempo, su opinión sobre su aparición en la portada del álbum de Nirvana se tornó, pues en el año 2016 reveló a la revista Time su frustración: "Cuando voy a un partido de béisbol suelo pensar: 'Tío, probablemente todos en el estadio me han visto desnudo siendo un bebé'. Siento que pasaron por encima de mis derechos como persona". Además, no le ha sentado bien que ni Dave Grohl, ni Krist Novoselic, los supervivientes de la banda, se hayan puesto en contacto con él.

Otro aspecto clave de su frustración es el acuerdo financiero, y es que desde 1991 no ha percibido nada de dinero por derechos de imagen. "Todos los que participaron en el disco tienen toneladas y toneladas de dinero. Me siento como si fuera lo último del grunge. Vivo en casa de mi madre y conduzco un Honda Civic. Es difícil no enfadarse cuando oyes la cantidad de dinero que había en juego", apuntó a Time.

Por otro lado, también cabe destacar que estuvo meditando la posibilidad de emprender acciones legales contra Geffen Records, aunque terminó cediendo debido a que pensaba que era una guerra perdida.