Alcaraz, en AS: “Me felicitó Will Smith. A lo que hemos llegado...”
El campeón de Wimbledon habla con este periódico en la casa cercana al All England Club en la que se ha hospedado. “Tengo claro de lo que soy capaz”, asegura.
Sonriente y muy entero, teniendo en cuenta la paliza que se había dado el día anterior en la final de Wimbledon para ganar, nada más y nada menos, que a Novak Djokovic, Carlos Alcaraz recibe a los medios españoles acreditados en el torneo británico en la casa cercana al All England Club donde ha descansado durante dos semanas y media inolvidables. Saluda con un abrazo y agradece las enhorabuenas antes de iniciar una ronda de charlas con los periodistas, a quienes su padre y su agente ofrecen zumo, café y bollos. Llega el turno de AS. “¿Dónde quieres que me ponga?”, pregunta con naturalidad. Junto a él, el dorado trofeo de campeón, segundo suyo de Grand Slam. Ha hecho historia, pero no se le sube a la cabeza. Tampoco a su hermano pequeño, Jaime, que juega al baloncesto con mucho entusiasmo en el patio y sigue los pasos de Charly, con la idea de ser también tenista profesional. En ese ambiente, el murciano de 20 años habla sobre lo que ha conseguido y acerca de su brillante futuro.
Estos días, está escuchando y escuchará mucho la palabra grande. Lo grande que es esto que ha conseguido, lo grande que es usted, directamente. ¿Cómo lo lleva?
Bueno, intentamos asimilarlo de la mejor manera posible, que no nos afecte mucho para los siguientes objetivos, para seguir el camino que estamos llevando. Obviamente, es una gran alegría, un gran triunfo, un sueño hecho realidad. Poder decir que he podido cumplir mi sueño son palabras mayores, pero tengo claro que esta satisfacción va a durar un tiempo y luego ya tendremos que estar enfocados en lo que viene.
“¿Un tatuaje? Una fresa no puede quedar mal”
El otro día, me decía que ya no le sorprende todo lo que está consiguiendo, pero he visto que ha subido a Twitter una publicación comparando una foto de su niñez, jugando, con su foto sosteniendo el trofeo. Tras la victoria, igual sí es un poco increíble ver, de repente, dónde estaba y dónde está.
Sí. Obviamente, si a ese chico de esa foto que he puesto en Twitter le dicen que ahora mismo iba a estar con dos Grand Slams ganándole a Djokovic en una final de Wimbledon, haciendo historia, te digo, le hubiera dicho: ‘Este tío está loco, este tío no tiene razón’. Poco a poco. Conforme han ido pasando los años, cada vez he ido teniendo más claro lo que quería ser, qué camino quería seguir. Ya años atrás, junto con mi equipo, por el trabajo que hemos estado haciendo, por el nivel al que he estado jugando, por cómo he ido creciendo, cada vez me he ido sorprendiendo menos de lo que he ido consiguiendo, porque tengo claro de lo que soy capaz, tengo claros mis objetivos, mis habilidades y la verdad que poco a poco me he ido creyendo lo que he estado consiguiendo.
No le pido un número de Grand Slams, pero, viendo lo que ha hecho aquí en Wimbledon, que es lo más difícil, ¿hasta dónde cree que puede llegar en el tenis?
Hasta donde mi cuerpo, mi nivel de tenis y mi nivel mental den. Y ojalá que sean muchos años. No lo sé, no quiero hablar de números, de hasta dónde podré llegar. Sólo quiero decir que voy a ir a ganar el siguiente Grand Slam, eso sí que lo tengo claro y, como es dentro de unos meses, tengo claro que quiero hacerlo, que voy a ir a por ello y me siento capaz de conseguirlo. Y con todos los respetos a Novak (Djokovic) y a Rafa (Nadal).
¿Cree que lo que ha hecho puede suponer un cambio de ciclo, una nueva era en el tenis? ¿Por donde lo ha hecho y contra quién lo ha hecho?
No lo creo, porque, al final, Rafa sigue ahí, Novak sigue ahí. Han estado dominando el circuito durante 20 años, prácticamente. Al final, mientras ellos sigan jugando... Mira lo que ha conseguido Novak. Ha ganado Australia, ha ganado Roland Garros. Aquí he podido vencerle, pero ha sido en una batalla épica para mí, o sea que de momento no pienso en un cambio, en que vaya a cambiar ese ciclo. Lo he dicho, en unos años ya hablaremos de este tema, pero incluso en unos años habrán surgido nuevos jugadores que se habrán consolidado y habrán ganado en Slam, pero, mientras estén Rafa y Djokovic, ese cambio o ese debate se tiene que esperar.
“Con Djokovic y Nadal, el cambio de ciclo debe esperar. Han estado dominando 20 años”
En el US Open se hizo un tatuaje con la fecha, ¿se va a convertir eso en una tradición? ¿Se piensa hacer uno aquí con alguna cosa? ¿Me puede adelantar qué va a ser?
No lo sé, no lo sé, tengo que pensarlo, pero puede ser que una fresa no quede mal. Una fresa no puede quedar mal.
¿Cuál es su próximo calendario?
Bueno, ahora tendré unos días de descanso en casa y lo siguiente va a ser la Hopman Cup (del 19 al 23 de julio), voy a jugar ese torneo nuevo y ya veremos. Luego, ya la gira americana y el US Open como guinda al calendario. Lo más cercano es la Hopman.
De las muchas que ha recibido, ¿cuál es la felicitación que le ha hecho más ilusión?
Bueno, me han hecho muchísima ilusión todas. Que te feliciten, siempre, siempre es muy, muy bonito. La que en la práctica puede ser la que más me ha sorprendido ha sido la de Will Smith. Will Smith me ha felicitado, cosa que dije, ostras, ¿hasta dónde hemos llegado? Will Smith me ha felicitado, ya te digo. Pero, luego, especial ilusión siempre es que te felicite Rafa, uno de tus ídolos, Fernando Alonso, también, al cual admiro muchísimo y bueno, muchísima gente más. Al final, si me paro aquí a decir todos lo que me han felicitado, que la verdad que me hacen especial ilusión, nos tiramos un rato largo y no me quiero dejar a ninguno. Pero así, a bote pronto, esos son los que me han hecho muchísima ilusión.
Hablando de eso, usted es consciente, supongo, de lo que transmite a la gente. Porque toda esa gente que le ve, le ve porque les gusta cómo juega, por cómo es, por su personalidad, etc. ¿Eso le satisface tanto o casi más como lo que está consiguiendo como tenista? Es decir, tener esa dimensión, digamos, más personal.
Sí, la verdad es que sí. La verdad es que me hace muchísima ilusión que repercuta en la gente, transmitir buenos valores. Que gente a quien yo admiro también me admire. Muchas veces no me lo creo en todos los ámbitos. Y la verdad es que para mí es una maravilla poder rodearme de ese tipo de gente, gente a quien veo, a quien admiro y, obviamente, es un orgullo ser alguien a quien la gente puede seguir y transmitir buenos valores.