El chico malo, en la final de un Grand Slam

Sin necesidad de enfrentarse a Nadal, un rival al que ganó una vez en Wimbledon, en los octavos de final de 2014, Nick Kyrgios jugará el domingo su primera final de Grand Slam, contra Djokovic o Norrie. El chico malo del circuito intentará demostrar que, además de liarla tanto dentro como fuera de la pista por su mal comportamiento, es capaz de conseguir logros importantes.

Durante las dos últimas semanas, ha desplegado el mejor tenis de su carrera, sin dejar de protagonizar polémicas. “Si ganase un Grand Slam, aún dirían algo negativo”, dijo antes de su debut contra Jubb. Ese día, el australiano de 27 años escupió a un aficionado y lo reconoció: “Fue una falta de respeto. Alguien me insultó, me dijo que era una mierda. ¿Es eso normal? No. No entiendo por qué ocurre siempre”. Fue multado con 9.800 euros. Su duelo con Tsitsipas resultó bochornoso, también por parte del griego, que le tiró un par de pelotazos y luego le llamó “matón”.

Kyrgios se había reído de él durante el choque. Le castigaron con otros 3.900 euros. Ante Nakashima se saltó el código de vestimenta al lucir una gorra roja (Wimbledon obliga a vestir de blanco). Y desde Canberra le llegó la noticia de que había sido convocado a un juicio por supuesto abuso contra su exnovia, acusación que contrasta con sus obras de caridad. Genio y figura.

Apoyo a Nadal

“No es la forma en que quería llegar a la final. Como competidor, realmente quería ese partido, contra alguien con quien he tenido tantas buenas batallas antes. Realmente, quería ver cómo iba a ir este capítulo. Obviamente nunca quieres ver a alguien así, tan importante para el deporte, caer con una lesión como esa. Ha jugado mucho tenis. Ha tenido una temporada agotadora. Solo espero que se recupere. Estoy seguro de que volveré a encontrármelo en un gran escenario”, expresó Kyrgios acerca de la baja de Nadal.