Un Medvedev sideral frustra la final Alcaraz-Djokovic
El ruso gana al español, vigente campeón, con una actuación extraordinaria de fondo. Volverá a pelear por el título contra el serbio, como en 2021.
La final que muchos deseaban y que casi todo el mundo pronosticaba, entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic, no se verá en el US Open 2023, porque Daniil Medvedev se metió este viernes entre medias para frustrarla. Con una actuación memorable desde el fondo de la pista, el ruso rescató su mejor versión para vencer por 7-6 (4), 6-1, 3-6 y 6-3 en 3h18 al número uno y vigente campeón, de 20 años. Quizá el cierre del techo de la Arthur Ashe, por culpa de la lluvia, le benefició (ocho de sus 20 títulos los ha ganado indoor). Será él quien a sus 27 se enfrente al serbio, muy contundente contra Shelton, en la reedición del partido por el título de hace dos temporadas, cuando se impuso por sorpresa en tres sets. Esta será su tercera final en el torneo (1-1) en los últimos cinco años, la quinta de Grand Slam (1-3), contando con las que perdió en el Open de Australia ante Djokovic (2021) y Nadal (2022). Este curso es el mejor en pista dura (38-5) y está por detrás solo de Alcaraz en victorias totales (55) y títulos (6). “Había perdido dos veces con Carlos (la última hace un par de meses en Wimbledon) y tenía dudas de poder imponerle mi juego o hacerlo mejor, pero hice un partido asombroso, un 12 sobre 10 excepto en el tercer set, y volveré aquí el domingo”, dijo el ganador.
Carlitos no restó bien en líneas generales, sobre todo contra los segundos servicios de Medvedev, que sobrevivió con paciencia y mano firme en los intercambios largos, pese a hacer seis dobles faltas en la primera manga. Tuvo la virtud, además, de no inmutarse cuando Alcaraz se lució con ‘highlights‘ espectaculares que enardecieron al público. No debía entrar en esas batallas y se centró en asegurar un desempate que jugó de manera impecable. La ventaja adquirida le llenó de confianza y completó un segundo parcial magnífico. Durante 37 minutos dio la impresión de que no podía fallar. De hecho, en ese tiempo solo cometió tres errores no forzados y perdió dos tantos con su servicio. Su derecha era un instrumento quirúrgico, preciso, que generaba ansiedad en el murciano. Incluso la suerte le acompañó y con un pasante maravilloso propició el demoledor 5-1 que le puso en camino de tener dos sets de ventaja.
Charly se marchó a los vestuarios y al salir fue otro. También era complicado que el impertérrito Medvedev mantuviera un nivel tan excelso y jugará con tanta profundidad y acierto. Por eso el español encontró fisuras por donde amenazar su saque. Con la fe en sus posibilidades recuperada, se lo rompió en el cuarto juego de la tercera manga y después aguantó con bravura y temple para acortar distancias. La marca de Alcaraz tras un 0-2 en partidos a cinco sets era 0-6, la de Medvedev después de un 2-0, 50-2.
Nudo y desenlace
Entonces, el que se marchó para refrescar sus ideas fue el moscovita. Cuando regresó, Alcaraz le metió el miedo en el cuerpo con subidas a la red y golpes acrobáticos. “Si él se pone duro, tú más, tienes más patas”, le decía al de El Palmar su entrenador, Juan Carlos Ferrero. El caso es que Daniil tuvo que levantar un 15-40 y una ventaja posterior para no verse de nuevo por detrás en el marcador. Con el aire acondicionado en marcha, el calor no era un problema para los dos. Era más una cuestión de resistencia física y, sobre todo, mental en los rallyes, de compostura. Carlitos empezó a manejar bien las direcciones para así hacer correr mucho a su rival.
Pero cuando menos lo esperaba, se encontró con puntos de break en contra. Salvó, en principio, la situación con valentía, haciendo un par de veces saque-red. La contrarréplica de Medvedev fue excelente, con esa movilidad insólita que tiene pese a medir 1,98. Y en otras dos subidas tras servicio, Alcaraz se tragó la bola y se vio con un 4-2 en contra. El siguiente juego lo ganó el ruso en blanco y también aseguro con muchos apuros su ulterior servicio tras salvar otro 15-40 y ventaja. Así, con su cuarto tanto de partido, cerró un triunfo de mucho mérito y prestigio ante un jugadorazo que, aunque no eligió bien sus últimos golpes, si nada se tuerce y pese a esta derrota, marcará una época.