¿Qué ocurre con las campeonas?
Hasta ocho ganadoras de majors en los últimos cinco años han caído entre la primera y la segunda ronda de este US Open.
El tenis femenino lleva subido a una montaña rusa desde que Serena Williams ganó su último Grand Slam, el Open de Australia de 2017. La falta de un liderazgo fuerte, como el que ejercía la estadounidense, ha provocado que hayan sido muchas las nuevas campeonas de majors en los últimos cinco años. El problema es que la mayoría de ellas no han logrado establecerse en la élite con garantías de éxito. En lo que va de US Open, se han ido para casa varias.
El caso más paradigmático es el de Elena Rybakina, triunfadora hace nada en Wimbledon y eliminada el martes en Nueva York por la francesa Burel. También llama la atención el fiasco de Naomi Osaka, ganadora de cuatro Slams, que no pudo con Danielle Collins. Sofía Kenin, que se llevó el US Open en 2020, tampoco pasó del estreno, igual que Jelena Ostapenko, que se hizo con el trofeo de Roland Garros en 2017. Falló igualmente Simona Halep, reina en París (2018) y Wimbledon (2019), además de Emma Raducanu, defensora del título en Nueva York. De la segunda ronda no han pasado Sloane Stephens (US Open 2017) ni Barbora Krejcikova (Roland Garros 2021).
Asleigh Barty parecía llamada a marcar una época, pero tras imponerse en Australia este año, colgó la raqueta. La esperanza es la actual número uno, Iga Swiatek, doble campeona en Francia, que ayer barrió a Stephens (6-3 y 6-2). Siguen en liza Garbiñe Muguruza (Wimbledon 2017) y Bianca Andreescu (US Open 2019).