Djokovic se interpone de nuevo en el camino de Alcaraz
El serbio eleva a 11-0 su balance contra Fritz y suma siete temporadas llegando a las semifinales de los cuatro Slams. Se medirá por novena vez con el español (5-3).


Con 38 años y los problemas físicos que conlleva esa edad en un deportista de élite, máxime cuando siendo el mejor de la historia de su deporte alcanza habitualmente las últimas instancias de los grandes torneos, Novak Djokovic protagonizó otra gesta con la que adornar su brillantísima carrera. El serbio venció a Taylor Fritz por 6-3, 7-5, 3-6 y 6-4 en 3h24 y jugará por 13ª vez las semifinales del US Open, igualando el récord de todos los tiempos que ostentaba en solitario Jimmy Connors. Es la séptima temporada que consigue alcanzar la penúltima ronda en los cuatro Grand Slams. Y el viernes, probablemente en la sesión nocturna de la Arthur Ashe (01:00 de la madrugada del sábado en España), se cruzará de nuevo en el camino de Carlos Alcaraz.
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— US Open Tennis (@usopen) September 3, 2025
“Para ser honesto, no lo sé (cómo consiguió prevalecer). Ha sido un partido increíblemente igualado. He tenido mucha suerte de salvar algunos puntos de break. Y en estos encuentros, unos pocos puntos deciden”, explicó Djokovic, que es prácticamente invencible cuando gana los dos primeros sets en partidos al mejor de cinco. Su marca en ese caso es 297-1. La única remontada de dos mangas que ha sufrido hasta ahora es la del austriaco Jurgen Melzer, en Roland Garros 2010. Y solo hubo otras cinco ocasiones en las que sus rivales le llevaron al quinto parcial.
Entre la fortuna y la falta de valentía
Fritz (27 años y 4º), finalista en 2014, no lo consiguió, entre otras razones, porque no supo aprovechar 11 de las 13 opciones de break que tuvo durante un encuentro en el que, en ocasiones, llegó a jugar a un nivel altísimo. Muchos los salvó el balcánico, pero en otros pudo hacer más el californiano. En las demás estadísticas fue incluso mejor que Djokovic, que no escatimó en entrega y tuvo sus más y sus menos con parte del público y con el juez de silla. “Estás ahí solo para decir por favor y gracias. Tienes que hacer algo”, le dijo, pidiéndole que mandara callar a algunos aficionados que aplaudían sus errores con el saque. Pero los números no son siempre suficientes. Y, tras salvar dos puntos de partido, con el tercero, Taylor ya no pudo. El saque, una de sus armas, le falló en un último juego en el que solo metió un primero.
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“No siento que haya dominado desde el fondo de la pista. En muchos de mis juegos al servicio he peleado por mantenerme vivo. Al final del día, ganar importa. Y yo lo doy todo por este deporte”, resumió Nole, que se acordó de su hija, Tara. “Ya es su (octavo) cumpleaños (el partido terminó a medianoche). Y esto es un gran regalo para ella. La celebración es por que me dijo como se bailaba una canción de K-Pop, que se llama ‘Soda Pop’, de Demon Hunters. En casa hemos hecho unas coreografías y espero que, al verlo, cuando se levante, se eche unas risas”, deseó con la felicidad de una leyenda que aún tiene hambre de historia.
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