Déjà vu para Alcaraz

Con un cañonazo por saque, Carlos Alcaraz puso fin (o inicio) a su primera gran noche. Se tiró al suelo, mientras la Arthur Ashe estallaba en una ovación atronadora para el español, cuyo potencial aún estaban conociendo, se tapó la cara y empezó a llorar. La emoción, en una combinación de lágrimas y sonrisas, era incontrolable. Carlitos, más Carlitos que nunca, abría los brazos, se revolcaba por el suelo y, finalmente, se levantaba para saludar a Casper Ruud, que había perdido la oportunidad de su vida al otro lado de la red. El murciano se lo había quedado todo. All-in en Nueva York. El 12 de septiembre de 2022, Alcaraz, con 19 años, lograba el primer Grand Slam de su carrera y se convertía en el número uno del mundo más joven de la historia. “Bienvenidos a la Era Alcaraz”, titulaba este periódico. Y la Era continúa.

Tres años después, este domingo, el prodigio de El Palmar vivirá algo similar. Desde entonces, todo ha cambiado mucho, pero la historia se repite. Es cíclica, ya lo dicen. Como contra Ruud, Alcaraz volverá a jugar una final por el US Open y por el número uno del ranking. Quien gane, como entonces contra el noruego, tendrá premio doble. Un escenario conocido. Un déjà vu. Esta vez, con Jannik Sinner como rival, con el tenista que comparte liderazgo en esa nueva era que se atisbaba. El italiano y el español se han repartido todos los Slams de los dos últimos años y se han enfrentado en las últimas tres finales de majors. Desde ese US Open de 2022, sólo Novak Djokovic, en tres ocasiones, ha conseguido colarse en la nueva rivalidad del tenis mundial. Abrumador.

Todo empezó en ese septiembre estadounidense. “Es algo increíble el tener esta copa en mis manos, algo con lo que he soñado desde que empecé a jugar al tenis. He trabajado muchísimo y es un momento muy especial, algo que nunca voy a olvidar”, decía Alcaraz, aún con los ojos vidriosos y después de subirse a las gradas a celebrar con los suyos, tras levantar el primer Grand Slam de su carrera. “Para mí, muy probablemente, no ha sido la última final que va a jugar, así que le he dicho que no dudara y que, si jugaba a su nivel, iba a pasar por encima de su rival”, añadía su entrenador, Juan Carlos Ferrero, en una premonición que se ha cumplido. Desde entonces, su pupilo ha jugado cinco finales más de Slam, con doblete en Roland Garros (2024 y 2025) y Wimbledon (2023 y 2024) y una única derrota, hace poco más de dos meses, en el All England Club. De nuevo, contra Sinner.

El origen de la rivalidad: 5h15 para la historia

El origen de la rivalidad entre el italiano y Alcaraz, de hecho, también se sitúa en ese US Open de 2022. Así lo sienten los propios protagonistas. “Siento que nuestra rivalidad empezó aquí, jugando un partido increíble. Ahora, somos dos jugadores diferentes. Hemos jugado bastante este año. Nos conocemos muy bien. A ver quién se prepara de la mejor manera. En cualquier caso, ha sido un torneo increíble otra vez”, expresó Sinner, el pasado viernes, después de superar a Felix Auger-Aliassime en semifinales. El actual número uno del mundo hacía referencia a los cuartos de final de aquel torneo, cuando cedió contra Carlitos en cinco sets (6-4, 6-7 (7), 6-7 (0), 7-5 y 6-3) y más de cinco horas (5h15). Un partido para la historia, que terminó a las 2:50 de la madrugada en hora local.

“He sufrido duras derrotas en mi carrera y esta está en la cumbre de la lista. Creo que sí (es la más dura), considerando el resto del torneo, creo que me va a doler durante mucho tiempo”, aseguró Sinner después de aquella batalla, sin saber las muchas otras que le quedaban por delante (como los dos sets y los tres puntos de partido que, este mismo año, desperdició contra Alcaraz en la final de Roland Garros). “Sinceramente, todavía no sé cómo lo he hecho. El nivel al que he jugado, el nivel del partido, de altísima calidad, es increíble. Sinner es un jugador increíble, su nivel es impresionante. Siempre digo que hay que creer en uno mismo, la esperanza es lo último que se pierde. Confío en mí y en mi juego”, celebró, por su parte, Alcaraz. Con esa confianza, y de nuevo ante Sinner, este domingo, buscará su sexto Grand Slam. Donde empezó todo.

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