Alcaraz entra en ebullición, a un paso de la final del US Open

Carlos Alcaraz avanza de manera inexorable en el US Open. Ni su rival, Alexander Zverev, ni el insoportable calor que azotaba, ya entrada la noche, el barrio de Flushing Meadows en Nueva York (28 grados con sensación de 31 por culpa de una humedad del 73%), frenaron al vigente campeón, que ganó al alemán de 26 años y 12º del ranking por 6-3, 6-2 y 6-4 en 2h29. El viernes, contra Daniil Medvedev, el español jugará por segunda vez consecutiva las semifinales del torneo. Es el segundo que lo consigue con menos de 21 años después del estadounidense Andre Agassi, que lo hizo en 1988 y 1989 (también en 1990).

La frase de Zverev a Alcaraz en la red

No le hizo falta a Alcaraz alcanzar su máximo nivel para superar el escollo de cuartos. Tiene algo que le permite ganar como sea, por lo civil o por lo penal. Amedrenta a sus rivales con su movilidad y un golpeo que cuando alcanza las rayas rojas en el potenciómetro es imparable, esos tiros que acompaña con un sonido vocal sostenido. Además, durante todo el campeonato ha subido mucho a la red, donde es muy superior. Zverev salió muy perjudicado en la pugnas que mantuvo con el murciano de 20 años en esa zona.

Carlitos ganó el primer set casi sin querer, a disgusto, negando con la cabeza en una Arthur Ashe de ambiente cargadísimo, con un índice de calidad del aire de 107, perjudicial para personas sensibles. Los tenistas sudaban la gota gorda, los espectadores y los periodistas, algo menos, pero bastante también, pese a los abanicos auténticos y los improvisados con los platos de cartón de las pizzas. Se hacía complicado respirar. Sascha aguantó hasta el 4-3, cuando tuvo dos oportunidades de quiebre que no acertó a convertir. Acto seguido, el que hizo el break fue Alcaraz y ahí la balanza del encuentro se inclinó a su favor. Ya todo le fue rodado. La segunda manga la ganó con facilidad ante un rival agotado, que empezó a pagar el exceso de tiempo (4h40) y los cinco sets que jugó el lunes contra Jannik Sinner, hasta las 01:40 de la madrugada, cuando se recuperó de una pájara tremenda para vencer de manera épica al italiano.

Fuerza y energía

En esta ocasión, Zverev, que es diabético, no pudo volver con suficientes garantías de éxito al partido tras recibir atención médica en los vestuarios (después explicó tenía molestias en el muslo izquierdo). No obstante, recuperó algo de fuerza para molestar en los servicios de Charly y solventar los suyos sin dificultades en el inicio del tercer parcial. “No me he tomado el nitrato, el shot”, le decía Alcaraz a su equipo. Juan Carlos Ferrero intentaba frenarle: “No gastes energía”. La hidratación y los complementos, en condiciones extremas, son fundamentales para los jugadores. Un error ahí se paga. Lo hizo bien el número uno y asestó el mazazo definitivo con una rotura implacable para 5-4 y saque. El sufrimiento y los apuros que experimentó en esta ronda en 2022 contra Sinner (cinco mangas, 5h15 y un punto de partido en contra) no se repitieron. Entre otras cosas, porque ahora es mejor… Y a un paso de la final, aún puede meter una marcha más. Carlitos lo confirma: “Me siento muy cómodo jugando en esta pista y en Nueva York. Estoy en mi mejor nivel aquí. El año pasado fue muy duro. Me siento muy bien físicamente. Mentalmente, fuerte. Estoy preparado para tener una gran batalla contra Medvedev”.