Alcaraz, de italiano en italiano
Después de apabullar a Bellucci en la segunda ronda, el murciano se enfrenta a Darderi en la tercera. Desde 2024, su marca es 19-1 contra transalpinos.
Carlos Alcaraz es una auténtica pesadilla para el pujante tenis italiano, incluso para el número uno del mundo, Jannik Sinner. Así de claro puede decirse. Desde el Open de Australia 2024, la marca del español contra jugadores transalpinos es 19-1, con una única derrota, si bien es cierto que dolorosa, en la final de Wimbledon ante el número uno del mundo, a quien ha ganado en el último año y ocho meses en seis de sus siete enfrentamientos.
El balance total de Alcaraz en la ATP ante italianos es 32-8. Su última ‘víctima’ fue Mattia Bellucci, el miércoles en la segunda ronda del US Open. Carlos apabulló al 65º del ranking, que completó una actuación lamentable, sobre todo en los primeros sets. Por desgracia para la Marina Azzurra, el de El Palmar va de italiano en italiano en el torneo estadounidense. Este viernes (17:30, Movistar+) se enfrenta a Luciano Darderi en la tercera ronda, un tenista que es también argentino. De hecho, nació hace 23 años en Villa Gesell, provincia de Buenos Aires, pero se trasladó a Italia con su familia cuando tenía 10 y gracias a su abuelo, natural de Fano (Pesaro-Urbino), obtuvo su segunda nacionalidad. Así que habla español, italiano e inglés. Su padre, Luciano Enrique, es también su entrenador. De niño, Darderi se inspiró en Del Potro, aunque también admiraba a Federer y al futbolista Lionel Messi. Le encanta el chocolate y sus gustos musicales van de Bob Marley a Andrés Calamaro.
Ascenso en 2025
Actualmente, es el 34º del mundo, entre otras razones, porque se proclamó campeón el pasado mes de julio en Umag, batiendo en la final al español Carlos Taberner, una semana después de alzar el trofeo en Bastad. En marzo, triunfó en Marrakech. Estos éxitos le mantienen como el segundo tenista con más títulos del curso (3), igualado con el kazajo Bublik, solo por detrás del propio Alcaraz (6), que le conoce bien, aunque nunca se hayan enfrentado. “He crecido con él jugando en el sub-14, sub-16. Es un buen amigo y va a ser una batalla interesante. Él también viene jugando a un gran nivel, le he visto bastante: buena derecha, buenos tiros… Es un poquito más jugador de tierra que de rápida, pero hemos visto que también se defiende muy bien en esta superficie. Así que vamos a intentar seguir mejorando, con nuestros objetivos, y dar nuestra mejor batalla”.
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Carlos llegará al duelo italo-español con las pilas cargadas, porque ayer se tomó el día libre y jugó al golf. Una costumbre que repite, a veces, entre partidos de Grand Slams, y que no le ha ido del todo mal hasta ahora.
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