Un superlativo Berrettini vence a Carreño

La gran virtud que posee la envidiable generación de tenistas italianos es que su sexto mejor jugador por ranking es tan talentoso que puede jugar como si fuese el número uno. Es lo que le sucede a Matteo Berrettini, de 29 años y 56º del mundo en la actualidad, un tenista fuera de serie, que de no ser por las lesiones estaría mucho más alto. En esta Final a 8 de la Copa Davis en Bolonia, Berrettini está siendo el verdadero número uno de una Italia huérfana de Jannik Sinner y Lorenzo Musetti. Si los dos hubiesen acudido a la llamada de Filippo Volandri, seguramente Matteo habría visto la acción desde el banquillo, pero ante las circunstancias dadas se ha erigido en el espíritu de los anfitriones, a un triunfo ahora de ganar su tercera copa del mundo seguida después de que Berrettini diese el primer punto al vencer a Pablo Carreño (6-3 y 6-4 en 1h18).

De una eliminatoria entre españoles e italianos que probablemente partía con un 50% de posibilidades de victoria para cada bando, el punto de Carreño, de 34 años y 89º mundial, frente a Berrettini se antojaba como el más complicado. El de Roma, que juega muy bien en condiciones indoor, se transforma cuando se enfunda la camiseta de la selección de su país, como si viajase al pasado y volviese a ser ese talludo tenista que alcanzó la final de Wimbledon en 2021, al que Novak Djokovic le negó la gloria. Con la de este domingo ya van 11 victorias consecutivas en individuales de la Davis para Berrettini, que no pierde un single desde su debut en 2019. En Bolonia, Matteo cerró un trabajo fantástico, superlativo: seis sets ganados y ninguno perdido, apenas 23 juegos cedidos en tres encuentros. Un seguro de vida para una Italia necesitada de grandes figuras. “Estoy muy contento con mi actuación. En la Copa Davis, normalmente no importa cómo juegues, ni tu rendimiento tenístico, sino ganar, sobre todo en las finales. El objetivo era empezar el día con buen pie, y eso hice. Estoy muy contento y orgulloso por ello. Obviamente, todavía nos queda un gran paso por dar, y ojalá solo un partido más que ganar. Pero sí, en general, una actuación muy buena. Estoy muy contento y orgulloso”, dijo el héroe local.

Confiaba la Armada en un Carreño recuperado para la ocasión después de su gran triunfo en semifinales sobre Jan-Lennard Struff. Si en su debut en la Final a 8 el asturiano sufrió al resto ante Jakub Mensik, sus prestaciones mejoraron notablemente ante el alemán, aunque Berrettini evidenció que no se le encoge la muñeca como a Struff. Fue una exhibición al saque del romano, 13 servicios directos, un 83% de puntos ganado con su primero y un 70% con segundos. El ímpetu de Carreño estuvo ahí, eso es innegociable, aunque esta vez le concedió demasiado a su adversario, sobre todo no aprovechando restos de segundo que le podrían haber abierto una ventana de oportunidad.

Acabó el encuentro el de Gijón sin gozar de una sola de break, y un quiebre de Matteo en cada set le condenó al abismo. El punto de inflexión estuvo en la primera rotura, que llegó en el tramo final de la manga inicial. Había salvado Pablo dos bolas de break con muy buen hacer, pero, en la tercera, la cinta colaboró con Berrettini, y ese golpe fue muy duro de digerir para el español, que estuvo demasiado tiempo rumiándolo. “El partido no ha salido como esperábamos, sabíamos que iba a ser complicado porque Mateo está demostrando que en esta competición está jugando muy bien, está ganando muchos partidos, juega con el público a favor también y en esta superficie es un rival muy complicado, con un saque muy bueno. Quizás me ha faltado un poquito apretar en los segundos, ganar algún punto más con su segundo saque para forzarlo un poco más, pero creo que también los breaks que me ha hecho han sido todos con las bolas nuevas, esta superficie bota muy baja y la bola nueva bota aún menos y ahí he fallado un poquito, que le ha dado la ventaja esa al inicio de los juegos y eso lo ha aprovechado muy bien. Ha competido muy bien, a mí me ha faltado un poco y ahora a darle la vuelta como hicimos el primer día”, analizó luego Carreño.

Desató Matteo el estado de euforia en una Fiera di Bologna abarrotada, con unas 10.500 almas entregadas a los suyos, que vuelven a tocar con la punta de los dedos la que sería su tercera Ensaladera consecutiva, la cuarta de la historia. Il Canto degli Italiani, el himno nacional, hizo retumbar las gradas supletorias colocadas en la instalación boloñesa, y ahí seguramente estuvo el primer ‘break’ de la eliminatoria. España, que no es nueva en esto de ir por debajo en el marcador (en esta Davis remontó a Dinamarca y a Chequia), no pudo después firmar otra hazaña. Munar también cayó ante Cobolli. La Davis se queda en Italia. selección italiana.

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