Tsitsipas no siente compasión

Con tres cuartos de entrada en la pista Rafa Nadal, el rival que le arrebató dos finales de este Godó y al que él colgó con picardía el cartel de favorito para esta edición, se dispuso Stefanos Tsitsipas, el aspirante auténtico a llevarse su primer trofeo en Barcelona, a plantarse con solvencia en los cuartos de final. Tenía prisa. La tarde del jueves amenazaba tormenta, venía de conquistar el Masters 1000 de Montecarlo y de un parcial de 7-0 en tierra batida esta temporada. Y, aunque se topó con la voluntad y energía de un Roberto Carballés que le obligó a esforzarse, el griego cumplió los pronósticos, se mete en los cuartos y deja al Barcelona Open sin españoles entre los ocho mejores por vez primera desde 1989.

Mostró Tsitsipas sus armas en el primer juego, un servicio cómodo pero con ritmo, aparentemente para marear al tinerfeño, que sin embargo respondió con agresividad, defendiendo muy pronto hasta tres bolas de ‘break’ para quedarse con su saque. Para superarle con algunas dejadas. Para ganar el segundo en blanco. E incluso para romperle el suyo al ateniense, que tuvo que activarse sobremanera para devolvérsela acto seguido. Ni la prodigiosa derecha de Tsitsipas estaba siendo capaz de romper una igualdad acaso inesperada.

Entre gritos de “¡Roberto, Roberto!” e incluso algún silbido hacia el número 7 del mundo, se servía éste de un par de ‘aces’ para resolver su servicio en el 6-5 y justo en el momento de la verdad se situaba con tres bolas de set para aprovechar la segunda de ella, en una inoportuna doble falta del español para el 7-5. Amargo desenlace.

Lejos de bajar los brazos por la fiereza del rival, la reacción de Carballés fue inmediata, con una triple bola de rotura en el inicio del segundo set, que aun así no pudo remachar, y también un 0-30 en el tercer juego con puntos primorosos como un globo sobre el titán heleno. Pero con 3-2 favorable, Tsitsipas escogió otro instante crucial para ser él quien rompía al canario y situar el 2-4. El partido empezaba a decantarse peligrosamente, a pesar de lo cual Carballés forzó al siguiente juego otra bola de ‘break’.

Y ahora, Fabián Díaz

Amainaba la amenaza de tormenta, desplazando el amago de lluvia fina que había ido descargando sin demasiada fuerza durante el choque, e incluso salía el sol al compás del desenlace del segundo y definitivo set para un Tsitsipas que acaso hubiera preferido resolver su partido por una vía todavía más rápida pero que, después de cierto sufrimiento, al menos evitó tanto algún ‘tie break’ como tener que jugar una tercera manga. 7-5 y 6-3 en una hora y 46 minutos.

Se medirá el top-7 heleno en cuartos con el argentino Fabián Díaz Acosta, que procedente de primera ronda eliminó este jueves contra todo pronóstico a Fabian Marozsan, como antes había hecho con el también cabeza de serie Borna Coric. Y españoles, se mire por donde se mire el cuadro, no queda lamentablemente ninguno.

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