La ‘dictadora’ Sabalenka se cita con Swiatek en la final
La bielorrusa, que es casi un seguro de vida ante jugadoras del top-10 desde 2018, alcanza su segunda final en Madrid, la primera para la polaca.
Aryna Sabalenka es una máquina de alcanzar finales, un prodigio de regularidad en un circuito femenino de referencias cambiantes. Este jueves, victoria (6-4 y 6-1 en 1h26) ante la griega de 27 años Maria Sakkari (novena del ranking y novena favorita del cuadro) mediante, la bielorrusa, 24 primaveras y segunda raqueta del mundo, llegó por segunda vez al partido por el título en el Mutua Madrid Open, torneo que ya ganó en 2021.
Es la quinta vez que se planta en la última etapa de un certamen este año. No ocurría que alguien alcanzara esa cifra antes de Roma desde que lo hiciera su paisana Azarenka en 2012. Aryna no tiene término medio cuando pisa el polvo de ladrillo de la capital española. Es blanco o negro. Cinco veces ha comparecido en El Foro, que dirían los castizos, y en tres no ha pasado de la primera ronda; en las otras dos ha sido finalista.
Su última víctima forma parte de un top-10 con el que ha mostrado mano de hierro en el último lustro. Desde Eastbourne 2018 suma 25 victorias ante jugadoras rankeadas entre las 10 primeras de la WTA, más que nadie. Esta vez castigó, con un 68% de éxito sobre los segundos saques, a una Sakkari (2 de 10 en semifinales de grandes torneos en su carrera) que falló cual escopeta de feria al servicio (47% de primeros, seis dobles faltas), y que tampoco anduvo fina cuando consiguió darse oportunidades al resto. Solo materializó una de las seis bolas de rotura que disfrutó, para consolidar un efímero 3-3 en la primera manga.
Caería irremediablemente del lado de Sabalenka, inmisericorde en un segundo parcial que liquidó con un parcial de 5-0: del 1-1 al 6-1 con dos quiebres. Este sábado, en busca de su segundo entorchado en Madrid, se enfrentará a la ganadora del otro duelo de semifinales, que protagonizan este jueves en la Caja Mágica la número uno del mundo, Swiatek, y la rusa Kudermetova. “Quiero la revancha”, aseguró la bielorrusa tras su victoria a Sakkari, en referencia a la final que Iga le ganó hace dos semanas en Stuttgart.
Swiatek arrolla a Kudermetova
Y la tendrá, porque la polaca fue inmisericorde con Kudermetova, la 13ª clasificada del ranking, a quien pasó por encima en las que eran sus primeras semifinales de un WTA 1.000 con un doble 6-1 en 1h20. Es la primera vez que deja una buena impronta en este torneo. El año pasado no compareció por lesión y en 2021, su primera toma de contacto, no pasó de tercera ronda.
El primer set fue un visto y no visto. Lo despachó Swiatek en apenas 36 minutos con dos breaks. Aunque sus porcentajes al saque fueron pobres (52% de primeros), los rentabilizó (71% de puntos ganados con el primero, 68% con el segundo) y salvó las cinco bolas de break que consiguió en ruta a una final en la que, por jerarquía y consistencia (es su cuarta final del año y ganó las de Stuttgart, hace dos semanas, y Qatar, en febrero), se le esperaba.
Será solo la tercera vez en los últimos 40 años en los que la número uno y dos del mundo se enfrenten dos veces sobre tierra batida en un mismo año. Swiatek, con esta victoria, está 8-0 en semifinales WTA sobre polvo de ladrillo. Es la tercera en la Era Abierta que consigue ese registro, tras las estadounidenses Peaches Bartkowicz y Venus Williams. Esas ocho clasificaciones para la final de la de Varsovia en 14 torneos en esta superficie suponen la mejor marca desde la de Monica Seles, que entre 1989 y 1992 jugó 13 finales en 14 citas sobre tierra batida. Con siete finales de WTA 1.000 antes de cumplir los 22, iguala a la danesa Wozniacki. En el cara a cara particular con Sabalenka, manda por 5-2 a la espera de lo que ocurra este sábado en el octavo encuentro entre ambas.