Jarry: “Trabajo mucho en ser positivo y no amargarme”

Nicolás Jarry (Santiago de Chile, 27 años y 35º del mundo) juega hoy en cuartos de Roland Garros (13:00) contra el noruego Ruud, al que ganó hace un par de semanas en Ginebra, camino del título. Estuvo 11 meses sin jugar por un presunto dopaje que él niega. En París, atendió a AS y a L’Equipe.

Ha ganado tres partidos, el máximo número que había conseguido en los Grand Slam. ¿Cómo se siente y cuáles son sus emociones?

Me siento muy bien ya después de lo que había logrado anteriormente con estos tres. He cambiado mucho. He trabajado mucho para ser una persona diferente. Mejor. Y todo este cambio me ha ayudado a ser más fuerte mentalmente, físicamente, que son las dos cosas que más se requieren en un Grand Slam. Me fue muy bien en Australia, ahora aquí. Mi forma de trabajar está cada vez mejor y me ayudan este tipo de competencias.

¿Puede explicar un poco su estilo de juego?

Mido dos metros y trato de tener un juego buena de fuerza. Con grandes saques, una derecha que va con mucho efecto y un revés más plano. Intento mandar con el rive y tratar de ir abriendo espacios para terminar en la red o hacer un winner.

¿Cómo se hizo tenista?

Mi abuelo fue tenista profesional (Jaime Fillol, top-20) y soy el nieto mayor. Es una persona importante en mi vida, y seguí sus pasos para ser profesional. Tenemos muchas cosas en común. Me ayudó, me llevó en viajes cuando yo era pequeño. Mis padres me enseñaron muchos valores y mi abuelo también.

¿Qué hizo durante ese tiempo que estuvo sin jugar?

Fueron meses muy difíciles, duros mentalmente. Pero creo que me lo tomé muy bien, intentando usar todo ese tiempo para hacer todas las cosas que antes no había podido. Disfrutar la familia, de los amigos, jugar con mis hermanos, salir de noche, que es algo que un tenista profesional no puede hacer y que yo no había hecho desde los 17 años. Así fortalecí los vínculos y trabajé mucho la parte mental de autoconocimiento.

¿Puede desarrollar esa idea?

Traté de conocerme mejor, de usar el tiempo a mi favor. De intentar ser una nueva persona, mejor. Y bueno, lo logré. He estado trabajando con psicólogos mucho en mi parte interior. Y yo creo que lo he demostrado con los resultados que he logrado.

¿Su tenis ahora es muy diferente?

Hago un tenis un poquito más destructivo, voy más de a poco que mi juego anterior, que era más directo y más de grandes tiros. Ahora es un poquito menos, pero con más fuerza.

Tuvo que jugar Challengers y torneos más pequeños, ¿cómo fue eso?

La diferencia entre Challengers y ATP es grande. Son torneos más chicos, lugares más pequeños, donde a veces no hay gente y hay problemas para alimentarse o de transporte. Son ciudades más pequeñas y hay que agarrar un taxi o algo por tres horas, y es muy difícil porque es muy complicado llegar. Ahora en ATP son siempre ciudades más grandes, más bonitas, más tranquilas, un club más bonito y es mucho mejor.

¿Cree que el mundo del tenis cambió su forma de verle?

No, todo el mundo me apoyó. Me conocen muy bien, mis valores. Me defendieron desde el primer minuto. Y tuve ese apoyo emocional desde el minuto uno. Demostré mi inocencia. No me preocupo por cosas que no existen.

¿Cómo es como persona?

Soy muy familiar. Sensible, racional de cabeza. Siempre estoy ocupado en mis cosas, pero si alguien me necesita, voy a estar con él siempre, ayudándolo a 100%. Soy muy trabajador.

¿Cómo de complicado fue para usted volver a la élite?

Muy difícil y trabajado. También largo, pero me ha hecho muy fuerte. Tener estos resultados de ahora con esta consistencia para ganar torneos ATP y seguir firme en un Grand Slam, creo que es muy valioso.

Ha hecho mucho trabajo, sobre todo mental, psicológico, para poder tener consistencia

Siempre supe que puedo ganarle a los mejores. Así que trabajo mucho en saber por qué a veces me va bien y otras no. Conocerme y ser más estable, más positivo, y no amargarme cuando las cosas no salen. Aceptar más.

Da la sensación de que el juego en tierra batida está cambiando y parece que hay más oportunidades para jugadores como usted, grandes, sacadores ¿Lo ve como una oportunidad?

Sí, creo ha ido cambiando un poco. No el tenis, sino los jugadores grandes. Han ido evolucionando y, como yo, se han adaptado al juego de arcilla para hacer más, de manera más consistente, a pelear más cada punto, no rehuir. Que justamente lo que yo intento hacer siempre, estar firme dentro de la cancha. Saber que mi arma, el saque, no siempre me va a servir, no siempre va a ser un saque ganador. Aceptar eso y seguir trabajando los puntos.

¿Hasta qué punto le ayuda la compañía de su familia y la paternidad?

Mucho. Viajar solo era un tema difícil para mí. Lo supe sacar adelante pero estar viajando en familia es mucho mejor, más tranquilo. No tengo la necesidad de tener que volver siempre a Chile, que además es un lugar muy lejano. Es un problema de los sudamericanos, que cuando venimos a Europa, si queremos volver a nuestro país hay que viajar 12 horas o 15 si estás lejos, y con cambio de horario. No tenemos la suerte del tenista europeo que si le va mal un torneo se puede ir al día siguiente o ese mismo día y dormir en su casa, que es totalmente diferente. Nuestra vida es en hoteles, en el circuito. Y tener a la familia ahí es un plus muy grande.

En Chile están como locos con sus éxitos...

Siempre me han apoyado. Y yo creo que ahora más por todo el trabajo que hecho y por todos mis logros. De a poco, ellos han visto todo mi trabajo. Yo siempre he sido abierto, así que me conocen bastante y que me sigan apoyando, es increíble, me ayuda mucho, me llena de energía. Tengo un apoyo así en en todos los torneos, normalmente pasa siempre que juego en algún lugar, porque hay chilenos ahí apoyando. Lo aprecio mucho.

¿Qué le parece el éxito de los iberoamericanos en Roland Garros?

Increíble, ¿eh? Son todos jugadores de mi edad y los conozco. Hace mucho que sé todo lo que han trabajado para estar acá. Que logren estos resultados me alegra mucho. Por ellos y por todo su equipo.