Alcaraz presenta su candidatura en Roland Garros
El español juega con mucha intensidad para pasar por encima del italiano Cobolli. Se enfrentará el miércoles en segunda ronda al japonés Daniel.
Mientras en España toca época de elecciones, en Francia, Carlos Alcaraz, un chaval que es número uno del mundo con solo 20 años, presentó este lunes su candidatura al título de Roland Garros, el torneo que el jugador más ilustre de la Armada, Rafa Nadal, ha ganado 14 veces. En ausencia del balear, todo el mundo apunta al murciano como claro favorito para hacerse con el campeonato. Y parece que él quiere demostrar rápidamente que es así. Por eso inició su particular campaña con un triunfo incontestable (6-0, 6-2 y 7-5 en 117 minutos) ante Flavio Cobolli. El miércoles se enfrentará al japonés Taro Daniel (30 años y 112º), que abrumó al australiano Christopher O’Connell (6-0, 6-2 y 6-4).
Cierto es que el italiano de 21 años y 159º del mundo, que tuvo que jugar la previa, nunca se había enfrentado antes a un top-10 y debutaba en un Grand Slam, pero la intensidad tremenda con la que se empleó Alcaraz queda fuera de toda duda. De hecho, los periodistas buscaban después del primer set casos en los que alguien se hubiera impuesto con un triple 6-0 en un partido a cinco. Al final, no llegó a esos extremos un encuentro que se jugó en la Suzanne Lenglen, la segunda pista más grande de este evento, por la que suelen pasar las estrellas al menos una vez.
Sorprende que Charly lo hiciera tan pronto. Quizá se tiene que ganar aún el estatus que ya tiene alguien como Novak Djokovic, dos veces campeón, que debutó en la central, la Philippe Chatrier. Aunque conviene recordar que el líder del ranking es Alcaraz y, por lo tanto, el primer cabeza de serie, el más joven desde Bjorn Borg, que lo fue con 19 en 1976. También el mejor jugador del año sobre tierra batida con 21 victorias y dos derrotas. “Es genial jugar en esta pista, es mi primera vez aquí y he disfrutado. Lo he pasado bien, hay muy buena energía del público, quería jugar aquí”, dijo con alegre diplomacia.
No obstante, los focos apuntaban al estadio que homenajea a una mítica jugadora francesa, lleno hasta la bandera, incluida la tribuna de prensa, como estuvo en el entrenamiento del prodigio de El Palmar el sábado. El año que viene estrenará un techo retráctil que ahora provoca un inédito efecto de sol y sombra en la cancha, antes muy abierta. Ahí ganó unos cuantos partidos el propio Nadal, cuya estela sigue ahora Alcaraz, cuartofinalista el curso pasado en París, cuando era el sexto de la clasificación.
Espectáculo
Carlitos adornó el triunfo ante un rival al que ya había ajusticiado en 2020, en el Challenger italiano de Todi (6-2 y 6-3), con un cualitativo repertorio de golpes que hizo las delicias de los espectadores en una tarde soleada y cálida, extraordinaria para tratarse de la a menudo lluviosa capital francesa. Solo hubo disputa en el tercer set, cuando Cobolli se sacudió la impresión que le produjo la velocidad de bola de Alcaraz, uno de los jugadores a los que le importa menos, por su potencia, que las pelotas de esta edición engorden. Con algo de suspense, y algún que otro mamporro remarcable, solventó a buen ritmo la papeleta, a la espera de mayores desafíos. Lo más importante, es que él se lo pasó pipa.
“Intento no tomármelo todo con tanta importancia, intento olvidarme de todo lo serio y disfrutar en la pista. Me encanta jugar al tenis y eso es lo más importante. He oído a Stefanos (Tsitsipas) decir que gracias a mí ha empezado a disfrutar y a pasárselo bien. Es genial escuchar eso de los jugadores y es algo que yo intento hacer en cada partido, sonreír”, le dijo a Mats Wilander, que le preguntó tras el partido: “No he visto a nadie pasarlo tan bien jugando, sonreír tanto. Para mí es algo que mola mucho. ¿Cómo lo haces?”, le había expresado el legendario sueco, tan encantado como todos los aficionados que le tienen ya por ídolo. Y este solo es el principio de la que puede ser una gran aventura.