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Qinwen Zheng
Aryna Sabalenka

TENIS | OPEN DE AUSTRALIA

La favorita Sabalenka contra el “hambre” de Zheng

La bielorrusa espera ser la primera en repetir título en Australia desde su compatriota Azarenka. La china, entrenada por el español Pere Riba, juega su primera final de Slam.

Melbourne
Aryna Sabalenka y Qinwen Zheng.
Australian Open

Aryna Sabalenka parte como clara favorita para hacerse este sábado (09:30, Eurosport) con el título en la final femenina del Open de Australia. La bielorrusa de 25 años y número dos del mundo, vigente campeona, espera ser la primera tenista que repite título en el torneo desde su compatriota Victoria Azarenka, que triunfó en 2012 y en 2013. Tratará de impedírselo la gran revelación del major oceánico: Qinwen Zheng, china de 21 años y 21ª, que debutará el próximo lunes en el Top-10, independientemente del resultado. En cuatro décadas, ninguna jugadora se había enfrentado a seis rivales de fuera del Top-50 en los encuentros anteriores a la final de un Slam. En ese sentido, tuvo suerte, pero se lo ha ganado con 48 aces (más que nadie). Es la segunda tenista de su país, hombre o mujer, que llega tan lejos en la máxima categoría, después de Li Na, ganadora en Roland Garros 2011 y el Open de Australia 2014.

El tiempo en pista, favorece a Sabalenka (6h55 contra 11h34), igual que la experiencia (dos finales contra una) y el cara a cara, por una victoria en el pasado US Open, camino del partido por el título en el que perdió contra Coco Gauff, de quien se vengó el jueves en las semifinales del evento que se disputa en Melbourne. El actual entrenador de Zheng, Pere Riba (tienen base en Andorra), que preparaba a la estadounidense en Nueva York cuando resultó ganadora, está en racha, con su segunda final de Slam consecutiva, después de volver con la asiática tras un breve y fructífero paréntesis, para él, en su relación laboral. “Al final estoy ahí por mérito suyo, porque son dos jugadoras espectaculares. Si no fueran Coco Gauff y Qinwen Zheng, sería mucho más complicado estar ahora en esta sala de prensa. Ellas son muy buenas, increíbles, muy buenas personas. Así es más fácil”, dice el técnico barcelonés, de 35 años, al hablar con los medios españoles desplazados en el torneo aussie, después de contestar unas preguntas y asegurar en inglés que cuando empezó a trabajar por primera vez con Qinwen, hace casi cuatro años, vio que su discípula tenía “hambre”. “Siempre quiere mejorar. Su ética de trabajo es increíble. Lo que ha cambiado es que ahora es más madura. Está evolucionando y todavía tiene un gran margen para mejorar su tenis. Estoy muy orgulloso de ella”.

El entrenador de Qinwen Zheng, Pere Riba, a la derecha con el resto del equipo de la china.
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El entrenador de Qinwen Zheng, Pere Riba, a la derecha con el resto del equipo de la china.ISSEI KATOREUTERS

Riba, cuya carrera tenística se truncó por un accidente de automóvil que le hizo tomarse las cosas “de otra manera”, le da todo el mérito a Zheng, aunque se siente “muy contento y muy orgulloso” del trabajo que ha hecho y que está haciendo con ella. “Tengo mucha fe en ella. Y no ahora porque esté en la final, sino ya hace tiempo. Obviamente, hay que mejorar muchísimas cosas. Tiene que trabajar mucho, tiene que estar abierta a cambiar algunos aspectos de su juego para seguir mejorando, como hicieron Nadal, Djokovic y Federer, en una continua evolución”.

Aprendizaje mutuo

Pere asegura que está “aprendiendo cada día de Qinwen”. “Me gustaría que ella también aprenda algo de mí. La cultura china me gusta mucho, tengo muchos amigos chinos. Me encanta la gente y cada día que pasa me involucro más. Estoy tratando de empezar a hablar un poco su idioma. A veces, Qinwen me enseña algo de chino, aunque es complicado, pero lo intento (sonríe).

“Es una jugadora con mucho potencial, unos tiros espectaculares y está físicamente muy bien. Al final hay que ordenarla y demás, y poco a poco se va haciendo más jugadora”, resalta Riba, que ve a su jugadora “con muy buenas sensaciones y muy motivada” para medirse a una Sabalenka a quien considera “favorita”, un papel que podría aportarle una presión negativa. A eso, entre otras cosas, se agarra el dúo hispano-chino que ha sorprendido a todos en Melbourne Park.