¡Olé tú, Badosa!: milagro contra la espalda para llegar a octavos

Se temió lo peor. Y estuvo muy cerca de volver a ocurrir. En el segundo juego del segundo set, Paula Badosa (11ª del mundo y 27 años) se resintió de su espalda, la maldita espalda, y pidió asistencia médica. Lo hizo hasta en otras dos ocasiones. En la primera, se tumbó en el suelo y, mientras era tratada, se tapó la cara con las manos para ocultar y contener sus lágrimas. El infierno volvía a asomar, pero, este domingo, huyó de él. La española, en una demostración de bravura, decidió seguir, con evidentes muestras de dolor, y obró el milagro. Con un juego muy directo, a base de tiros ganadores, y reduciendo al máximo sus movimientos en la pista, consiguió superar a la danesa Clara Tauson (23ª y 22 años) por 6-3 y 7-6(3) en 1h44 para asegurarse el top-10 del ranking y alcanzar los octavos de final en el WTA 1.000 de Miami, en los que se medirá (este lunes, no antes de las 00:00) con la filipina Aelxandra Eala (140ª y 19 años), una perla que se curte en la Rafa Nadal Academy y que dio el gran golpe contra la quinta favorita al título, la estadounidense Madison Keys (6-4 y 6-2 en 1h26). ¡Olé tú, Paula!

La espalda, desgraciadamente, parece estar destinada a complicar para siempre la carrera de Badosa. Ella misma lo explicó en este periódico. “Creo que la espalda está mucho mejor. Nunca va a estar perfecta, pero está a un nivel al que puedo competir contra las mejores y puedo competir al máximo. Siempre voy a tener un problema en la espalda. Eso nunca va a dejar de estar. Pero me lo cuido mucho, y también estoy intentando prevenirlo lo máximo posible”, desgranó a finales del año pasado, curso en el que volvió a sacar la cabeza entre una élite a la que, por calidad y mentalidad, pertenece. Esta temporada, y tras alcanzar las semifinales en el Open de Australia, la lesión, que tiene su origen en Roma 2023, volvió a aparecer. Paula se vio obligada a retirarse en Mérida y se perdió Indian Wells. Pudo ocurrir lo mismo en Miami, pero lo evitó con un coraje a aplaudir.

El partido fue duro desde el principio. Si Victoria Mboko llevó al límite a Badosa, Tauson no quería ser menos. Tras la maratón de la española contra la canadiense, una tenista que hay que ir teniendo controlada, la danesa, ya consolidada pese a su corta edad (este año, ganó en Auckland y fue finalista en Dubái), alargó el esfuerzo. El primer juego, que terminó siendo determinante, duró 10 minutos. En él, Paula tuvo que salvar cinco de las siete bolas de break a las que se enfrentó en el duelo. Lo consiguió a base de primeros servicios, una de las claves en general del enfrentamiento. En total, la española ganó un 83% de los puntos que jugó con ellos y, cuando vio reducida su movilidad, se agarró a esa arma para respirar y seguir sumando sin un dolor excesivo. Puro instinto de supervivencia.

Antes de que los problemas llegaran, Badosa se mostró muy ágil, capaz de llegar a prácticamente todas las dejadas de Tauson, y con un ritmo de bola altísimo, necesario para contrarrestar a una rival muy agresiva, que busca los ganadores siempre que puede. Aceptó el intercambio y lo ganó. Tanto en la primera manga, con un break en el momento oportuno (en el noveno juego), como en la segunda, que se empezó a complicar en ese segundo juego. Paula se resintió al estirarse para llegar con su revés a una pelota muy angulada. No lo consiguió, lo que supuso dos bolas de break en contra. Tras ser atendida por la fisio, las salvó. Una guerrera. Desde ese momento, y tras ser masajeada en los dos siguientes descansos, empezó a descontar juegos hasta un tie-break que, de no haber ganado, quién sabe lo que podría haber pasado, con la opción de la retirada sobrevolando. Se sobrepuso y se tiró al suelo para celebrar. Como si hubiera ganado el torneo. Es su título personal. Una gran victoria en una lucha que mantiene día a día.

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