El viento y De Miñaur dejan sin final a Davidovich
El español no supo adaptarse a las condiciones del partido ante un rival muy estable, que peleará por su primer título de Masters 1.000 ante Sinner.
La semana de Alejandro Davidovich en Toronto, que había sido excelente hasta el viernes, terminó este sábado con un regusto amargo por la manera en la que cedió en su partido de semifinales contra Alex de Miñaur por 6-1 y 6-3 en 77 minutos. El español de 24 años, que será 23º del mundo, su mejor ranking, desde el próximo lunes, no supo adaptarse a las condiciones de un partido marcado por el fuerte viento. Debido a la tensión, perdió completamente la alegría y la fe en el triunfo frente a un rival muy estable, de su misma generación, que quizá por esa virtud ha conseguido los éxitos que se le resisten al malagueño. El domingo (22:00, Movistar+) peleará por su primer título de Masters 1.000, que sería el octavo de su carrera en su 14ª final, contra el italiano Jannik Sinner, que eliminó al estadounidense Tommy Paul (doble 6-4 en 1h56) .
“So windy” (“Muy ventoso”), escribió en una de las cámaras de la ATP el australiano (virtualmente 12º o 13º) que se entrena en Alicante y pudo jugar por España, como si disculpara a un Davidovich que no encontró en ningún momento las sensaciones que había tenido y aplicado a su juego en los anteriores partidos del torneo canadiense.
El vuelo impredecible de la pelota le llevó a golpear con temor, sobre todo con la derecha, y De Miñaur, sacando bien y pasando bolas, sin más, aferrado a su estabilidad en el juego de fondo, se hizo con el control del partido gracias también, en gran parte, a los errores de su rival, sobre todo de revés. Alex tuvo opciones de meterse en el set, pero no pudo convertir ninguna de las dos opciones de quiebre que tuvo con 3-1 en contra.
“Estaba muy nervioso”
Las cosas no mejoraron para él en el segundo parcial, al menos de inicio. De Miñaur le hizo dos breaks para ponerse con 3-0 y aunque luego perdió tres veces su servicio, los recuperó en la extraña racha de siete roturas que puso fin al encuentro. El lenguaje corporal del andaluz no era bueno, se le veía abatido y de esa manera le era complicado creer en la remontada, como hizo el jueves contra Casper Ruud. La suerte que le había acompañado hasta ahora en el torneo, tampoco apareció en esta ocasión. Una pena, porque tenía una gran oportunidad de lograr algo grande en suelo norteamericano, como sí hizo Pablo Carreño cuando fue campeón el curso pasado en Montreal. Lo bueno es que tiene tenis y juventud para seguir intentándolo.
“Fue una semana muy buena. En los otros partidos jugué muy bien; hoy, muy mal. Pero para mí esta semana es muy positiva. Y trataré de consolidar eso en mi juego. Estaba disfrutando cada vez que entraba a la pista. Y feliz de estar y mostrar mi juego al mundo”, dijo en rueda de prensa Fokina, que explicó que estaba “muy nervioso, con demasiada tensión”. “Creo que esa es la clave. No me sentí muy bien. Llegué tarde a todo. No moví las piernas. No quería rendirme, pero era muy extraño, como un muy mal día en la oficina. Cuando sacaba estaba más cansado y él lo restaba todo”.