Terremoto Kyrgios (otra vez)

Nick Kyrgios vuelve al ruedo. Este lunes, el jugador australiano, que llegó a ser 13º del mundo en 2016 (ahora, no aparece en el ranking), debutó en el ATP 250 de Brisbane. Lo hizo de forma muy especial: con victoria en el cuadro de dobles al lado de Novak Djokovic. Este martes, se estrenará de forma individual, con el francés Mpetshi Perricard, un cañonero premiado como el jugador de mayor progresión la pasada temporada (31º del mundo y 21 años), como rival. Contra el joven valor de Lyon, Kyrgios jugará su primer partido en el circuito desde el 13 de junio de 2023. En 2024, año en el que se ha mantenido muy ligado al tenis como comentarista, no ha disputado ninguno. Antes de su breve aparición, no competía desde el 6 de octubre de 2022. Desde entonces, con sólo ese partido como oasis, han pasado 816 días, más de dos años. La espera llegó a su fin.

Durante todo este tiempo, se acumularon incógnitas, problemas extradeportivos y lesiones. Más allá de las pistas, en febrero de 2023, Kyrgios se declaró culpable de agredir a su exnovia, pero no fue condenado al considerarse que la gravedad del asunto era de “bajo nivel”. En el ámbito estrictamente tenístico, los problemas físicos martirizaron al jugador australiano, que en 2022 había cuajado un gran año (llegó a la final de Wimbledon, en la que perdió contra Djokovic). Primero, apareció la rodilla izquierda, de la que se operó en enero del año pasado para tratarse un desgarro en el menisco lateral. Lo que parecía una intervención sencilla, sin embargo, se fue complicando. Tras el paso por el quirófano, y pese a tener previsto volver a principios de curso, no debutó hasta ese 13 de junio de 2023, cuando perdió contra el chino Yibing Wu, en Stuttgart, cojeando. “No puedo caminar sin dolor”, dijo a su banquillo durante el partido.

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Luego, apareció la muñeca. Aparentemente, el dolor, que le impedía girar el picaporte de una puerta o abrir el coche, procedía de una caída producida en Indian Wells 2015. Cuando las molestias se volvieron insoportables, una resonancia magnética mostró una rotura completa del ligamento escafolunar. En septiembre de 2023, Kyrgios fue intervenido por el doctor Michael Sandow en la Clínica Ortopédica Wakefield, donde le reconstruyeron la zona afectada. Un milagro. “Mentalmente, no me iba a permitir rendirme. Siempre quise dejar el tenis por decisión propia, no iba a permitir que esta lesión dictaminara si alguna vez volvería a jugar. Había un 15% de posibilidades milagrosas de que volviera a jugar a este nivel, y aquí estamos”, reveló el australiano recientemente en una entrevista con 9News.

Ahora, vuelve a estar listo para dar guerra. Tanto dentro como fuera de las pistas. “Obviamente, estoy un poco... no sé si llamarlo nervioso. Cuando estaba golpeando en el estadio, fue surrealista estar de vuelta. Lo asimilé todo. Estoy muy emocionado por salir ahí y jugar, solo jugar al tenis”, expresó Kyrgios después de su primer entrenamiento en Brisbane, donde triunfó en 2018. “Hace 18 meses me operaron. Sinceramente, nunca pensé que volvería a jugar a este nivel. Incluso entrando en un evento como este”, añadió el australiano, que ya ha tenido tiempo de poner patas arribas el circuito. En los últimos días, ha sido una de las voces más críticas con los casos de dopaje que este año han salpicado el tenis. “Que dos números uno del mundo (refiriéndose a Sinner y Swiatek) sean descubiertos es repugnante”, aseguró este mismo viernes. Por el otro, con sus siempre atrevidas expectativas. “Mi objetivo es ganar un Grand Slam”, dijo en octubre al ser preguntado por su vuelta. Terremoto Kyrgios. Otra vez.

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