Swiatek le demuestra a Sabalenka quién manda en el circuito

Un año después, allí estaban las dos de nuevo. Y, un año después, se ha repetido el resultado. Iga Swiatek, con un 6-3 y 6-4 en 1h50, ha revalidado su título en el WTA 500 de Stuttgart ante Aryna Sabalenka, también finalista el año pasado. Entonces, la jugadora polaca llegaba lanzada, con cierta aura de invencibilidad. En Alemania, encadenaba su cuarto torneo seguido para ratificar que, tras la retirada de Ashleigh Barty, el tenis femenino había encontrado nueva líder. Esta vez, la historia era muy distinta. Iga no jugaba desde las semifinales de Indian Wells, en las que cayó ante Elena Rybakina con molestias en las costillas. En lo que va de temporada, además, aún no ha sumado ningún gran título, con sólo un trofeo, en Doha. La final de hoy, pese a no ser una gran plaza, tenía algo especial: enfrentaba a la número uno del mundo, la propia Swiatek, contra la número dos. Y la polaca ha demostrado quién manda.

Líder y perseguidora no se enfrentaban en una final desde que Halep y Wozniacki se midieran en la final del Open de Australia de 2018. En tierra batida, el duelo entre primera y segunda del ranking no se daba desde que Serena Williams y Sharapova se midieran en Roland Garros 2013. Este domingo, Swiatek sacaba lustro a su posición desde el tenis que la define. Y que echaba de menos. Más clarividencia, menos fallos. Una ciborg frente al fuego de Sabalenka, que caía en la trampa. Mientras la polaca, desde la calma, minimizaba errores, la bielorrusa, campeona del Open de Australia y líder de la race, se enredaba. Al finalizar el primer set, los datos no mentían: 18 errores no forzados por 7 y 35 ganadores por 28. Todo a favor de Iga.

20ª victoria del año

“Tenía muchas, muchas ganas de ganar, pero sabía que no podía pensar en eso”, admitía la polaca. Nada más confirmar su victoria, y antes de la protocolaria sesión de fotos con el Porsche que patrocina el torneo, se abrazaba con todo su equipo. Necesitaba el triunfo y, además, la había logrado como le gusta. Sobre todo, en una segunda manga en la que, pese a verse presionada en varios momentos, consiguió rentabilizar una rotura inicial. Control, control y más control. La seña de identidad que le ha llevado a sumar 13 títulos a sus 21 años. Y a dar una falsa sensación de mal momento cuando, con dos trofeos, ha empatado con la propia Sabalenka y Belinda Bencic en cantidad (que no en calidad) de títulos. Ya lleva 20 victorias este año (Sabalenka, líder en este registro, lleva 23) y la de Stuttgart manda un mensaje al circuito: Swiatek sigue al frente.