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Sinner: “¿Si soy el rival a batir? Eso son palabras mayores...”

El tenista italiano concedió una entrevista a Vanity Fair en la que repasó cómo ha gestionado el éxito tras ganar su primer Grand Slam en el Open de Australia.

El tenista italiano Jannik Sinner celebra su victoria ante Tallon Greekpoor en las semifinales del ABN AMRO Open de Róterdam.
SANDER KONINGEFE

Jannik Sinner intenta mantener los pies en el suelo después de su gran final de temporada 2023 y mejor inicio de año 2024 tras conquistar el Open de Australia, su primer Grand Slam, y el Torneo de Rotterdam, además de auparse al número 3 del ranking ATP.

Un Sinner que concedió una entrevista a la edición italiana de la revista Vanity Fair en la que manifestó por qué suele conceder pocas entrevistas. “Siempre tengo cuidado con lo que digo o lo intento. Responder de un modo que no me gusta o que no es cierto sería como tirarme al fuego. Las respuestas suelen ser las mismas porque soy honesto y me gusta ir directo al grano”

Pese a su gran momento de forma, Sinner no se considera como el gran rival a batir del torneo y afirma que debe seguir trabajando para mantenerse en la cima. “¿Si soy el rival a batir? Eso son palabras muy grandes. Soy el número tres del mundo de momento. Es un buen resultado pero aún tengo que trabajar, preparar todo, porque ahora mis rivales me conocen bien y también saben mis debilidades. También son rivales a batir Zverev y Medvedev, que están jugando muy bien; Carlos Alcaraz, que ha ganado dos Grand Slam y tiene dos años menos que yo. Y luego está Djokovic, Nole es mucho Nole”.

Sinner también manifestó que, pese a que intenta tener todo bajo control al entrenar, luego fuera de la pista es un chico normal y corriente. “Intento controlar las cosas que me impiden hacer mi trabajo, las cosas que me impiden entrenar con tranquilidad al día siguiente. Pero si algún día quiero ir al zoo, voy. Soy un chico normal fuera de la pista. Me gusta jugar a la Play Station, cenar fuera o dar una vuelta, pero prefiero quedarme en casa, en Montecarlo”.

El tenista italiano también admite que logró encontrar a su equipo ideal y admitió que no hizo una celebración extravagante por su victoria en el Open de Australia. “Hay que tener suerte para encontrar a las personas ideales, pero también es un aspecto que puedes controlar. Yo encontré a las personas ideales en el momento justo que me han llevado por el buen camino. Me han ayudado a crecer, a conocer mejor a mí mismo y mi cuerpo. Me cuidé mucho. El domingo jugué la final de Australia, al día siguiente volé a Italia y al día siguente fui al gimnasio. No lo celebré en exceso, no bebí porque no es bueno para el cuerpo. Comimos algo y volví al hotel”.

Un Sinner que también se mostró autocrítico a su regreso del Grand Slam. “En el vuelo de vuelta, de 20 horas, pensé cómo podía mejorar más. No dejaba de preguntarme por qué iba perdiendo 2-0 y por qué no reaccioné antes. Cuando dije en el tercer set ‘estoy muerto’, estaba en dificultades, aunque sabía que estaba cerca de Medvedev, y le pedí a mi equipo que me apoyara”.

El italiano también quiso recoerdar como fueron sus inicios en el tenis y cómo logró voltear las lágrimas del primer día. “Fue duro cuando me fui de casa con 13 años para entrenar en Bordighera. Nada más llegar me puse a llorar. Les llamé dos horas después y seguro que pensaron ‘tenemos que ir a buscarlo’. Pero les dije que no se preocupasen, que todo estaba bien. Tuve la suerte de coincidir con la familia de Luka Cvjetkovic, que tenía dos hijos y un perro... y yo nunca habia tenido un perro”.

Sinner también confesó que le gusta poco salir de fiesta y que sus amigos de la infancia le ayudan a mantener los pies en el suelo. “Creo que no me hace falta nada, nunca he ido a una discoteca, no me gusta dormir hasta tarde... Me gusta más jugar a las cartas con un amigo. Mis mejores amigos siguen siendo los del colegio, los puedo contra con los dedos de una mano. Son pocos, pero íntimos, porque me conocen desde niño y no les importa si gano o si soy famoso. Hablamos de cosas normales y me dan tranquilidad, y lo aprecio más que cualquier otra cosa”.

El tenista de San Cándido también se mostró orgulloso de ser italiano pese a nacer en la zona del Sudtirol y hablar alemán. “Siempre me he sentido orgulloso de ser italiano. Con siete años competía en campeonatos de esquí con niños italianos, y en Liguria con 14 años todos mis compañeros de clase eran italianos. Pero sí tenemos nuestro dialecto alemán en Tirol del Sur, al igual que en Sicilia se habla un dialecto que en el resto de Italia no entienden”

Sinner también justificó su decisión de irse a vivir a Mónaco y manifestó cómo le da valor al dinero desde pequeño. “Mónaco es un lugar muy seguro, hay muchos tenistas con los que puedo entrenar, muy buenas pistas instalaciones. Siempre pensé que sería un gran lugar para vivir. Antes de comprar algo siempre miro el precio. Si voy a un restaurante y la pasta con salsa de carne cuesta mucho más que la de tomate, me quedo con la de tomate. No porque sea tacaño, sino porque respeto el dinero. Solo me regalé un coche, uno bonito, pero no fue un Ferrari, un Lamborghini o un Maserati”.

El tenista italiano también confesó que antes sí rompía raquetas y lamenta no haber podido enfrentarse con Federer. “Sí he roto una raqueta, pero hace muchos años. La raqueta es la cosa más importante que tenemos. De la rivalidad entre Borg y McEnroe, me quedaría con Borg, tal vez. Y me habría gustado jugar con Federer, se le extraña”.

Por último Sinner mostró su ilusión por ser el número uno del ranking... aunque no quiso apostar por ello. “¿El número uno de la ATP? El futuro no se puede predecir, pero es un sueño y trabajamos para acercarnos lo más posible. ¿Si apostaría? No, nunca me han gustado las apuestas”.

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