“Ser el Yao Ming del tenis suena bien y es un sueño”
Yibing Wu, número 56 del mundo, se estrena en el Godó ante el argentino Schwartzman. El tenista chino vivió en España y quiere ganar un Grand Slam. Es un amante del jamón y un fanático de la NBA.
Junto a la piscina del Real Club Tenis de Barcelona, el chino Yibing Wu (23 años, 56 del ránking ATP) espera sentado en una silla bajo el sol de verano el sorteo del cuadro del Trofeo Conde de Godó. No he tenido demasiado suerte. Le ha tocado el argentino Diego Schwartzman, número 48 y semifinalista el año anterior. Pero no le asusta al primer talento del tenis chino, que sueña a lo grande. Su padre fue boxeador, él comenzó en el bádminton y es fanático de la NBA. Idolatra a Kevin Durant y a Yao Ming, quien abrió camino en el baloncesto como él quiere abrir en el tenis masculino. Conoce España al dedillo. Vivió en Madrid y en Barcelona. Recuerda la Sagrada Familia y bañarse desnudo (”cuando era un niño”) en la playa de la Barceloneta. Y desayuna jamón, un buen hábito que mantiene.
-En cuestión de un año ha ascendido del puesto 1.869 al 56 del ranking. ¿Cómo explica esa enorme evolución?
-Debido al COVID, me vi obligado a estar dos años en China. No pude viajar mucho, y además tuve unas pequeñas lesiones durante ese tiempo, así que comencé a jugar torneos ATP Challenger el año pasado. Comparado con cómo estoy ahora, es bastante impresionante lo que he podido crecer en el ránking. También es gracias a mi entrenador (el argentino Gerardo Azcurra). Estaba perdido y ahora soy el 56, por lo que es bastante bueno.
-Habla de múltiples problemas, ¿hubo un momento en el que quiso tirar la toalla o cambiar de objetivos?
-Sí, dudé de mí mismo. Pero soy un tipo positivo, sabía que siempre hay altibajos en el tenis y todavía iba a tener mis oportunidades. En realidad, estoy feliz por haber superado diferentes situaciones.
-Antes del tenis usted jugó a bádminton, ¿por qué ese cambio?
-Como niño chino, el bádminton era el deporte más común. Tenía cuatro o cinco años cuando empecé a practicarlo, pero la red de bádminton estaba demasiado alta. Realmente no podía levantar la raqueta. Una de las razones también por las que mis padres querían que hiciera deporte es por el pasado de mi padre como boxeador.
-¿Llegó a ser profesional?
-Competía con casco, y eso no es ser profesional, pero estuvo entre los tres primeros de China en su categoría, así que le fue bastante bien. Quería que hiciera algo para estar en forma y cuando estábamos buscando instalaciones encontramos una pista de tenis. No era la red de bádminton, así que mejor para mí. Por eso elegí jugar al tenis.
-¿Por qué el tenis no es popular en China?
-Creo que, en primer lugar, antes de Li Na (ganadora de dos Grand Slam), no teníamos una estrella; la gente no sabía mucho sobre tenis. También porque la forma en que funciona el sistema en China no se ajusta al sistema idóneo del tenis. Diría que esta es la razón por la cual no fue el primer deporte que eligieron los niños. Pero en estos años se ha desarrollado mucho. Por ejemplo, algunos de mis buenos amigos se convirtieron en entrenadores de tenis y dicen que hay muchos más niños, y los padres quieren saber qué es este deporte e indagar las posibilidades. Yo u otro jugador chino que juegue en el circuito tenemos la responsabilidad para que más niños amen este deporte.
-¿Ayuda su éxito? ¿Es popular en China?
-Sí. Es un círculo: cuánto más ganemos, el marketing será mejor, más gente nos conocerá, vendrá más inversión, etc.
-Se han reabierto los torneos en China, ¿eso es un impulso más para ustedes?
-Creo que es muy bueno. En primer lugar, para los jugadores, ya que podremos jugar frente a la afición. Y también para que los fanáticos nos veana nosotros y a los mejores jugadores, porque han estado ausentes durante dos o tres años. China lo necesita.
-No es su primera vez en Barcelona, ¿cuéntenos su experiencia aquí?
-Cada vez que voy a algunos lugares en los que nunca he estado, necesito averiguar cuál es la situación del país. Pero he estado varias veces en España, disfruto mucho, pasé más tiempo aquí que en mi casa. También tengo un entrenador argentino con el que puedo hablar un poco en español.
-¿Le gusta este carácter español? ¿Se siente identificado?
-Sí, claro, siempre me doy cuenta de que Europa es muy bonita, tanto las ciudades como su gente. Sé que Barcelona tiene una playa en la que me bañé desnudo… Tenía como diez u 11 años, era muy joven, mi entrenador dijo que era un niño pequeño, que podía ir a donde quisiera. Siento que es muy agradable, me siento muy cómodo y la comida… La comida es lo mejor. También viví y entrené en Madrid.
-¿Cuál es su comida favorita?
-Me gusta cocinar. Cuando cocino no puedo cocinar platos grandes, cocino cosas básicas, pasta, etc. Pero lo que más me gusta es el jamón, lo como en el desayuno.
-¿Qué ha absorbido del tenis español?
-La pasión y la mentalidad del trabajo duro. Puedes ver todo eso en Alcaraz, que es tan joven y tan talentoso. Cuando eres joven y quieres ser bueno, necesitas trabajar duro. Nada es fácil en este mundo, todos quieren abrazar su clasificación, intentar ganar el partido que juegan. Así que el trabajo duro y la pasión es lo que he aprendido más de España. También soy un tipo trabajador, pero es diferente aquí, especialmente cuando tienes a todos a tu alrededor haciendo lo mismo que tú. Yo estoy solo en mi país. Lo que te rodea realmente importa. Aquí hay un equipo. La gente tiene a alguien a quien admirar, como Nadal o Moyá, como Robredo, Ferrer… todos estos buenos jugadores.
-¿Por eso escogió España?
-Soy el ranking más alto de la historia de mí país. Definitivamente, es difícil para mí y también para los entrenadores chinos porque realmente no sabemos qué camino debemos tomar. Es por eso qué elegí practicar en España porque ustedes ya tienen un equipo muy exitoso y me ayuda a crecer.
-Hay dos referencias en España, Nadal y Alcaraz. ¿Cómo ve usted al joven jugador y talentoso, como lo definió antes?
-Para mí él es una bestia. Su cuerpo es muy fuerte para su edad y la forma en que juega... Tal vez en ese momento Rafa era lo mismo, pero yo era demasiado joven y no lo veía jugar. Pero después de los últimos torneos, realmente creo que se merece lo que ha logrado, el ranking y el Grand Slam. Lo respeto mucho como jugador y como persona, es un tipo muy agradable dentro y fuera de la cancha.
-¿Y hasta dónde puede llegar usted?
-Soy todavía un jugador joven, tengo 23 años, me quedan al menos diez más, cualquier cosa puede pasar. Para este año el objetivo es llegar al top 30. Siempre que pueda alcanzarlo, podré asentarme. Puedo tener un mejor oponente en las primeras rondas de un Grand Slam. Y definitivamente busco ganar un Grand Slam para estar entre los diez primeros y luego entre los tres; todo esto requiere mucho trabajo y tiempo. El primer objetivo que tengo es moldear mi cuerpo, necesito tener un cuerpo más fuerte porque todos estos tipos europeos son bestias. Los asiáticos construimos distintos cuerpos.
-Su tronco superior parece el de un nadador…
-Sí, soy muy flexible en los hombros. Djokovic también es así. Hay muchas cosas que puedo mejorar: la comida, la práctica en el gimnasio… Cuando llegas a este nivel se trata de detalles.
-Juega a tenis pero le encanta el baloncesto. ¿Se aficionó por Yao Ming?
-Yao Ming fue un referente. Creo que el 80 por ciento de los fanáticos conocen la NBA por él o Michael Jordan, pero la razón por la que comencé a ver la NBA fue por Kevin Durant. Creo que es uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA por su forma de jugar y también por su mentalidad extraordinaria. Siempre es genial, no tiene muchas emociones. Es muy real dentro y fuera de la cancha, no quiere esconderse, lo cual aprecio mucho. En España hay muy buenos jugadores de baloncesto, como Pau Gasol. Me gusta mucho, jugó en los Lakers con Koby Bryant. Y también su hermano Marc Gasol.
-¿Su reto es ser el Yao Ming del tenis en China?
-Claro, esto es algo que todos los jugadores quieren, de lo contrario no hay razón para que se trabaje tan duro. Queremos perseguir nuestros sueños, confiamos en nosotros mismos, y existe la posibilidad de que pueda lograrlo. Suena bien, me gustaría.