Rune hace valer su buen momento para ganar a Bautista

Holger Vitus Nodskov Rune, danés de largo nombre y corta edad (19 años), hizo valer su buen momento de juego y resultados para vencer a Roberto Bautista en dos desempates: 7 (1) y 7-6 (6) en poco más de dos horas. La jornada del sábado en Basilea, que se presentaba ilusionante para el tenis español, acabó en chasco por las derrotas de Carlos Alcaraz y del castellonense. Serán Felix Auger-Aliassime y Rune los que disputen la final este domingo (15:00, #Vamos), dos jugadores que cabalgan sobre una brillante serie de 12 victorias el canadiense y de nueve el chaval de Gentofte (12-1 desde septiembre). “Mañana se romperá mi racha o la de Felix, espero que no sea la mía”, dijo Rune.

Una pena, porque Bautista mereció más y estuvo más cerca del partido por el título que Alcaraz, pero el primer parcial se le escapó en un mal tie-break y el segundo en otro que parecía mucho mejor para él, que de hecho tuvo cuatro puntos de set con 6-2 en su momento más dominante. El español había dado un paso al frente en cuanto a agresividad para jugar una segunda manga casi perfecta, de no haber sido por ese final aciago y porque no pudo convertir ninguna de las siete opciones de break que tuvo en tres juegos diferentes.

Bautista necesitaba poner algo más en la pista para intentar superar a Rune y lo hizo, pero en el cómputo global del encuentro su rival le superó en pegada (46 golpes ganadores) y saque (11 aces). Cerca de la red, además, demostró tener valentía y muy buena mano. Subió 39 veces y ganó 32 puntos. Es mucho mejor sacador que restador, y por ahí tuvo el partido controlado por momentos Roberto, que solo perdió cinco tantos con su servicio en el segundo set. Ambos llegaban a su primer duelo sin haber cedido un solo parcial y Rune alcanza la final sin haber entregado su saque (41-0).

La ayuda de Moratoglou

De carácter nervioso y a veces endiablado, Rune, que ya es top-20 (18º, sería 16º si sale campeón) parece haber encontrado la calma con Patrick Moratoglou en su equipo, sentado en la grada junto a la peculiar (por participativa) madre del chico y otro técnico, Lars Christensen. “Mis entrenadores me han ayudado mucho”, dice Holger, que este año lleva ya cuatro finales, entre otras cosas, porque, cómo hizo este sábado, también sabe actuar con paciencia cuando las circunstancias lo requieren. Y ante un jugador tan sólido como Bautista, eso es oro. A Roberto le queda el consuelo de haber hecho un torneo casi impecable, aunque se va también a París con la frustración de no haber podido seguir adelante a pesar de ello.