Nadal regresa con un triunfo que alimenta la ilusión
El español de 37 años vence en dos sets y con muy buenas sensaciones a Thiem. Se enfrentará el jueves en octavos al australiano Kubler.
Cuesta mucho contener la euforia a la vista de un triunfo de Rafa Nadal que alimenta, y mucho, la ilusión. Casi un año después de disputar su último partido de individuales, en el Open de Australia (fue derrotado en la segunda ronda por el australiano Mackenzie McDonald), el ganador de 22 Grand Slams se merendó en el ATP 250 de Brisbane a Dominic Thiem (7-5 y 6-1 en 89 minutos) con unas sensaciones difícilmente mejorables, teniendo en cuenta su largo periodo de inactividad y el hecho de que hace solo unos meses fue operado del psoas ilíaco izquierdo y la cadera. Nos tiene acostumbrados el tenista español a este tipo de regresos, pero el de este martes resulta especialmente inverosímil, porque nunca había pasado tanto tiempo sin competir y ya tiene 37 años.
Rafa Nadal está de vuelta
“Es un día importante y emotivo para mí. Después de uno de los años más duros de mi carrera, poder volver ante un gran público y jugar a un nivel positivo desde el primer día es para estar orgulloso, yo, mi familia y todos los que han estado a mi lado”, dijo Rafa, que sacó más que bien (solo perdió seis puntos con su servicio), el drive le funcionó como en sus mejores épocas y fue capaz de ajustar la posición al resto para encontrar los quiebres ante un rival que se estaba manejando con seguridad en sus turnos de saque. “¿Me pongo más adelante en el primero… y en el segundo más atrás?”, preguntó Nadal a su equipo antes del 7-5 de la primera manga, sentado en su siempre pulcramente ordenado banquillo (hay cosas que nunca cambian). Lo hizo y desconcertó completamente a Thiem, que había tenido que sufrir un montón para remontar dos partidos en la previa ante contrincantes, en teoría, inferiores.
De hecho, acabó con la moral y las opciones de un muy buen tenista que fue capaz de ganarle hasta seis veces cuando estaba en su punto más álgido de forma. Con 30 años y en el puesto 98 del ranking (fue número tres), ahora padece lejos de ese prime, desde que una lesión en la muñeca derecha, hace dos años y medio, le hizo perder completamente la confianza en su golpe de derechas.
Kubler, próximo rival
La historia del partido duró un set y tres juegos, los primeros del segundo parcial, en los que Nadal desarmó por completo a su buen amigo Dominic. A partir de ahí, paseo para el balear, que disfrutó de lo lindo, suelto y cargado de esperanza. La denotó su sonrisa en la celebración, contenida, de su victoria 1.069 en la ATP, con la que supera en el cuarto puesto de la lista histórica al legendario Ivan Lendl. También le reporta 25 puntos y una subida de 131 plazas en la clasificación, del 672 al 541.
El jueves, en horario por confirmar, se enfrentará en octavos al australiano Jason Kubler, que pasó por retirada del ruso Aslan Karatsev cuando el marcador estaba en 6-4 y 6-7 (4). Compañeros y compatriotas del circuito, como Alejandro Davidovich, que ha empezado el curso con dos victorias en la United Cup, alucinan con el “nivelazo” de Nadal. Carlos Alcaraz se unió a la celebración: “¡Qué alegría volver a verte en pista, Rafa!”, escribió en Instagram. El inicio, después del anecdótico y conveniente partido de dobles con Marc López el pasado domingo (derrota ante Purcell y Thompson), justifica la emoción colectiva. El despliegue de Rafa, como armó el juego, provocó escalofríos… y pelos de punta al verle gritar otra vez “vamos”.
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