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TENIS | BRISBANE

Nadal arrolla a Kubler y continúa generando ilusión

Un brillante Rafa atropella al australiano Kubler, que solo gana tres juegos, y se mete en sus primeros cuartos desde Wimbledon 2022. Este viernes, ante Jordan Thompson (11:00).

Nadal arrolla a Kubler y continúa generando ilusión
WILLIAM WESTAFP

Había quien optó por ser prudente y por contener la euforia que generó Rafa Nadal en su regreso a la competición tras 349 días de ausencia. Un partido bueno, bajo las circunstancias en las que vuelve el campeón de 22 Grand Slams, podía ser algo puntual. Pero dos seguidos ya no son casualidad. No es tarea sencilla el evitar estar embriagado de la ilusión que genera Nadal en su retorno, y es que este jueves dio otro recital para batir al australiano Jason Kubler, de 30 años y 102º del ranking ATP, en la segunda ronda del ATP 250 de Brisbane (6-1 y 6-2 en 84 minutos). El balear, de nuevo excelso en la gran mayoría de facetas del juego a pesar de su corto rodaje, se enfrentará este viernes al también local Jordan Thompson (11:00 de España, Movistar+) en los que serán los primeros cuartos de final que disputa Rafa desde que jugase los de Wimbledon en 2022.

“Creo que he empezado jugando muy bien, con muy buena determinación. Vi vídeos de Jason antes del partido y me fijé en que era muy sólido desde línea de fondo. Así que entré a la pista siendo agresivo desde el fondo y profundo”, dijo Nadal tras una victoria que cimentó, como apuntó él mismo, con un comienzo arrollador. Ganó 14 de los 15 primeros puntos del partido, y el que cedió fue por una doble falta suya. Rafa maniató a Kubler, que desde el quinto juego presentó molestias en su codo derecho, en el que era el primer enfrentamiento directo entre ambos. “Ha sido un partido muy positivo. Poder jugar mañana significa mucho para mí. Dos victorias después de un tiempo largo fuera del circuito es algo que me hace sentir bien y feliz, no puedo dar las suficientes gracias a todo el mundo”.

Nadal arrolla a Kubler y continúa generando ilusión

Todo lo positivo que mostró la leyenda de 37 años en su reestreno ante Thiem fue refrendado hoy con Kubler enfrente. La derecha le volvió a correr a Nadal como en sus mejores años, sus bolas liftadas y con spin fueron un constante dolor de cabeza para su adversario, y la movilidad fue más que destacable teniendo en cuenta el punto en el que se encuentra el español. Por si fuera poco, da la sensación de haber añadido ahora otro as en la manga a su extenso repertorio: el servicio. Como hace un par de días, Rafa hizo mucho daño con el saque, y esto puede ser fundamental para él en este momento de su carrera. No concedió ni un solo break, salvó las cuatro bolas de quiebre que tuvo Jason y afianzó unas sensaciones que, por difícil que pueda parecer dado el listón que puso su debut, van al alza. También, más importante incluso, logró mantener la que dijo ser su premisa en este torneo: “seguir sano”.

“Necesito partidos, necesito salud, necesito seguir entrenando bien. Los dos últimos partidos aquí ayudan, también el dobles. Las victorias y pasar tiempo en pista claro que ayudan. Estoy feliz por ello, por volver después de un largo tiempo y por sentirme competitivo, eso es todo lo que quiero. Ahora veremos qué pasa y hasta dónde puedo llegar”, apuntó el balear, que bien pronto avisó a Kubler del guion que iba a llevar el encuentro. Break en blanco a las primeras de cambio y, en su siguiente juego al resto, se trabajó con detalle un nuevo quiebre que cerró con un puntazo finiquitado en la red con un smash prácticamente de espaldas, golpe marca de la casa y que tanto se echaba de menos. El australiano, intimidado por tener a un gigante del tenis enfrente (da igual que sea el 672º del ranking ATP o que lleve un año de inactividad, no deja de ser Rafa Nadal), despertó para evitar el rosco en la primera manga. Hablando del ranking del español, por cierto, con su triunfo de hoy Nadal pasó de estar proyectado como 541º del mundo a ser virtualmente 451º, un salto de 221 posiciones en apenas dos partidos.

Mucho sudor, anécdota y control total

Se podría decir que Nadal ni sudó para batir a Kubler, aunque lo cierto es que las condiciones en Brisbane (27 grados y 75% de humedad al inicio del encuentro) hicieron transpirar de lo lindo al balear, que incluso tuvo que pedir entre puntos que secaran las múltiples gotas que caían de su cuerpo a la pista. Por segundo partido consecutivo, el partido de Rafa se jugó con pista cubierta, aunque cuando se techa la Pat Rafter Arena no es cerrada del todo y tiene recovecos abiertos en las esquinas. La previsión del tiempo en la ciudad de Queensland invita a pensar a que este viernes ante Thompson, y pasado si gana, Nadal volverá a jugar bajo un techo en el que de momento se ha desenvuelto a las mil maravillas.

Dejó el partido la anécdota de que Rafa tardó unos segundos más de los permitidos en su visita al baño entre primer y segundo set, recibiendo una advertencia por parte del juez de silla. El español se lo tomó con una sonrisa, cosas de estar un año sin competir. “Creo que fue algo extraño. Sé que tengo cinco minutos y, sinceramente, Brisbane es muy húmedo. Me he tenido que cambiar toda la ropa, y en eso se tarda un poco. En el walkie-talkie me iban avisando del tiempo que me quedaba y salí en el tiempo correcto. No sé si el chico que estaba conmigo le dijo al juez de silla unos segundos más tarde que salía. Yo pensé que estaba en tiempo, sinceramente. Luego me dijo que había tardado cuatro segundos más de la cuenta. No sé si fui yo, no lo pensé en ese momento. Sé que soy lento, voy a tratar de mejorarlo en 2024″, contó Nadal entre risas y desatando la ovación de un público australiano que le adora.

Puede que ese toque de atención le diese gasolina para romper el saque de Kubler en el primer juego del segundo parcial, algo que a la larga terminó siendo insalvable para él. Nadal no quemó más naves de la cuenta en ese set, jugó a placer con la ventaja que tenía en el marcador y, con ello, consiguió otra rotura más. Un ciclón que demuestra que lo mostrado ante Thiem no fue un farol. Esta vez no tendrá un día para descansar, y en apenas 24 horas estará de nuevo jugando por un puesto en semifinales frente al también aussie Jordan Thompson, de 29 años y 55º del ranking mundial, que accedió además a cuartos de final sin jugar por la retirada de Ugo Humbert antes del duelo entre ambos. Será la tercera vez en la que Thompson y Rafa, que está 10-1 en sus últimos partidos ante australianos (la derrota fue con De Miñaur en la United Cup del año pasado), se vean las caras, con pleno de triunfos del balear hasta el momento. En caso de ganar, la lógica dice que el de Manacor se enfrentaría en semifinales con un Grigor Dimitrov lanzado después de batir a Daniel Altmaier por 6-1 y 6-2, siempre y cuando el búlgaro superase mañana al australiano Rinky Hijikata, verdugo de Tomas Machac en tres sets. La vuelta de Nadal continúa cargada de ilusión y esperanza.

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