Facundo Díaz: de invitado a sorprendente campeón en casa

Se llama Facundo Díaz Acosta, es de Buenos Aires, tiene 23 años y es el 87º del mundo. Pero, además, desde este domingo es el segundo invitado que consigue ganar el Argentina Open, después de gran David Ferrer, que lo hizo con la wild card que le concedió la organización en 2014. Cuando su rival en la final, Nicolás Jarry, envió la pelota un pelín larga por la línea de fondo con la derecha (era su sexto match ball en el mismo juego), Facu se llevó las manos a la cabeza dejando caer la gorra que llevaba puesta. Acababa de vencer por 6-3 y 6-4 al verdugo de Carlos Alcaraz en las semifinales del sábado. Con su noveno triunfo en el circuito, ganó su primer título ATP. Para no creérselo.

En el torneo de casa le había pasado siempre cosas buenas. Allí ha obtenido seis de esos ocho triunfos; hizo su debut en 2020, también con invitación; ganó su primer partido en 2023, y ha logrado la mayor victoria de su carrera, ante el chileno, número 21 del ranking. Se une a Rafa Nadal, campeón en 2015, como únicos campeones zurdos en Buenos Aires, y sale ahora en el puesto 69 de la clasificación, el mejor que ha ocupado. Seguramente, si sigue así, en 2024 entrará en el cuadro directamente. Porque no hace nada mal, tiene una buena derecha, con muchas revoluciones, falla poco, es bueno físicamente y tiene un tenis, en líneas generales, ideal para la tierra batida.

“No sé qué decir. Estoy muy feliz, he trabajado mucho para lograr esto con mi equipo y mi familia”, dijo el sexto ganador local del evento bonaerense, tras Guillermo Coria (2004), Gastón Gaudio (2005), Juan Mónaco (2007), David Nalbandián (2008) y Diego Schwartzman (2021). Esta semana apeó, antes de triunfar ante Jarry, a Daniel Altmaier, Francisco Cerúndolo (22º), Dusan Lajovic y Federico Coria. Era, claro está, el favorito del público, algo que preocupaba un poco al chileno, del que se esperaba algo más en la final, dado lo caliente que suele ser la afición argentina, muy correcta, por otra parte. Sus tres victorias en los enfrentamientos que ambos habían tenido en Challengers no tuvieron peso en esta ocasión.

Meditación y relax

En presencia de la legendaria Gabriela Sabatini, recogió su trofeo. “Vengo soñando este momento hace mucho tiempo, con mi familia bancando desde muy atrás. Que sea acá en Argentina es algo tremendo. Muy contento de haber podido triunfar”, afirmó Facundo, que recurrió a la meditación para mejorar cuando las cosas no le iban tan bien. También decidió no pensar tanto en el tenis y disfrutar más de la vida, como revela un reportaje de la web oficial de la ATP. Ahora, “el clic” del que habla en ese artículo, ha dado sus frutos.