El cuerpo frena a Alcaraz
El español, lesionado, pierde la final de Río ante el británico Norrie. Carlitos, más que posible baja para Acapulco, se aleja del número uno.
La tardía y hasta este domingo perfecta temporada de Carlos Alcaraz, que empezó el 15 de febrero en Buenos Aires por culpa de dos lesiones musculares, 103 días después de su último partido, se vio frenada de nuevo por problemas físicos. El español, que se había proclamado campeón en la capital de Argentina al vencer a Cameron Norrie, cayó lesionado una semana después en el muslo derecho, el que le impidió jugar el Open de Australia, y perdió en un duelo muy loco en Río de Janeiro, donde defendía título, ante el mismo rival, el británico de 27 años y desde este lunes 12º del mundo: 5-7, 6-4 y 7-5 en dos horas y 40 minutos. No se repetía una final de manera consecutiva desde que Djokovic y Murray jugaron las de Madrid y Roma en 2016.
La ciudad de los carnavales, donde ganó su primer partido ATP (en 2020 contra Albert Ramos), siendo el más joven en obtener una victoria en un 500, y se convirtió el año pasado en el campeón más joven del torneo (pudo con Schwartzman), quedará también en la memoria de Alcaraz por este día aciago que puede tener futuras consecuencias, ya que es más que probable que el murciano de 19 años no pueda competir esta semana en Acapulco (”Tengo que evaluar la lesión para tomar una decisión”, avisó). Se queda, además, sin poder empatar a 6.980 puntos en el ranking con Djokovic, que mantendrá el número uno y lo defenderá en Dubái haga lo que haga si es que Carlitos (a 200 del serbio) no juega en México. Estaba en racha de 8-0, a dos triunfos de los 100 en su carrera, cerca de igualar a John McEnroe (100-31) como el que menos ha necesitado para llegar a esa cifra entre los 28 números uno que ha habido. Pero ahora su marca es 98-32 y ya no podrá hacerlo. Norrie no es un cualquiera, ha ganado este curso dos veces al número dos, primero a Nadal, cuando el balear lo era en la United Cup, y después a Alcaraz. Es líder del año en victorias totales (18) y en tierra (10). Y esta fue su 14ª final, 13ª desde mayo de 2021, solo por detrás de Djokovic (15) en este periodo. Además, es buena persona: “El partido podría haber caído de tu lado. Felicitaciones por estar en otra final. Fue un gran partido y un orgullo compartir pista contigo otra vez”.
“Es duro jugar contra ti. Estar en dos finales seguidas no es fácil, te mereces esto más que nadie”, le había dicho antes Alcaraz, que mereció apuntarse la primera manga porque arriesgó más que Norrie y supo jugarla tácticamente bien, pese a no hacer un gran tenis. De hecho, cometió 20 errores no forzados en los doce primeros juegos, 11 más que su rival. Hizo méritos en su mejor faceta del juego durante la semana: el resto. Aunque el inglés fue el primero en tener una opción de break, el murciano soltó los nervios (“Tira más alto, hostia, venga, capullo”, gritó), las tuvo sobre dos saques de su rival, punto de set incluido con 5-4. Hasta que con un revés paralelo sobre la subida de Cameron, que intuía lo que le esperaba al no meter el primer saque, logró el break que le puso en ventaja.
Dolor y derrota
Norrie apretó en el inicio del segundo parcial, aunque desperdició un 15-40, por méritos de un escapista consumado como Alcaraz, que luego no le perdonó cuando se fue al suelo por un tropezón y perdió tres puntos en pleno aturdimiento. Quiebre y más de medio campeonato en el bolsillo, porque Cameron parecía hundido con 3-0 y 0-30 en contra… Hasta que reaccionó, salvó su primer juego y después sí aprovechó otro 15-40 para dejar las cosas como estaban.
Quizá Carlitos se confió un poco o le traicionó el desconcierto de jugar contra un oponente herido, que aún tenía algo que decir una vez recuperado del revolcón. Más tarde se supo el motivo de su bajón. Un parcial de 4-0 puso por delante a Cam contra todos los pronósticos. Sin embargo, su esfuerzo pudo irse al garete en un mal turno de servicio que hizo que se igualara de nuevo el set. No fue así, porque Alcaraz se dejó otra saque y empezó a sufrir físicamente. Tuvieron que vendarle el muslo derecho.
No obstante, en pleno festival de breaks, logró uno más e inició en ventaja el tercer set. No le duró mucho, porque la cosa iba de restos. Entonces tiro la raqueta en el banquillo, frustrado por las molestias, y se quitó el vendaje, que le apretaba demasiado. Problemas serios. Cojeando, Alcaraz combatió con lo que pudo, un tenis más directo a golpe de drive, sus célebres dejadas… aunque no podía sacar bien y Norrie trataba de moverlo de lado a lado, con saques abiertos, para explotar su debilidad. Enfurruñado con su equipo, en busca de respuestas, Carlitos pasó al ataque de manera casi suicida. Y le funcionó, tres restos y choque nivelado, otra vez. Tampoco andaba muy sobrado su contrincante, pero supo aprovechar sus ocasiones (saque con 6-5 y dos puntos de partido). Y su determinación pudo con el arsenal de recursos (hasta hizo un fallido saque por abajo) y el halo ganador del chico maravilla de El Palmar, que metió bolas increíbles, pero no podía hacer más. Pese a la derrota, es un titán, un diamante en bruto que hay que empezar a cuidar con mimo para que no pierda brillo.