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Dolgopolov y la guerra: operador de drones y futuro “en suspenso”

El extenista ucraniano, que aún se encuentra inmerso en la defensa de su país, relata sus vivencias y lo que ha aprendido durante la guerra.

Alexandr Dolgopolov, en sus redes sociales.
DiarioAS

Alexandr Dolgopolov sigue en la primera línea en el conflicto entre Ucrania y Rusia sirviendo a su país. Tras volver de una misión en la región de Zaporiyia, concedió una entrevista al Daily Mail, medio británico, desde su casa de Kiev en la que repasó sus vivencias de la guerra y cómo tanto él como sus compañeros hacen frente a un ejército que les supera en número y en medios. Sin embargo, no pierde la esperanza de que algún día termine este enfrentamiento para volver a la normalidad. “Todos los proyectos para el futuro han quedado en suspenso. No planeo nada. Planeo por un día, dos, tres lo que sea”, declaró el tenista que llegó a ser el número 13 del mundo.

El ucraniano, un buen pegador desde el fondo de pista, que venció a Nadal en la primera ronda del torneo de Queen’s en 2015 y que hizo cuartos de final en el Open de Australia fue de los muchos atletas ucranianos que pusieron su vida en pausa para coger las armas y defender a su país. Desde entonces, se ha convertido en un experto operador de drones con el objetivo de ayudar en los ataques. “Les enseño dónde tienen que disparar, así pueden trabajar más efectivamente. Aprendes qué tipo de armas tiene el enemigo, cómo suena y desde dónde te pueden ver”, añadió.

El frente de batalla es agotador hasta para un atleta profesional acostumbrado a las más grandes batallas y en distintas condiciones. Su presencia le está convirtiendo en un experto armamentístico y le hace ser más consciente de la realidad. “Habíamos trabajado quince horas el día anterior. Parecíamos zombis tomando bebidas energéticas. En la guerra sientes como los proyectiles atraviesan tu cuerpo cuando aterrizan. Escuchas el disparo y esperas ver donde llega. Tienes pensamientos interesantes ahí sentado y no puedes hacer nada. Piensas, si salgo de la trinchera, tal vez pueda alcanzar el coche, lo que es, sin duda, la peor decisión posible”, comentó acerca de los combates.

Entre las muchas cosas que ha aprendido está el coste potencial del error humano. “Cuanto más tiempo pasa, más gente ves morir a tu alrededor”, comentó sobre los compañeros de unidad y amigos que han fallecido durante la guerra. “Ya no soy tan optimista como antes. La vida es mucho más estresante. Antes era una persona muy despreocupada, siempre sonriendo y bromeando. Todavía bromeamos, pero pagas el peaje de la guerra, es mentalmente agotador, lo pagas”, afirmó.

“Es una vergüenza”

La semana anterior a conceder esta entrevista, al mismo tiempo que se disputaban las NextGen Finals, se organizó en San Petersburgo una exhibición a la que asistieron varios jugadores como el español Roberto Bautista o Adrian Mannarino, con los que Dolgopolov compartió vestuario en multitud de ocasiones. “Es una vergüenza, sobre todo por parte de los jugadores europeos. No puedo entenderlo, no sé en qué están pensando. Los rusos amenazan a Europa a diario con ataques nucleares, con chantajes energéticos, y ellos siguen optando por ir allí y ganar dinero. Para mí es una broma. Es patético”, finalizó el ucraniano.

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