“Me amenazó, me pidió que le esperara al salir y lo hice...”
Corentin Moutet, tras su incidente con Adrian Andreev en Orleans, explica su versión en redes sociales. La tensión, tal y como indica, siguió fuera de la pista.
La tensión se apoderó del Challenger de Orleans (Francia) el pasado jueves. El jugador local Corentin Moutet y el búlgaro Adrian Andreev, ya en la red, nada más terminar el partido entre ambos, se enzarzaron delante del juez de silla, obligado a intervenir para evitar males mayores. Andreev, sorprendente ganador del duelo (ocupa la 247ª posición del ranking por la 64ª de Moutet), le estrechaba la mano con una fuerza desproporcionada al francés, que respondía con un golpe de hombro. Tras él, y ya sin la red de por medio, se sucedían los empujones y los improperios.
La escena, tal y como ha revelado Moutet a través de sus redes sociales, continuó fuera de la pista: “Me amenazó y me pidió que le esperara al salir, lo cual obviamente hice. Tuve problemas para encontrarlo durante 10 minutos. De hecho, fue escondido por seis personas de seguridad”, detalla. Dentro de ella, según lo publicado por el tenista francés, la situación fue desencadenada por la celebración exagerada de varios puntos por parte de Andreev. También, ya con posterioridad, por insultos del búlgaro. “Cuando un jugador me dice ‘jódete’ dos veces, mirándome a los ojos, no puedo evitar hacerle entender a mi manera que es algo que no puede ocurrir. Si aplaudiste a este jugador al final del partido, es porque su comportamiento es algo aceptable para ti. Para mí, no lo es”, detalla Corentin, contundente. “No quiero pedir disculpas por lo que sucedió al final del partido”, zanja.
Polémica en Adelaida
Un episodio más dentro de un 2022 controvertido para Moutet. En enero, el jugador francés fue descalificado en Adelaida tras, justamente, decirle “jódete” al juez de silla. Fue la primera vez que Corentin, que ahora recibirá una nueva sanción (como Andreev), fue obligado a abandonar una pista de tenis como profesional. Un gran contraste con lo mostrado por el prometedor galo, de 23 años, en el US Open, donde se ganó los halagos de Casper Ruud, a la postre finalista. “Tiene todos los tiros, corre bien, es habilidoso. Realmente, necesitaba concentrarme y mantenerme alerta”, le dedicaba el noruego tras superarle en cuartos.