Leo Borg le hace de sparring olímpico a Nadal

En su búsqueda de sensaciones a menos de dos semanas del comienzo de los Juegos, que jugará tanto en modalidad individual como en dobles (esta junto a Carlitos Alcaraz), Rafa Nadal se encontró este martes un sparring olímpico en Leo Borg. El balear derrotó al hijo del mítico Björn en su estreno en el cuadro individual de Bastad (Suecia), un día después de jugar y ganar por parejas con el noruego Casper Ruud, en lo que se entiende como un ensayo general para París. Lo hizo sin pasar demasiados apuros, ofreciendo pistas que permiten albergar cierto optimismo de cara a las medallas. 6-3 y 6-4 en 1h26 escasa y cita en segunda ronda el jueves (este miércoles jugará de nuevo junto a Ruud, no antes de las 15:00) con el británico Cameron Norrie.

Un par de golpes ganadores de Rafa en los primeros compases del partido anunciaron lo que estaba por venir. Se movió con soltura, sacó muy bien (74% de primeros, 82% de puntos ganados con ellos) y la derecha le corrió lo suficiente como para sacar de punto a un chaval (21 años). Sin demasiado recorrido por ahora en el circuito, pero al fin y al cabo un chaval, lejos aún de los achaques que Nadal, inevitablemente a sus 38 años y con todos los kilómetros que hay en esas piernas, hace tiempo padece.

La cosa es que el que tuvo, retuvo, y Rafa aún gana partidos como este simplemente por peso específico, porque las nuevas generaciones se plantan delante y no pueden o no saben gestionar lo que hay al otro lado de la red. Con 24 golpes ganadores, minimizando errores (solo cinco no forzados) y solidísimo al servicio (no toleró una sola bola de break en todo el duelo), fue haciendo mella. Le bastó con un quiebre por set, en el cuarto juego del primero y nada más arrancar el segundo. A partir de ahí gestionó la renta. Borg, el 461 del mundo, que hasta la fecha ha jugado nueve partidos de nivel ATP y ha perdido ocho, nunca fue una amenaza.

“Estoy defendiendo el título de la vez anterior (ríe). Hemos tenido suerte de poder jugar sin lluvia hoy. Es genial jugar contra el hijo de una de las grandes leyendas de este deporte. Tiene un gran futuro por delante y le deseo lo mejor. Necesito victorias para ganar confianza. Mis sensaciones son geniales. Jugar delante de esta gran audiencia, entrenar bien... Me hace seguir avanzando con la ayuda del equipo. Muchas gracias a los seguidores españoles que están aquí y también a los suecos, a los que llevaba sin poder ver mucho tiempo”, apuntó, siempre caballeroso, Rafa, que llevaba sin parar por estos parajes desde que se proclamó campeón en 2005. Le viene bien el trámite de este martes porque el próximo, ante Norrie, 42º del ranking, será otra historia. Una más exigente, más parecida a lo que se encontrará en París cuando le toque jugarse el turrón.

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