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MASTERS CUP 1998 | ÁLEX CORRETJA

El maestro Corretja, 25 años después

El extenista rememora para AS su hazaña en Hannover en 1998 al conseguir, ante Carlos Moyá, el último Torneo de Maestros de España hasta la fecha.

Barcelona (España)
HNV12D:SPORT-TENNIS-WORLD:HANOVER,GERMANY,29NOV98 - Spain's Alex Corretja celebrates after he won the ATP-Tour world championships final against his compatriot Carlos Moya November 29. Corretja won 3-6 3-6 7-5 6-3 7-5.    pem/Photo by Christian Charisius REUTERS
CHRISTIAN CHARISIUSREUTERS

Saque a la ‘T’. Resto corto de Carlos Moyá. Derecha cruzada de Álex Corretja que Moyá no puede devolver en condiciones y la bola se va fuera. Corretja se va al suelo de rodillas: era campeón del Torneo de Maestros. “Esa es la pelota de partido en la que yo gano a Moyá”, recuerda el catalán. “Yo estoy botando la bola y pensando dónde le quiero sacar. Soy consciente de que Carlos tiene mejor derecha que revés, pero a la vez pienso que mi saque a la ‘T’ es muy bueno. Él me la adivina muy bien y, si te fijas, cuando yo le pego la derecha a su derecha, él también sabe que yo voy a tirar cruzado. De hecho, él la pega bastante en el cuerpo porque se adelanta. Si él hubiera esperado, a lo mejor esa bola no era tan definitiva, pero la pega un poco en el cuerpo y, entonces, la falla”. Así analiza para AS ese último punto de una final antológica para el tenis mundial y, sobre todo, español.

HNV14D:SPORT-TENNIS-WORLD:HANOVER,GERMANY,29NOV98 - Spain's Alex Corretja (L) and his compatriot Carlos Moya pose with a Spanish flag after Corretja won the ATP-Tour world championships final in the northern German city of Hanover November 29. Corretja won the match 3-6 3-6 7-5 6-3 7-5. pem/Photo by Christian Charisius REUTERS
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HNV14D:SPORT-TENNIS-WORLD:HANOVER,GERMANY,29NOV98 - Spain's Alex Corretja (L) and his compatriot Carlos Moya pose with a Spanish flag after Corretja won the ATP-Tour world championships final in the northern German city of Hanover November 29. Corretja won the match 3-6 3-6 7-5 6-3 7-5. pem/Photo by Christian Charisius REUTERSCHRISTIAN CHARISIUSREUTERS

25 años, un cuarto de siglo, 5 lustros... se puede decir de muchas maneras el tiempo que ha transcurrido desde que en Hannover, Corretja se convirtiera en el, hasta entonces, último español en ganar la Copa de Maestros. “Es como una seña de identidad que yo ganara el Masters, en pista cubierta, entre los ocho mejores. Lo convierte en algo muy único. Solo Orantes lo hizo antes (1976)”, y nadie lo ha hecho después a día de hoy. Curiosamente, Orantes y Corretja se criaron tenísticamente en el Club de Tenis de la Salud, en Barcelona: “Orantes fue como mi padre tenístico, un mentor, un referente desde que yo era pequeñito”, dice Corretja sobre el Zurdo de Oro.

Orantes fue mi padre tenístico

Álex Corretja

El barcelonés acabó 12º el año de 1997. Sin embargo, su gran temporada al año siguiente le permitió entrar en la pugna por el título que dictaminaba quién era el mejor jugador del año, ese al que solo accedían los 8 mejores. En 1998, ganó Dubai, Gstaad, Indianápolis y Lyon, subiendo al 6º puesto del Ranking ATP. La ausencia de Patrick Rafter (4º) en el torneo, aupó al español como quinto cabeza de serie. Aun así, no era ni mucho menos el favorito. Estaban Pete Sampras, Yevgueni Kafelnikov, Andre Agassi, Carlos Moyá, Marcelo Ríos... con ninguno de ellos tenía ganado el Cara a Cara. Pero Javier Duarte, su entrenador en aquel momento, le ayudó a soñar en grande:

“La noche previa al comienzo del torneo, Javier Duarte pica a la habitación y me dice ¿Estás preparado para hacer algo grande esta semana?. Yo le digo: Bueno... sí, me veo bien para jugar bien. No. Algo grande me refiero a ganar el Masters, me replica. Y le contesto lo mismo que has dicho tú: Con Sampras, con Kafelnikov, con Agassi, con Ríos... en esta superficie.... Y dice: Tú olvídate. Juega partido a partido y sufre hasta el final, que esta semana te vas a llevar probablemente la mayor alegría de tu carrera. Y eso me ayudó. Estás preparado físicamente, mentalmente y tenísticamente has mejorado mucho, concluyó. Y salí al torneo convencido de que podía hacer algo grande”.

Álex Corretja en el Club Tenis Natació Sant Cugat atendiendo a Diario AS
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Álex Corretja en el Club Tenis Natació Sant Cugat atendiendo a Diario AS

Las lesiones de Agassi y Ríos en el grupo Blanco, el de Corretja, facilitaron algo más la clasificación para el español, pero “el Masters de verdad empieza en las ‘semis’ contra Sampras”. Los precedentes ante el norteamericano no eran buenos para Corretja: 3-0 en contra y ese último enfrentamiento en cuartos del US Open. “Era el primero de grupo. Llevaba 6 años consecutivos como N.º 1 del mundo. En Nueva York pierdo 7-6 en el 5º set, en el que el acaba vomitando y yo tengo bola de partido...”, pero el destino, caprichoso, quiso compensar a Corretja en esas ‘semis’ en Hannover. “Fue como una película. Un Thriller”. Vaya que si lo fue. Sampras ganó el primer set y dispuso de bola de partido. “Yo, en mi pelota de partido en Nueva York, tengo una derecha en carrera y tiro un passing cruzado que él volea paralelo y acaba ganando el partido. Y en el Masters es a la inversa. Él tiene bola de partido y esta vez tiro el passing paralelo”. Se le vino a la cabeza al español aquella oportunidad en Nueva York y tomó la decisión correcta “en milésimas de segundo”.

La ‘semi’ contra Sampras fue como un thriller guionizado

Álex Corretja

La revancha fue de Corretja. No obstante, “no puedes celebrar. Has ganado las semifinales”. Ni tan siquiera 10 minutos de relax. “No quedaba casi nada de energía en el tanque de la temporada. Y esa energía era para el partido frente a Moyá”. Esta reacción de Corretja tras vencer a Sampras viene de su experiencia ese mismo año en Roland Garros, tras vencer a Pioline y acceder a la final y perderla a posteriori con Moyá: “Soy muy familiar y vinieron mis hermanos y amigos y estábamos supercontentos de llegar a la final, pero la encaré muy mal. La encaré conformista. Como diciendo “si pierdo no pasa nada”. Y la pierdo porque Moyá fue muy superior a mí, pero mi forma de perderla no me dejó tranquilo profesionalmente”, confiesa.

Es por ello que, aunque lo normal habría sido dar saltos de alegría por una victoria tan dura ante el número 1 del mundo, el barcelonés echó del vestuario a sus hermanos tras el partido contra Sampras: ”Idos de aquí”, les dije. Y me preguntaron que por qué si estaba en la final, a lo que les respondí: “Exacto. Estoy en la final, aún no he ganado y ya me pasó en Roland Garros. Perdí esa final con la sensación de no haberlo dado todo para ganar. Y, a lo mejor, hubiera perdido igual, pero no quería que se volviera a repetir y era algo que quería mejorar si llegaba a otra gran final”.

Esa gran final ante Carlos Moyá era incluso más difícil aún para Corretja que las ‘semis’ contra Sampras. Era al mejor de 5 sets y ante un rival que en aquel año de 1998 le había vencido 3 veces y todas sin ceder un solo set. Llevaba 10-0 en sets Moyá”, recuerda Corretja. Fue en Montecarlo, en la mencionada final de Roland Garros y en el US Open. El de Palma era favorito, y tras 1 hora y 27 minutos de partido así lo demostró. 6-3 y 6-3 en las dos primeras mangas ante un Álex Corretja que sufría con el revés, con el servicio y con los ‘palazos’ de derecha de Moyá, que estaba siendo muy superior. “En ese momento no se me viene a la cabeza Roland Garros porque yo estaba dándolo todo. Simplemente, él estaba siendo muy superior, pero yo tenía la conciencia tranquila”.

La final de Roland Garros la encaré conformista

Álex Corretja

El partido cambió cuando Corretja decidió desgastar a Moyá: “Como no tenía su potencia, solo podía desgastarlo”. Sin embargo, el catalán desperdició un 40-0 en el primer juego del tercer set para empezar mandando con su servicio en la tercera manga. Moyá llegó al ‘Deuce’, pero, finalmente, Corretja aguantó y se llevó su saque. Era el presagio de un tercer set que iba a ser una montaña rusa. El barcelonés se puso 3-1 arriba tras aprovechar las primeras bolas de ‘break’ que había tenido en todo el encuentro, pero le duró poco la ventaja, pues Moyá le devolvió la ruptura al juego siguiente. Con 5-5, Corretja salvó dos bolas de ‘break’ en contra que hubiera supuesto, casi seguro, su sentencia en la final. “De todos estos puntos ni me acordaba y es una demostración de que iba al límite. Sí recuerdo que Carlos tenía punto de ‘break’ a favor en el 5-5. Yo lo pasaba fatal con mi servicio y él iba más tranquilo”, asegura.

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CHRISTIAN CHARISIUSREUTERS

Su estrategia para darle la vuelta fue usar “mucho más el revés cortado a su revés a ver si le incomodaba; jugar más reveses paralelos; irme más a la red... pero sobre todo le empiezo a mover muchísimo. Y lo que intento es que con su segundo saque no cogiera su derecha tras mi resto porque si no me trituraba con su ‘drive’. Intenté eso y también tuve fe”. Esa fe que llevó a Corretja a remontar un 40-0 en el 6-5 que auguraba un ‘Tie-Break’ que no se produjo tras varias ‘nadaladas’, como suele decir el extenista en sus retransmisiones, en ese juego. 2h 26′ de partido. 7-5. Había 4º set.

La cuarta manga fue ‘sencilla’ para el catalán. “El 4º set lo gano porque Carlos yo creo que se veía con el título en el tercero y al final lo gané yo. Lo gano relativamente cómodo”. 6-3. Partido nuevo en el quinto set. El actual entrenador de Rafael Nadal dio el primer golpe al romper el servicio de Corretja y colocar el 3-1 en su casillero. No obstante, el barcelonés no se vino abajo: “Ahí estaba mucho más cerca. Sentía que estaba mucho más equilibrado y que no había una distancia tan grande como en los dos primeros sets. Además, yo veía tocado a Moyá, psicológicamente también. No tan fresco”. Las piernas parecían aguantarle mejor a Corretja: “Yo sí estaba cansado porque había un desgaste muy grande pero yo físicamente entrenaba muy duro. Sentía que no había nadie en el circuito que entrenara más fuerte que yo”.

Nadie en el circuito entrenaba más fuerte que yo

Álex Corretja

Esto, lejos de ser soberbio o arrogante, tiene su explicación en el físico de Álex Corretja: “Yo no era ni el más alto, ni el más fuerte, ni el más potente. Necesitaba una resistencia física muy alta. Salvador Sosa, mi preparador físico, y mi entrenador Javier Duarte, así lo acordaron conmigo. La resistencia, para mí, era clave”. Eso, claramente lo ayudó para conseguir vencer en aquella final épica. Aun así, “ahí quizá sí estaba fatigado, pero no lo piensas, ya estás metido”. “Ahí es cuando entra el corazón, empieza a mandar, y te dice: “Ey, hasta el final””. Corretja recupera el ‘break’ y llega a tener 5-4 y saque, bola de partido incluida, para llevarse el título. Pero Moyá, curtido también en épica, como característica estrella del tenista español, tiró de orgullo para igualar a 5 el partido. Podía repetirse el cruel desenlace para Corretja en los cuartos de Nueva York dos años antes frente a Sampras: “Podría haber pensado: “Bua. He perdido la ocasión de mi vida. He sacado para el partido, he tenido ‘match ball’”. Pero, psicológicamente, automáticamente me olvidaba de todo lo que sucedía”.

Actuaba como una máquina”, afirma Corretja recordando aquellos tres últimos juegos de la final. “He perdido esta oportunidad, pero da igual, va a venir otra”. Eso pensó el catalán tras el empate a 5 de Moyá. No se equivocó. Llegó otra oportunidad, y esta, sí la aprovechó. 4 horas de partido. 3-6, 3-6, 7-5, 6-3 y 7-5. Saque a la ‘T’. Resto corto de Carlos Moyá. Derecha cruzada de Álex Corretja que Moyá no puede devolver en condiciones y la bola se va fuera. Corretja se va al suelo de rodillas: era campeón del Torneo de Maestros.

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FABIAN MATZERATHEFE

En el quinto me olvidaba de todos los fallos. Actuaba como una máquina

Álex Corretja

Las ATP Finals, el ‘Big-3′ y Carlos Alcaraz

El Torneo de Maestros reúne a los 8 mejores tenistas del año. Quizás, no siempre debiese celebrarse en pista dura y bajo techo, porque, al final, el que es maestro debe ser en cualquier superficie. Sobre esta reflexión ha opinado Álex Corretja: “Tienes toda la razón. Si juegan los 8 mejores del mundo, los 8 que más puntos han sumado durante toda la temporada lo han sumado en diferentes superficies. Lo normal sería que probablemente cambiaran cada año o cada dos años a tierra, a pista rápida, incluso en hierba, que también reparte puntos ATP”.

Sin embargo, el de Barcelona ve inconvenientes en las fechas por “la facilidad de crear una pista cubierta a final de año, que en una tarde te montan una pista en un pabellón, es más sencillo que hacerlo en tierra y tener que ir a un sitio donde hiciera buen clima porque en Europa, en noviembre, no se puede jugar. Te arriesgarías al frío y a las lluvias. Pero, aun así, se debería llegar a plantear”.

En cuanto al sistema, al extenista le parece que “la liguilla es interesante porque los tres partidos son importantes. Lo que no me gusta para nada es que la final del Masters sea al mejor de tres sets. Es el torneo más importante de la ATP en toda la temporada, su buque insignia. Una final a 5 sets se recuerda cuando es épica. La mía se recuerda porque la gané 7-5 en el quinto con épica. La final de Roland Garros probablemente sea más importante para Carlos, pero es más difícil que se recuerde en cuanto a épica”, reflexiona. “¿Por qué nos acordamos de la final Nadal-Federer de Wimbledon? Porque fue 9-7 en el quinto. Todas esas finales épicas se recuerdan mucho más. Para mí, aunque sea a final de año, es el Torneo de Maestros y la final debe jugarse a cinco sets”, añade.

El barcelonés cree que la premisa de que este torneo se celebre siempre bajo techo y en pista dura penaliza a Rafael Nadal respecto a Roger Federer y a Novak Djokovic: “Si tú has nacido en Serbia o en Suiza donde 8 meses del año juegas en pista cubierta y estás acostumbrado a estas pistas rápidas, a la hora de sacar no hay sol ni viento y no te molesta nada... es normal que se adapten mejor a sus condiciones. Para Rafa es más difícil ganar el Masters en una pista cubierta donde su estilo de juego hace menos daño, que en una pista de tierra o, incluso en pista rápida (exterior), donde la pelota bota mucho más”.

Corretja cree, no obstante, que “así se ha dado la situación. Roland Garros se juega en tierra y el Masters en cubierta. Aunque es distinto, porque es una decisión de la ATP. Roland Garros o Wimbledon siempre se han jugado en tierra y hierba. Le ha penalizado, sin duda”. El extenista asegura que si el Masters hubiera sido en tierra Rafa “tendría muchos Masters, es de cajón”.

Cómo no, Corretja tuvo tiempo de elogiar al español que está llamado a dominar el circuito, y se deshace en elogios ante él: “El Masters le encaja perfecto. Es un chico de grandes citas. Es un jugador explosivo, atractivo de ver. Es un jugador de 15.000 personas. Carlos es lo más cercano a un espectáculo. Además, la pista rápida se le da muy bien. Estoy convencido de que lo va a conseguir. Y me encantaría, sinceramente porque le aprecio un montón. Es un chico que trabaja muchísimo, que está entrenado por un gran amigo mío y porque si algún español lo ha de ganar, ya que Rafa parece que va a ser más difícil, quiero que lo gane otro español y que vean lo difícil que es. Alcaraz está predestinado para ganarlo algún día. Lo tiene todo” afirma de manera rotunda.

Por último, eligió el peor y el mejor momento de su carrera. La final de Roland Garros en 2001 con Gustavo Kuerten fue el peor, “la derrota que más me duele”, confiesa. “Pensé: “Tengo el Masters, la Davis... me quedaba el colofón de ganar el Grand Slam” y gané el primer set. Luego me puse ‘break’ arriba en el segundo, me lo recupera, y después tengo otra oportunidad de romper y se me va un revés paralelo por un dedo”, continúa. “El propio Kuerten me confesó que si metía esa bola, probablemente hubiera ganado el partido. “Estaba siendo durísimo ganarte”, me dijo. Y pierdo el segundo set y me vengo abajo. Psicológicamente peté. Y me duele. Me jode. Me jode en el sentido de “Mierda, se me escapó””.

Y el momento más bonito fue, “sin duda mi Masters. 25 años más tarde tú todavía te desplazas para hablar conmigo, me entrevistas, me enseñas vídeos, me grabas. Si fuera un torneo normal no lo haríamos”, reflexiona. “El Master y la Davis, porque al final soy campeón del mundo en individuales y por equipos con tu país. No puedo pedir más”, concluyó Álex Corretja.

Palabras de su compañero y amigo Fernando Ruiz

El Masters de Corretja: “Cada año que pasa cobra más valor el título conseguido por Alex. La pista rápida y cubierta es complicada para las características de los jugadores españoles. Y Álex no era una excepción. Sin embargo, su tenacidad, su calidad y sus ganas de dar cada día más le llevaron a una victoria increíble ante jugadores más dotados que él para jugar en esa superficie”.

Corretja como jugador y como persona: “Como jugador era un 8.5-9. Como persona es un 10 absoluto”

De Fernando, para Álex: “Querido Álex, compañero de mil batallas, gracias por haber prestigiado al tenis español con un trofeo tan complicado de ganar. A veces haces las cosas incluso bien”.

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