Y ahora la Davis
Djokovic cierra en las Finales de Málaga, con la segunda Ensaladera y nuevos récords en la mirilla, un año tan ajetreado como exitoso.
Cuatro continentes, nueve países distintos, más de 50.000 kilómetros recorridos, 61 partidos (55 victorias) y siete títulos (tres Grand Slams y el Masters) después, Novak Djokovic pone fin a su temporada esta semana. Como colofón a una campaña que ha vuelto a demostrar su voracidad, incombustible a sus 36 años, ha escogido liderar a Serbia en las Finales de la Davis, que arrancan este martes (16:00, Movistar Deportes) en Málaga con el primero de los cuartos de final, entre Canadá y Finlandia.
Aterrizó a media tarde de ayer en la capital de la Costa del Sol, en un vuelo privado procedente de Turín, donde menos de 24 horas antes había derrotado al italiano Sinner camino a su séptimo título en las Finales ATP. Otro ejemplo de compromiso tras el de la fase de grupos, que jugó la semana siguiente a su victoria en el US Open, y en la que remarcó “el privilegio de poder representar a tu país”. El emplazamiento de la cita es es un ingrediente importante en el cóctel de factores que le han llevado hasta allí. Porque Nole tiene una de sus residencias en Marbella, una villa de estilo marroquí en la zona de Sierra Blanca valorada en unos 11 millones de euros; y porque allí vive y regenta una escuela de tenis su hermano mediano, Marko, que ejerce de profesor en el intento de Novak de incorporar el castellano a un repertorio que ya incluye inglés, alemán, italiano y francés, además de su lengua natal. Es por todo esto que antes de marcharse de Valencia en septiembre aseguró que esperaba contar con el “apoyo” de la parroquia local. Ya tuvo un gran e “inesperado” recibimiento en la ciudad del Turia, que agradeció.
Otro aditivo en la empresa que va a afrontar Novak estos días es su apetito por la historia. Y es que tiene varios pedazos a su alcance. De hacerse con la Ensaladera, sería el único serbio con dos en su palmarés, pues todos sus compañeros en la primera (2010), Tipsarevic, Troicki y Zimonjic, están ya retirados. Precisamente el último es con quien actualmente comparte el récord de victorias en esta cita del país balcánico, 43 (39 en individuales, que de por sí ya son plusmarca, y cuatro en dobles en 34 eliminatorias disputadas a lo largo de 19 años, desde su debut en 2004). Superar a Nenad es el motivo por el que decidió jugar el dobles ante Corea en la fase de grupos con el equipo ya clasificado, que perdió, y uno de los que se esconden detrás de su presencia en tierras malagueñas en un año en el que, viendo sus números, podría perfectamente darse por satisfecho.
Pero entonces estaríamos hablando de otra persona y no de un Djokovic que presumiblemente tendrá como primer escollo a Cameron Norrie, el número uno de Gran Bretaña, que ante la ausencia de última hora de Andy Murray por una lesión de hombro tirará de Liam Broady y tiene un dobles sólido en Skupski y Salisbury. De avanzar Serbia, podrían aparecer después en su hoja de ruta Italia o Países Bajos. La primera quizá sea la otra gran favorita al título, comandada por un Jannik Sinner con el que Djokovic podría reeditar la final del domingo en Turín, con muchas alternativas en Musetti, Arnaldi, Sonego y Bolelli.
Por el otro lado del cuadro transitarán la vigente campeona, Canadá, que recientemente se agenció también la Billie Jean King Cup, versión femenina de este evento, y no podrá contar con un Shapovalov físicamente tocado. Se estrenará ante la cenicienta Finlandia, de estreno en unas Finales, que tiene dos peligros nada desdeñables en Ruusuvuori y Virtanen, además de una buena pareja de dobles con Heliovaara y Niklas-Salminen. Chequia, otro equipo que a priori no entra en las quinielas pero puede dar un susto (ojo al jovencísimo Mensik, la sensación de la fase de grupos), y Australia, bien pertrechada con el combativo De Miñaur como uno, completan el cuadro.
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