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Finalizado

TENIS | COPA DAVIS

Canadá se salva en el dobles

Shapovalov, que cede en individuales ante Struff, y Pospisil evitan la debacle de uno de los ‘gallos’ tras la victoria de Auger ante Otte.

Málaga
Canadá se salva en el dobles
THOMAS COEXAFP

La velocidad de pista que se maneja en el Martín Carpena de Málaga era un grito para Michael Kohlmann, el capitán alemán de Copa Davis: “¡Que juegue Struff!”. Y Kohlmann recogió el guante. Alineó al de Warstein y este le correspondió agenciándose el primer punto de la eliminatoria de cuartos contra Canadá (6-3, 4-6 y 7-6 (2)). Fue a costa de un Denis Shapovalov que, como es habitual, se embarcó en su montaña rusa particular. Ahora aparezco, ahora desaparezco. Por suerte para el equipo norteamericano, Auger-Aliassime arregló el traspié de su compañero (7-6 (1) y 6-4 en 1h45) y, sorprendentemente, Shapovalov y Pospisil remontaron un dobles que sobre el papel parecía hablar alemán ante Krawietz y Puetz (2-6, 6-3 y 6-3 en 1h48). Italia será el siguiente escollo.

Struff y Shapovalov, 152 y 18 de la ATP, fabricaron un ‘thriller’ que se alargó durante dos horas y siete minutos. Desde su atalaya de 1,93, el primero empezó a escupir saques a más de 200 kilómetros por hora y derechas supersónicas. No firmó unos guarismos especialmente reseñables (67% de primeros, cuatro aces y 22 golpes ganadores), pero fue mucho más sólido que un rival incapaz de de dominar los partidos. Cada dato a favor de Shapovalov se contradijo con otro malo. Se fue hasta los 18 saques directos, sí, pero también acumuló 10 dobles faltas. Y sus 48 winners quedaron ensombrecidos por sus 34 errores no forzados.

Ya en el primer set, Shapo perdió su servicio y jamás lo recuperó. Tampoco le dio mucha opción su rival. Apenas toleró una bola de break. Dos más le daría en el segundo parcial. Y esta vez sí que supo usufructar una el norteamericano, que en el tercer y último acto fue como el Guadiana. Se desquició con el break de Struff para el 3-1, consumado gracias a un error suyo, y rompió una raqueta.

Se le echó encima el Carpena y respondió pidiendo más abucheos con la mano. Ese momento, ante la atónita mirada de su capitán, Frank Dancevic, fue su sentencia por mucho que consiguiera recuperar el quiebre en un noveno juego dantesco, en el que tiró cuatro bolas de break por su predisposición a ir siempre al límite. No era buen negocio llegar al tie-break contra Struff, que aceleró hasta el 5-2 y le remató con su arma más letal, el saque. Ya son 16 victorias y ocho derrotas para él en esta cita, por 12 y siete de Denis. Canadá, ante una oportunidad difícilmente mejorable de ganar la Davis por primera vez, se quedó así sin red para el enfrentamiento entre Auger-Aliassime y Otte, a vida o muerte para los norteamericanos.

Una vida más gracias a Auger

Salió cara porque Auger-Aliassime ya no es el tenista inconsistente de los tiempos previos a Toni Nadal. Bajo la batuta del balear se ha hecho un hombre en términos deportivos: sexto del mundo, cuatro entorchados este año (Basilea, Amberes, Florencia y Róterdam) tras perder sus primeras ocho finales en el circuito y cinco victorias ya en nueve duelos de Copa Davis tras la de este jueves.

Le tocó verse las caras con Otte, otro gigantón de 1,93 y derecha poderosa, con una mecánica de saque particular, poco recorrido al echar la bola al vuelo. No estuvo muy eficaz (61% de primeros, 12 ganadores y 17 errores no forzados), pero cada vez que Auger se asomaba al break le daba un portazo con buenos primeros (cinco de ellos directos) y consiguió llegar al tie-break, en el que un par de despistes le sentenciaron.

Su rival, muy centrado (36 winners por 16 fallos sin presión), mantuvo la iniciativa en la segunda manga. Otte parecía ir siempre a remolque. Estuvo a punto de ceder el servicio por primera vez en el juego de apertura. Acabó haciéndolo en el séptimo. Tuvo un deuce a continuación para intentar contrarrestar, pero se escapó Auger, que después cerraría en blanco, dando pie al dobles definitivo.

Un dobles sufrido

Parecía que terminaría de fraguarse la debacle en el único punto en el que Canadá partía a priori por detrás. Krawietz y Puetz, dos especialistas, se citaron con Shapovalov, que venía tocado moralmente, y Pospisil, el último en llegar a Málaga de la expedición canadiense, casi sin tiempo para trabajar. No hubo mucha historia en el primer set, que dibujó un escenario feo para los intereses de los de Frank Dancevic. Reaccionarían contra pronóstico en el segundo y los alemanes lo encajaron mal. Empezaron a fallar muchísimo en la red. Llegó el break canadiense en el tercer juego y otro en el noveno, ya el último clavo en el ataúd de los de Kohlmann, que rozaron la que habría sido la segunda sorpresa de la jornada.