Djokovic triunfa en un duelo de época contra Wawrinka
El serbio gana por 20ª vez en 26 enfrentamientos al suizo, que reapareció en 2022 tras un año de parón por lesiones. Se enfrentará en cuartos a Auger-Aliassime.
La lógica se impuso en Roma para que Novak Djokovic venciera este jueves sin excesivas dificultades a Stan Wawrinka, en un duelo más propio de la época en la que el suizo fue capaz de inquietar al Big Four y ganar tres Grand Slams. Lo hizo en los años más difíciles del circuito. Por ejemplo, cuando se impuso al serbio en la final del US Open de 2016. Ese fue su penúltimo enfrentamiento. En el último también ganó Wawrinka, pero por retirada de Djokovic en el major estadounidense de 2019. Está vez, el número uno del mundo no dio opción y venció por un doble 6-2 en 75 minutos, y domina por 20-6 en un extenso cara a cara. Este viernes (no antes de las 20:30, Deportes por Movistar+), se enfrentará en cuartos, ronda que alcanza por 16ª vez en otras tantas participaciones, a Felix Auger-Aliassime, que pudo con el norteamericano Marcos Giron (6-3 y 6-2). "Es magnífico volver a ver jugar y ganar a Stan, pero físicamente es obvio que no está aún como él quiere, pero es Wawrinka y te puede hacer daño si le das tiempo", dijo Novak.
El balcánico, que está a un triunfo de retener el trono mundial (si no llega a semifinales lo recuperará sin jugar Daniil Medvedev), evidencio la falta de forma y de partidos de un Wawrinka muy entusiasta, que no jugaba desde marzo de 2021, en Doha, hasta que reapareció este año en el Challenger de Marbella con derrota ante el sueco Elias Ymer. Después compitió sin suerte en Montecarlo, donde cayó ante el kazajo Alexander Bublik, y en Roma se reencontró con el triunfo por partida doble, frente a Reilly Opelka y Laslo Djere, rivales complicados a los que superó en tres sets con bastante desgaste. Es bonito ver su revés a una mano de nuevo en marcha, pero le falta algo de movilidad, sobre todo para hacer frente a un oponente como Djokovic, experto en dirigir el ritmo de los partidos.
De ahí que ante las primeras dificultades, Stan the Man, como pone en sus zapatillas, no pudiera responder. En el primer set perdió dos veces su saque y no tuvo ni una opción de quiebre. Sí la encontró al inicio del segundo, justo después de ceder de nuevo su servicio. Tuvo un 30-40 que se le escapó. Después gozó de un 15-40 para igualar a dos, y tampoco lo aprovechó. Y se encontró con otro 30-40 para el 4-2 y lo convirtió. Un pequeño regalo para su confianza. Pero no consolidó el break y hasta ahí llegó su resistencia. Ahora es el 361º del mundo cuando fue el tres en 2014. Las lesiones le han lastrado y mantiene algo de sobrepeso, cada vez menos. Tiene la rodilla izquierda marcada y dos operaciones en el pie izquierdo. Mucho mérito el suyo, pero no es fácil que se acerca a su mejor versión.
Por el buen camino
Djokovic está a dos victorias de las 1.000 en su carrera y sí parece en línea ascendente de cara a Roland Garros, donde defenderá el título conquistado el año pasado. Se le ve centrado y con un tenis cada vez más letal, adaptado a la tierra batida, desde el saque hasta el revés, aunque aún le queda margen de mejora y eso asusta.