Ruud derriba a Bublik para repetir el éxito de Montecarlo
El noruego, que llegó a las semifinales del Masters 1.000 del Principado, se mete también en las de Madrid con un triunfo ante el peculiar kazajo. Se medirá con Berrettini.
Casper Ruud no dejó que las excentricidades de su rival, Alexander Bublik, le apartaran de su objetivo, que no era otro que meterse en las semifinales del Mutua Madrid Open, y lo consiguió- El noruego de 22 años venció por 7-5 y 6-1 al alto kazajo (1,96) de 26, un jugador peculiar, que admite que está en esto del tenis sólo por dinero y que, entre otras cosas, dice que si el fuera presidente de la ATP haría que todos los torneos se jugaran en Newport, donde fue finalista en 2019.
Este año había llegado a cuartos también en Miami y este viernes se dejó ir en el segundo set tras plantar cara a su rival hasta el undécimo juego del primero. Ruud repite el éxito que alcanzó en Montecarlo y peleará por un puesto en la final de otro Masters 1.000 este sábado (21:00, Teledeporte y #Vamos) contra Matteo Berrettini, que ganó por 5-7, 6-3 y 6-0 al chileno Christian Garín. Es el primer italiano que llega tan lejos en el evento español.
El juego sólido y adaptado perfectamente a la tierra batida del discípulo de la Rafa Nadal Academy, pudo con la anarquía de Bublik, un gran sacador, aunque a veces lo haga por abajo para incordiar, y que tiene golpes ganadores, pero que se va de los partidos con mucha facilidad cuando las cosas se le tuercen. El chico tiene su gracia. Hace unos días dijo que un golpe suyo por fuera de la red en el torneo por parejas, en el que jugaba con Garín, había sido "el mejor de la eternidad en dobles". Y no hará mucho, se paró en mitad de un partido para decir: "Es la mejor derecha que he pegado en mi vida". Así es él, una mezcla de Kyrgios, aunque no tan conflictivo, y de Tomic, aunque algo más profesional. No obstante, hace unas semanas se le olvidó incribirse en el Andalucía Open y acabó juganso sólo el dobles tras renunciar a entrar por la previa. En la antípodas de todo esteo está Ruud, cuya ética de trabajo es intachable y mejora día a día.