Paula Badosa estaba muy decepcionada por la manera en la que perdió contra la rusa Samsonova por 6-7 (4), 7-6 (4) y 7-5 en la primera ronda del Open de Australia, pero más por el hecho de la derrota en sí, por no haber podido rendir al nivel que lo venía haciendo desde hace tiempo, por culpa de los 21 días que tuvo que pasar encerrada, primero por haber estado en contacto con un caso positivo por COVID-19 y luego por contraer la enfermedad. Lo explicó en la rueda de prensa posterior al partido.  

"Sí, ha sido una experiencia dura. Trato de sacar el lado positivo de esto mentalmente. Seguro que lo tiene. Ha sido muy, muy difícil. Creo que mi nivel, ni siquiera llegó al 70% de lo que estaba antes de esto. Estoy un poco triste o decepcionada por eso, pero así está la situación y va como va", explicó antes de aclarar que entiendo "las reglas". "Creo que Australia lo están haciendo muy, muy bien en este país (Australia). Por eso no tienes casos. Pero mi queja nunca fue esa. Fue por las condiciones. Si vas a jugar un Grand Slam, y hoy se vio un ejemplo, en un partido de tres horas, necesitabas aire fresco o tal vez una habitación más grande o mejores condiciones para competir contra las mejores. Esa fue mi queja", dijo Paula, que confesó que lo había pasado mal. "Sí, tuve ansiedad porque la situación no fue fácil, como dije. Tuve síntomas tres, cuatro días y luego empecé a sentirse bastante bien. Traté de hacer ejercicio en la habitación para no perder mucho la forma".

Después de la derrota ante Samsonova, Badosa se sintió fundida y no sabe si jugará el torneo WTA 250 que se disputará la próxima semana en Melbourne para las tenistas que hayan sido eliminadas en el Grand Slam: "No puedo moverme ahora. Intentaré recuperarme. Tengo que jugar dobles también. Veamos a ver cómo voy, pero intentaré participar. En el partido me vi muy cansada y notaba poca fuerza en los apoyos, me dolía todo, tuve que tomar algo para evitar acalambrarme...".

"No viajaría a Australia si volviera atrás"

Sobre las críticas que recibió por sus quejas acerca de las condiciones en las que estaba, la jugadora nacida en Nueva York fue clara: "Tuve que aceptarlo. Sí, emocionalmente fue difícil leer todo ese tipo de cosas. Yo no quise nada de eso. Creo que la gente no entendió lo que yo quería explicar. Sé que las reglas son las reglas. Pero las condiciones no eran para un gran Grand Slam. Fue duro mentalmente superar todo eso. En Australia fueron muy duros conmigo". Ella asegura que no hubo reproches por parte de los jugadores: "Fueron muy majos conmigo. Me enviaban mensajes todos los días, para ver cómo estaba. No, no tengo ninguna queja sobre ellos, me han tratado muy bien". Lo que si sabe es que si pudiera volver atrás "no viajaría a Australia". "Sé que es una oportunidad, un Grand Slam, pero estoy en un momento de mi carrera en el que para mí es más importante mejorar tenística, física y mentalmente. Luego jugar estos torneos es una consecuencia, pero no me permitiría perder la forma así otra vez".