Nadal remonta ante Carreño y sigue siendo 'Rey de España'
Nadal remontó para meterse por 5ª vez en las semifinales de París-Bercy con su 22ª victoria consecutiva ante un español. Carreño se lo puso difícil. Zverev, próximo rival
Rafa Nadal ha ganado casi el 84% de sus partidos ATP. Lleva 1.002 victorias y por eso se le puede considerar el azote de cualquiera jugador o colectivo. Jóvenes y veteranos sufren su furia por igual y castiga a tenistas de muchos países. Pero es especialmente expeditivo con sus compatriotas. Este viernes remontó un partido que se le había puesto cuesta arriba contra Pablo Carreño, que le había ganado sólo un set en seis enfrentamientos y se adelantó con un cambio de estrategia, mucha más agresiva que de costumbre. Un esfuerzo inhumano que no se tradujo en éxito al final, porque el balear remontó para ganar por 4-6, 7-5 y 6-1 y alargar a 22 su racha consecutiva de triunfos ante españoles. No pierde contra uno de sus paisanos desde hace cerca de cinco años, cuando le eliminó Fernando Verdasco en el Abierto de Australia de 2016. Su balance en duelos nacionales es demoledor: 134-21.
Jugador | Balance |
David Ferrer | 26-6 |
Fernando Verdasco | 17-3 |
Nicolás Almagro | 15-1 |
Feliciano López | 9-4 |
Pablo Carreño | 7-0 |
Tommy Robredo | 7-0 |
Juan Carlos Ferrero | 7-2 |
Carlos Moyá | 6-2 |
Guillermo García López | 5-1 |
Pablo Andújar | 4-0 |
Albert Montañés | 4-0 |
Marcel Granollers | 4-0 |
Albert Ramos | 4-0 |
Roberto Bautista | 3-0 |
Daniel Gimeno | 3-0 |
Alex Calatrava | 2-0 |
Beto Martín | 2-0 |
Santiago Ventura | 2-0 |
Roberto Carballés | 1-0 |
Alberto Costa | 1-0 |
Óscar Hernández | 1-0 |
Felix Mantilla | 1-0 |
Iván Navarro | 1-0 |
Albert Portas | 1-0 |
Fernando Vicente | 1-0 |
Álex Corretja | 0-2 |
Total | 134-21 |
País | Partidos | Ganados | Perdidos |
España | 155 | 134 | 21 |
Francia | 107 | 94 | 13 |
Argentina | 102 | 85 | 17 |
EE UU | 82 | 72 | 10 |
Alemania | 70 | 62 | 8 |
Serbia | 70 | 40 | 30 |
Italia | 52 | 47 | 5 |
Rusia | 58 | 47 | 11 |
Suiza | 63 | 44 | 19 |
R. Checa | 46 | 40 | 6 |
Así se metió por quinta vez en la semifinal de París-Bercy, 74ª ya de Masters 1.000. Se enfrentará a Alexander Zverev, que eliminó a Wawrinka (6-3 y 7-6 (1)). Carreño se queda sin opciones de estar en las ATP Finals, aunque podría acudir aún como suplente. La octava plaza es para el argentino Schwartzman, que ya puede respirar tranquilo pese a su derrota frente a Medvedev. Nadal avanza en un torneo que se le resiste pese a que ha pisado como mínimo los cuartos en sus ocho participaciones.
Casi todas las decisiones de Carreño en el primer set fueron buenas. El asturiano no se cortó ni un pelo y jugó cada golpe con valentía. Armado con su efectivo revés pasó del jugador dominado que fue en sus anteriores duelos contra Nadal a dominador. En una superficie que se le da bien y con una confianza brutal en su tenis, Pablo maravilló ante una buena versión del ganador de 20 Grand Slams, perplejo por el cambio de actitud de un rival al que conoce bien, porque al margen de haberse enfrentado siete veces a él, con esta, y de haber sido pareja de dobles, se han entrenado muchas veces juntos. Ya en el tercer juego Carreño tuvo un punto de quiebre, pero fue en el séptimo cuando se apuntó la primera rotura frente al saque de Rafa, que venía siendo bastante solvente en el torneo. No le costó al semifinalista del pasado US Open consolidar su ventaja, lo hizo en blanco, se tomó un respiro en el siguiente turno al resto y sentenció el parcial con un ganador a la media vuelta que dejó helado a Nadal. Ya le cabía al menos la honra de ganarle un set al ‘caníbal’ español.
Tan frío se quedó el de Manacor que a punto estuvo de meterse en un buen lío en el inicio de la segunda manga. Carreño le colocó un 0-40, aunque lo remontó con buenos servicios. Y lo que son las cosas, luego presionó el saque de su colega sin llegar a tener un ansiada opción de break. Fueron los instantes menos sólidos de Pablo, que recuperó el tono enseguida. La batalla marchaba ya muy igualada. El número dos del mundo echó el cerrojo en sus saques. Abrió la trayectoria para evitar que su oponente le entrara firme con el revés, fundamental para intentar la remontada, pero necesitaba crear algo más de inquietud a la contra y no lo conseguía. Por fin rozó el quiebre con 4-3 y sus dos primeras oportunidades. Sin embargo, Carreño no se achantó, salvó la situación y la controló hasta ponerse muy cerca del desempate con un 40-15 que se esfumó. Nadal liberó a la bestia que lleva dentro y con un drive espectacular superó una subida muy tibia del tenista de Gijón para quebrarle e igualar el partido.
Golpe moral, pero no letal. Sombrerazo para un Carreño que no se deprimió y siguió a lo suyo, pese a que se cernía sobre él la furia de un gran campeón, ya en modo rodillo, amenaza constante. De hecho, el cuarto juego del tercer set se lo llevó al resto por fuerza y piernas. En blanco, como el siguiente. La sonrisilla de resignación de Pablo lo decía todo. Ya iba a ser difícil echarle el guante a su socio, que estaba en trance ganador y no se apiadó. Con un parcial de 5-0 finiquitó el duro trámite que se había encontrado.