Muguruza se estampa otra vez con una derrota dolorosa
Garbiñe Muguruza cayó ante Danielle Collins (26 años y 57ª del mundo) tras desperdiciar ventajas de un break en el primer set y dos en el tercero.
A falta de un tenis que podría ser más sólido y estable, a Garbiñe Muguruza le venía dando muchos réditos este año su nueva capacidad de sobreponerse a la adversidad y salir de ella con coraje y sacrificio. Había remontado cuatro veces en lo que va de año tras perder el primer set (Shenzen contra Wang, Hobart ante Jabeur, Australia frente a Rogers y Roma delante de Azarenka). Está vez, en la tercera ronda de Roland Garros, se quedó a medias contra Danielle Collins (26 años y 57ª del mundo), que ganó por 7-5, 2-6 y 6-4 en dos horas y 26 minutos de un partido que empezó al aire libre en la Suzanne Lenglen y terminó a cubierto en la Philippe Chatrier tras una interrupción por culpa de la lluvia. Collins se enfrentará el lunes a la tunecina Jabeur, que ganó a la bielorrusa Sabalenka por 7-6 (7), 2-6 y 6-3.
El primer set se le escapó Garbiñe por pequeños detalles. Entre ellos, que entró demasiado en la pelea a garrotazos con la americana, sin cambiar en ningún momento el juego, algo que sí intentó Collins con alguna dejada, un recurso que bien utilizado ante la española puede ser muy efectivo por su falta de pericia en la red. Muguruza salió de la Lenglen cuando empezó a llover con 1-0 y 30-15 a su favor, y en la reanudación en la Chatrier consolidó su ventaja. Aunque su rival contestó rápido, igualó el partido y dio un zarpazo en el duodécimo juego para adelantarse en el marcador.
La caraqueña necesitaba otra remontada y se fue a por ella con decisión, sin evidenciar pesadumbre y muy resuelta a no dejarse intimidar por una oponente muy retadora y chillona. Cambio alturas y un break de salida le facilitó las cosas y en un momento colocó un 5-1 demoledor. La igualada no se le escapó (la consumó en 35 minutos), aunque le faltaba lo más difícil, consumar el volteo. Partió en la última manga con un break. Buen comienzo. Sufrió para hacerlo bueno gracias a un error grosero de Collins (cometió 44 no forzados). Después le rompió de nuevo el servicio y todo parecía indicar que consumaría otra hazaña cuando tuvo incluso dos bolas para el 4-0, pero se atrancó en sus turnos de saque y no aguantó la presión. La americana la atrajo a la red, un talón de Aquiles que cada vez explotan más sus oponentes. Dos dobles faltas, otra vez, en el último juego acabaron con ella. Triste despedida y enésima decepción.
"Es decepcionante, jugué mal en los momentos decisivos"
"Ha sido complicado, empezar jugando en la otra pista, luego nos han cambiado. Es difícil encontrar las sensaciones. El primer set no he jugado muy bien, el segundo algo mejor y en el tercero, en los momentos importantes, no he jugado a la altura de lo que debería para ganar el partido", dijo la ganadora de 2016. "Ella ha jugado a rachas, ha fallado bastante y luego ha metido bolas cuando tenía que meterlas. Es una rival que puede fallar tres bolas seguidas y luego meter tres ganadores. Contra jugadoras así, siempre hay un momento en el que se puede escapar", indicó. "Se me ha escapado el partido, tenía que haber jugado mejor al final del set, pero cometí un fallo aquí, otro fallo allá y en ese momento ella ha jugado mejor", explicó. "Es decepcionante, pones ilusión, tienes un partido que va de tu lado y te acaban remontando la otra. Una vez gané yo remontando y ahora me han remontado", concluyó.