Muguruza, a un paso en Melbourne de la triple corona
Muguruza puede conseguir hoy (09:30, Eurosport) lo que no pudieron en su día Arantxa Sánchez Vicario ni Conchita Martínez, ganar su tercer Grand Slam distinto.
Cuando casi nadie lo esperaba, al principio de una nueva temporada, apenas dos meses después de renovar su equipo de trabajo con el regreso de Conchita Martínez como entrenadora, Garbiñe Muguruza está a un paso de hacer historia para el tenis nacional y mundial en Open de Australia. En el primer caso, porque con un triunfo sería la primera española que gana tres Grand Slams diferentes, algo que no pudieron conseguir ni Arantxa Sánchez Vicario, tres veces campeona en Roland Garros, una en el US Open y finalista en Australia y Wimbledon; ni la propia Conchita, que alcanzó la gloria en Londres y se quedó a una victoria en Melbourne y París. En el ámbito internacional, si Garbiñe levanta el trofeo sería la primera tenista, entre hombres y mujeres, que gana sus tres primeros majors en tres superficies diferentes, junto con Serena Williams y Hana Mandlikova. Ya venció en la tierra francesa (2016) y en la hierba británica (2017) y lo haría ahora sobre la pista dura aussie, donde sólo 'campeonó' un español, el gran Rafa Nadal (2009).
Para ello tendrá que superar en la final de hoy (09:30, Eurosport), posiblemente a cubierto porque se anuncian lluvias y una bajada drástica de la temperatura, a la estadounidense Sofia Kenin, una primeriza en estas lides que no tiene nada que perder y que le partió el corazón el jueves a los aficionados cuando eliminó a la gran favorita, ídolo local y número uno del mundo, Ashleigh Barty. Será la cuarta final de Muguruza (perdió contra Serena Williams la de Wimbledon en 2015). Un aspecto que le da cierta ventaja, pero que en el tenis femenino, tan abierto e imprevisible, eso no está demasiado claro. De hecho, en los últimos 11 Slams se estrenaron siete campeonas. En Australia, desde que lo hizo Azarenka en 2012 y 2013, nadie revalida su título. Desde 2017, nadie gana dos grandes en un mismo año, por poner algunos ejemplos.
Además, el único duelo precedente entre ambas lo ganó la americana nacida en Moscú, la finalista más joven (21 años y 80 días) en el torneo desde su adorada Maria Sharapova en 2008, que llegó y ganó en 2008 con 20 y 283. Fue en Pekín el año pasado, si bien es cierto que la caraqueña no estaba en su mejor momento y ahora ha recuperado el juego y las ganas. "Cuanto más sabes, más piensas por lo que intentaré que la experiencia juegue a mi favor para preparar el partido. Cuando estemos ya compitiendo, cada una tenemos un 50% de posibilidades y ahí solo podemos dejar que la raqueta hable", dijo este viernes Muguruza en declaraciones a Eurosport.
Garbiñe, que ya es 16ª del ranking virtualmente subiría al puesto 12º si vence a Kenin. Hay que recordar que llegó a Melbourne sin ser cabeza de serie por primera vez en un major desde Roland Garros 2014, y que si triunfa, será la tercera jugadora en la Era Open (desde 1969) que gana el Abierto de Australia sin ser una de las 32 favoritas, después de Chris O’Neil (1978) y Serena (2007).
Mejor en saques directos
Las dos finalistas llegan con números parejos. Muguruza es claramente mejor en saques directos (33-8). Es la segunda jugadora que más ha contribuido a recaudar fondos para los afectados por los incendios después de Ashleigh Barty y sus 37 aces (por cada uno, la organización contribuye a la causa con 100 dólares, unos 90 euros). En el resto de los apartados relacionados con el servicio, hay mucha igualdad entre ambas. “Kenin es una jugadora que está mejorando mucho. Lleva una buena progresión, es agresiva y le pega muy fuerte a la bola, le sale fácil de la raqueta, se mueve bastante bien”, explica Conchita, que tiene la receta para que Garbiñe pueda con ella: “Hay que ser paciente, pero al mismo tiempo llevar la iniciativa y ser tú la jugadora que manda, aunque a veces no se pueda. Lo ideal sería que Garbiñe jugará suelta y al mando lo máximo posible”.
Encerrada en una burbuja (este viernes se entrenó a cubierto para huir del calor), sin haber hecho apenas turismo porque llegó enferma a la ciudad, la española se ha dedicado a descansar lo más posible, ha moderado sus celebraciones y sus palabras en las ruedas de prensa. "Ha sido una progresión increíble viendo lo mal que me encontraba realmente en el primer partido del torneo. Mi única preocupación era poder salir de esa situación y poco a poco con los días de descanso junto a mi equipo irme recuperando lo antes posible". Muy contenida, su fuerte ha sido la concentración y una actitud combativa incansable. Le queda un último esfuerzo para convertirse en leyenda del tenis español.