Del Potro rozó la hazaña: dos puntos de partido ante Djokovic
Del Potro dominó durante muchos minutos a Djokovic, número uno del mundo, pero el serbio salvó los muebles y jugará las semfinales contra Schwartzman.
Juan Martín del Potro estuvo a punto de dar la campana en el último partido de la jornada del viernes en el Masters 1.000 de Roma. El argentino, con su mágico y potentísimo drive ya listo, rozó el triunfo ante el número uno del mundo y reciente campeón del Mutua Madrid Open, Novak Djokovic. Durante muchos minutos, Del Potro dominó al serbio, pero este supo reaccionar a tiempo y salvó dos puntos de partido para poder resolver la papeleta, que se le había puesto complicada, en el tercer set. Al final, 4-6, 7-6 (6) y 6-4 en tres horas y cuatro minutos de vibrante duelo. Djokovic se enfrentará este sábado (20:00, Movistar Deportes 1) en semifinales a otro argentino, el bonaerense Diego Schwartzman, que barrió al especialista japonés Kei Nishikori (6-4 y 6-2).
En el primer set, Delpo salvó hasta seis puntos de quiebre repartidos en tres juegos y fue capaz de romper el servicio de Nole en la segunda oportunidad que tuvo para ponerse con 4-3 y saque y aguantar esa escasa pero suficiente ventaja para apuntarse el parcial. En la segunda manga fue el balcánico el que tomó distancia (4-2), pero el tandilense, aún fresco de piernas y de ideas, igualó con bravura y fue capaz de alcanzar el desempate después de levantar una bola de set de su rival. En el tie-break tuvo dos puntos de partido, pero Djokovic los salvó y luego no perdonó a la primera ocasión de la que dispuso, al resto, para nivelar el partido.
Fue la sentencia para Del Potro, que tenía las de perder en un encuentro que se alargara, por sus meses de inactividad, ante un jugador ya rodado y con el estado de gracia recuperado en un momento importante de la temporada. En la tercera manga, y después de salvar tres puntos de break, The Djoker dio la estocada que sería definitiva en el siguiente juego, con una rotura para el 3-2 que ya no pudo solventar Juan Martín, desfondado. Una pena para el argentino, que había dejado para la galería un puntazo a bote pronto al lado de la red por el que le felicitó su contrincante chocando la mano. No obstante, la Torre de Tandil sonrió y disfrutó de nuevo haciendo lo que más le gusta, jugar al tenis. Eso es lo más importante. Y dará guerra en Roland Garros. A Djokovic le espera ahora otro argentino en semifinales, Diego Schwartzman, de otro corte totalmente distinto, y no sólo por la estatura.