Stephens: la 'Nueva Serena' volvió para quedarse
Sloane Stephens confirmó en Miami que su vuelta a la élite del tenis femenino no fue un espejismo. El título en Florida coloca a la estadounidense por primera vez en el top-10.
Sloane Stephens confirmó la semana pasada en Miami que su vuelta a la élite del tenis femenino no fue un espejismo. Tras ganar el US Open, en aquella final estadounidense contra Madison Keys, entró en una mala racha que le llevó a perder diez de los 14 partidos que jugó después. El título conquistado en el Premier Mandatory de Florida coloca a la Nueva Serena por primera vez en el top-10. Ahora es novena.
Y es que así, Nueva Serena, es como apodaron a Stephens cuando irrumpió con fuerza en el circuito WTA en 2012 colocándose en el puesto 12 del ranking, el mayor hasta este lunes de su carrera. Un apelativo que sonó con más fuerza cuando en 2013 apeó a la propia Serena Williams del Abierto de Australia. Su parecido físico (de raza negra, 1,70 m, 61 kg y un tren inferior muy potente) es razonable, también el estilo de juego, aunque Sloane no es tan agresiva y destaca más por sus buenas defensas.
En 2016, una lesión en el pie derecho (fractura por estrés) apartó a Stephens de las pistas y sufrió para poder volver en condiciones el año pasado. Pero lo logró y enseguida empezó a ganar partidos hasta ese último del US Open que le encumbró. Es diesta y da el revés a dos manos. Tras ser entrenada por Nick Saviano, Paul Annacone (ex de Sampras y Federer) y Thomas Högstedt, ahora le prepara Kamau Murray. Su superficie preferida es la tierra batida, donde no pudo jugar en 2017. Y sale con un futbolista famoso, Jozy Altidore.