TENIS | PABLO CARREÑO

"Con este gran año... una fiesta en condiciones sí me he dado"

El gijonés (26 años) debutó en el Masters y acaba top-10. "Noto más respeto en el vestuario. Es una imagen difícil de construir, pero muy fácil de destruir".

Madrid
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"Con este gran año... una fiesta en condiciones sí me he dado"
JESUS RUBIO DIARIO AS

-¿Se puede permitir muchas vacaciones un top-ten mundial?

-¡No! Menos de las que me esperaba. Jugar en Londres me ha hecho recortarlas. Después de París pensaba que había terminado. Así que me tomé una semana, un poco intranquilo, porque al final tuve que ir al Masters. Y otra ahora.

-¿Qué capricho se va a dar por la excelente temporada que ha realizado?

-¡Como ha sido un gran año, una fiesta en condiciones sí que me he dado! Son días para estar con la familia, con los amigos… somos personas y hay que celebrarlo.

-Puso el broche a un gran año en el Masters. ¿Disfrutó de la experiencia?

-Mucho. Jugar ese torneo es algo único. Tuve la suerte de poder debutar y hacer un gran primer partido, muy cómodo.

-Por ranking, ya es el segundo jugador español. Sólo tiene por delante a Nadal, número uno. ¿El futuro es de Pablo Carreño?

-Futuro y presente. Cuando estás tan arriba es complicado seguir mejorando. Teniendo a un fuera de serie como Rafa delante de ti sólo puedes disfrutar y aprender de él.

-Mejorar. ¿Qué se puede mejorar?

-Con el saque tengo margen, y a nivel mental quiero ser capaz de competir con todo el mundo, salir a los partidos con la confianza de poder ganar a cualquiera.

Pablo Carreño y David Ferrer, embajadores de Peugeot, probaron en el Circuito del Jarama el nuevo 308 GTI de 270 caballos junto a la cantante Edurne y el piloto Carlos Sainz.

-Después de retirarse Arantxa y Conchita, al tenis femenino le ha costado quitarse la losa de la comparación con ellas. ¿Cree que puede pasar algo así en el masculino cuando se vayan Nadal, Ferrer…?

-Pasará seguro. Ellos, Moyá, Ferrero, Corretja… han protagonizado una época increíble. Siendo 15 del mundo, podías pasar desapercibido, sin que nadie supiera de ti. Se valorará cuando se retiren y no se ganen uno o dos Grand Slam por año.

-Se había fijado como objetivo el top-20 y acaba top-10. ¿Dónde estuvo el punto de inflexión?

-Las semifinales de Indian Wells. Tras ellas, en marzo y ya en el top-20, cambiamos el objetivo. Lo pusimos más difícil: el top-15. Pero los resultados se dieron bien y acabo diez. ¡Un año soñado!

-¿El peor momento del año fue la lesión abdominal que sufrió en Roland Garros?

-Fue complicado. En pleno verano, me hizo perderme Wimbledon. Luego tenía dos torneos de tierra batida con cuadros bastante abiertos y tampoco pude jugar. Me vi metido en la gira americana de pista rápida… pero fue bien con las semifinales en el US Open. Lo malo es que otra vez me volví a lesionar en un dedo y estuve tres semanas sin poder entrenar a tope. A partir de ahí me costó recuperar el nivel, acentuado por la presión de jugarme el Masters.

"El objetivo era el top-20 y acabo 10; ¡es el año soñado!"

-¿La presión pesa mucho?

-Sí, y también es algo que hay que aprender a llevar. El ir de favorito casi cada partido cuesta. Eso es algo que los top dominan a la perfección y que quiero conseguir.

-Porque usted ya sale de favorito…

-Y no lo he llevado mal, excepto los dos últimos meses en los que influyeron otras razones. De cara al futuro espero llevarlo aún mejor.

-¿Le miran de otra forma en el vestuario? ¿Siente más respeto?

-Sí que se nota. La gente habla más de ti, hay jugadores que ya entran a la pista sabiendo que tienen que hacer las cosas muy bien para ganarte. Es una imagen que vas creando con mucha dificultad, pero que es muy fácil de destruir. El reto es mantenerla.

-Cuando uno ya ha hecho semifinales en un Grand Slam (US Open) y cuartos en otro (Roland Garros), ¿se ve con posibilidades reales de atacar ya el título en un grande?

-Siempre que vas a un torneo piensas en ganarlo. A por todas. Las semifinales ya fueron un paso muy grande. Ganar un Grand Slam todavía va a ser difícil… pero voy a seguir intentándolo.

-¿Se acuerda ahora de esa lesión del 2012, de esa hernia discal que estuvo a punto de retirarle? En 2013 ya estuvo en el Masters, para recoger el trofeo al jugador con mejor progresión. Ese año comenzó 757 del mundo y subió al 64. Tuvo que jugar 29 torneos, la mayoría en Futures (40 partidos) y Challengers (44) y pasar por previas en la ATP. ¿Cómo recuerda aquello?

-Me acuerdo de todo. De la cama, del postoperatorio, de las horas de recuperación en el gimnasio y el fisio… Son experiencias límite que curten y que te hace salir a por todas, con el deseo de aprovechar cada oportunidad por si no hay otra.

-Samuel López y César Fábregas son sus técnicos. De la Academia Equelite de Juan Carlos Ferrero. ¿Él también está muy presente en el día a día?

-¡Siempre ha sido mi ídolo! Me apasioné por el tenis por él. Tenerlo al lado es una ayuda. Ha vivido todo. Formamos un gran equipo.

-Constrúyame su jugador ideal…

-La cabeza y el espíritu de lucha de Nadal. De Federer, el saque y el revés cortado…

-La Davis pinta bien este año…

-Sí, porque comenzamos en casa (Marbella). Pero ojo que Gran Bretaña tiene un equipo poderoso con Andy Murray. Ojalá podamos contar con los mejores… y conmigo, que me hace mucha ilusión.