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ROLAND GARROS

Wawrinka derriba a Murray y jugará su segunda final en París

El suizo, campeón en 2015, se impuso al número uno del mundo en un partidazo que duró cuatro horas y 34 minutos y se enfrentará a Nadal el domingo.

París
Wawrinka derriba a Murray y jugará su segunda final en París
CHRISTOPHE SIMONAFP

Stan Wawrinka y Andy Murray regalaron al público de Roland Garros un partidazo de tenis a la antigua, con largos intercambios, dejadas, globos, remates contestados, carreras hacia todos los lados, cinco sets, dos tie-breaks y más de cuatro horas de juego. En ese revoltijo de diversión se impuso el suizo, que jugará por segunda vez la final en París, después de proclamarse campeón en 2015: 6-7 (6), 6-3, 5-7, 7-6 (3) y 6-2. Ojo con Wawrinka, que cuando llega a un partido por el título lo gana. Nunca se ha quedado con el consuelo de ser finalista. Además del citado triunfo sobre la arcilla francesa, en 2014 ganó en Australia y en 2016, en el US Open. A Grand Slam por año desde hace cuatro. Ahora le queda Nadal.

Es posible que hayamos visto el mejor partido de Murray en 2017, pero no ha sido suficiente para derribar a un Wawrinka muy sólido durante todo el torneo que este viernes se ha crecido ante la adversidad (87 golpes ganadores) y ha sido capaz de sobreponerse a sus propios errores (77). Espoleado por un público que le fue favorable, dejó escapar el primer set por culpa de una doble-falta que le lastró en el tie-break. En el segundo se rehízo y con un par de roturas al servicio del escocés se lo apuntó cómodamente. En el tercero le faltó contundencia para culminar varios remates y dejó que Murray se viniera arriba con algunos puntos meritorios.

Pero la clave estuvo en el temple que sacó Wawrinka en la cuarta manga, la única sin un solo break. Con algunos golpes memorables, el número tres del mundo alcanzó una muerte súbita en la que fue mejor ante un Murray malencarado y molesto con todo, con la gente, con los recogepelotas, con el empedrado... El séptimo juego, largo, había sido clave, con Stanimal salvando la rotura. Con mucha moral afrontó un último set en el que barrió a líder del ránking y culminó con un revesazo a una mano para convertirse en el jugador más viejo que alcanza una final de Roland Garros, con 32 años y 75 días, desde que lo hiciera Niki Pilic en 1973 con 33. A Murray quizá le pesó la falta de partidos en tierra (lo dijo en rueda de prensa), las casi 14 horas que llevaba en pista antes del partido....