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MASTERS 1.000 ROMA

Nadal cae pero está más cerca de Djokovic antes de París

Pierde por 7-5 y 7-6 (4) , pero fue 4-2 en la 1ª manga y no materializó cinco bolas de set en la 2ª. Roland Garros asoma con algo más de esperanza. El serbio jugará contra Nishikori.

Nadal, al servicio.
Nadal, al servicio. ALESSANDRO BIANCHIREUTERS

Al fin, el drama es un vicio o un virus del sistema. Simplemente, el revés de Djokovic lamina a palo limpio el 'drive' cruzado de Nadal: justo donde arranca el sistema o método de Rafa. Ese es el kilómetro cero o atasco del que Nadal no es capaz de emerger y es fuente o nacimiento de lo casi increíble: Djokovic ha ganado a Nadal once de los últimos doce cruces, los últimos siete en fila... y 15 sets consecutivos: Rafa no arrebata un set a Novak desde la final de Roland Garros en 2014. Al margen, pero no lo menos importante, esta victoria número 26 de Djokovic sobre Nadal, en los cuartos de los Internacionales de Italia (7-5, 7-6 (4), en dos horas y 25 minutos), define a Rafa como número cinco para el sorteo de Roland Garros, justo en una semana más en el Bosque de Bolonia. Eso quiere decir que Nadal tiene ahora el 25% de probabilidades de toparse con su pesadilla Djokovic en Paris... justo en la misma ronda donde Rafa ha vuelto a inclinarse ahora en el Foro Itálico.

A 21 grados en el Campo Centrale del Foro Itálico (repleto con 10.000 espectadores), la importancia de la cita quedaba definida por la infrecuente presencia, al alimón, de Boris Becker y Marian Vajda en el palco de técnicos del número uno. Tanto peso mental de la cuestión, más el viento parecieron agobiar a Djokovic, que había recibido un extraño 0-6 ante Bellucci en la noche del jueves. Así que Djokovic invadía la pista, como suele... pero sin precisión: y con apoyos inestables.

Era un Djokovic contra Nadal y contra él mismo. Enfrente, Nadal demarró a todo ritmo: como un desesperado o un hombre en una misión especial. Enfebrecido, Rafa castigaba con rabia el flanco de la derecha de Djokovic y le impedía gobernar la pista con el revés: es lo que Rafa debería hacer siempre, pero que, al mismo tiempo, le saca de su sistema habitual. Con Djokovic escurriéndose bajo la mirada desesperada de Nadal, Rafa abrió brecha para 4-2, tras firmar una serie de 12 puntos sobre 15.

Competitivo hasta el límite y pleno de energía emocional, Nadal se plantó en 4-2... y 0/30. Pero justo ahí (tras una discusión en la que llegó a tocar al árbitro Bernardes, algo severamente prohibido) empezó a funcionar el revés de Djokovic, plano y machacante como un rodillo. Con ese motor fuera borda a todo trapo, Novak navegó en un santiamén hasta el 5-4. Recuperada la sonrisa lupina, el larguísimo peloteo plano de Djokovic era una oleada que sumergía a Nadal contra las vallas. Novak recuperó el resto asesino (Nadal, once puntos con segundos saques, por más que concretara un 82% de primeros en pista) y caminó sobre las aguas de un 3-0: mientras se animaba con gestos calcados a los de Jimmy Connors.

El amo de la ATP conectó una derecha paralela y ganadora a... 155 km/h. Y también rompió cuerdas: entre rachas de viento que descienden del Capitolio. Al cuarto punto de set, Novak atrapó la primera manga en un punto casi inconcebible de defensa, reflejos y elasticidad: 7-5 en 72 minutos. Djokovic brincaba en éxtasis. Cualquiera pudo apreciar que con cruel inevitabilidad, el viento del Capitolio ya soplaba contra la proa de Nadal.

Así, vino distensión de Djokovic en la salida de la segunda manga: el segundo 'break' a favor de Nadal puso al serbio en una minicrisis de desesperación que le costó un 'warning' de Carlos Bernardes por destrozar la raqueta a conciencia.

Con 2-1, Nadal reclamó asistencia de los fisioterapeutas del torneo: en apariencia, porque la tensión en los vendajes del pie izquierdo anulaba la sensibilidad en el empeine de Rafa. Pero Nadal resistió: 4-2, 5-3... y cinco puntos de set con 5-4 y servicio, que Djokovic anuló de todas las maneras posibles: con el resto, con bolas en botes extraños sobre las líneas... Nadal mantuvo la bravura, pero, pese a maravillas de equilibrio sobre la red, sus opciones en un 'tiebreak' ante el Djokovic de hoy resultan bastante limitadas. Inevitabilidad: Djokovic se medirá en su semifinal de este sábado con Nishikori (batió a Thiem por 6-3, 7-5)... cuando la sombra roja de Roland Garros se agiganta a una semana vista. París vale un mundo. O, para Djokovic, quizá más.