Nadal-Murray en semifinales: revancha de la final 2015
Tras apartar a Joao Sousa (6-0, 4-6 y 6-3) en un partido pasado por agua que obligó a cubrir la Caja Mágica jugará el sábado a las 13:00 con el escocés.
Tras apartar a Joao Sousa (6-0, 4-6 y 6-3) y Tomas Berdych (6-3 y 6-2 para Murray), en un mediodía y una sobremesa pasados por agua, Rafa Nadal y Andy Murray reeditarán en su semifinal de este sábado (a las 13:00 horas, La1) la final del Madrid Open que les enfrentó en 2015. En esa final, Murray firmó su primer título en Madrid, y también su único triunfo (hasta hoy) sobre Nadal en tierra batida al prevalecer por un contundente 6-3 y 6-2. Cara a cara, Nadal manda por 17-6 y viene de derrotar a Murray en la semifinal del Masters de Montecarlo.
A mediodía, Murray dominó a Berdych con puño de hierro y bajo una cubierta cerrada. A primera hora de la tarde, a 16 grados, 77% de humedad y ya con el techo descorrido (en posición 'semiabierta', cabría decir), Nadal galopó de estampida sobre Sousa con un parcial de apertura de... 7-0. Pero...
La tierra rojiza del Estadio Manolo Santana seguía pesada: densa y húmeda, de color ocre desteñido en corinto. Pero nada de eso evitó que Rafa despachara el set inicial en 27 minutos, con un apabullante 26-10 en puntos ganados. Más revelador aún, el servicio de Nadal volaba a medias de 183 km/h en primeros saques... y de 159 km/h en segundos, cota muy alta tratándose de Nadal: actualmente, más alta que la velocidad media del segundo servicio de Sousa: 156 km/h. En el primer set, el portugués de Guimaraes (residente en Sant Cugat del Vallés) solo ganó dos puntos con segundos servicios: 2/7.
Tras la estampida arrolladora de siete juegos seguidos para Nadal, Sousa (que suele entrenarse a menudo con Rafa) logró finalmente el 1-1 en la segunda manga, entre la ovación del público que poblaba unas tribunas empapadas de humead. Y venía más agua. Chaparrones, concretamente.
Con 3-2 para Nadal empezaron a caer gotitas sobre la tierra color corinto... y con las líneas ya como resbaladizos medallones de marfil, la lluvia arreció. Con los paraguas afuera empezó a cerrarse la cubierta retráctil. Sousa protestó ("las líneas patinan") y el árbitro, Lahyani, intentó contemporizar, mientras Thomas Kallberg, supervisor de la ATP, certificaba las operaciones.
Se produjo un parón de once minutos hasta que Sousa, cada vez más rápido y crecido, pudo continuar al servicio, ya con el techo cerrado... y la pista pastosa. La velocidad del segundo saque de Nadal descendió hasta 151 km/h, el lusitano de Sant Cugat resistió con su servicio: y se embolsó el set con 6-4 (solo siete errores no forzados), al ganar 17 de los 24 puntos finales de la manga, mientras Nadal no había concretado ni una de sus tres ocasiones favorables de rotura: y eso, entre espesos resoplidos del enjoyado Cristiano Ronaldo dos Santos. "Tenemos un problema y la pista se ha puesto un poco más pesada, con lo que los golpes de Rafa han ido dejando de hacer daño y han perdido intensidad", asumía ahí Toni Nadal.