“En Estados Unidos representar a tu país es lo máximo posible”

—¿Cómo valora desde la Dirección Técnica de la Federación de EE UU (USTA) la situación creada con la inevitable permanencia de España en la segunda categoría de la Davis, al menos hasta 2017?

—Primero, pienso que el equipo que España llevó a Rusia... quizá solo habría perdido esa eliminatoria de Vladivostok sobre un total de diez que hubiesen jugado. Más allá, yo veo un problema estructural, de ciclos: España lleva 10/15 años jugando con una camada de jugadores que no es fácil de sostener y que ha causado impacto en el tenis mundial. Hubo un momento en el que en cada eliminatoria, España podía disponer como de tres equipos capaces. No sé si eso puede continuar. Después, obviamente, el tenis en sí ha cambiado bastante. Desde mis buenos tiempos, como tres décadas atrás, es tremendo, casi otro mundo. Toca ajustarse a cada situación e ir sacando sus ventajas.

—¿Qué hacemos entonces con la Copa Davis?

—Los calendarios se han apretado, esto es evidente, y los jugadores top buscan luchar por estar entre los diez, cinco o tres primeros del mundo, que es lo que verdaderamente les interesa. Terminan agotados. Este es un fallo estructural contra el que no veo otra solución que sentarse y hablar. No cabe culpar a nadie ni señalar con el dedo, solo dialogar.

—¿Qué ambiente se percibe en EE UU sobre toda esta situación?

—Nada ha sido fácil porque aquí, en la Federación de EE UU, hemos pasado por una época en la que no había nada, no teníamos jugadores... ahora, después de seis años, han empezado a salir chicos jóvenes, como parece que apunta en España ese chico nuevo, Munar. La idea aquí es que representar a este país, tu país, es lo máximo. Así pienso yo también. Está claro que el tenis no es lo mismo que hace 20 años pero la Copa Davis es la única competición nacional por equipos que hay en el tenis. Es una experiencia buenísima para los chicos jóvenes que van llegando. Todos, jugadores, ATP y federaciones, han de sentarse y hablar para revitalizar y revivir la Davis.

—Usted asesoró a Roger Federer durante una etapa. ¿Cómo valora la situación de Rafa Nadal en estos momentos?

—Lo último de todo lo que yo diría es que Rafa Nadal está acabado. Muchas veces ha estado en situaciones parecidas y siempre ha salido de ellas. Pero no ha venido jugando bien y veo un problema de confianza. Ahora, él debe tomar nota de todas las nuevas situaciones en mentalidad, preparación física, entrenamientos... y sacar ventaja de ellas, como siempre hizo. Leo las críticas a Toni. Es una situación especial, donde hay muchas cosas importantes. Sí han de saber que la gente mejora en todas partes y sabe tomar sus ventajas de cada situación.

—¿Está convencido, entonces, de que Nadal terminará regresando al mejor nivel?

—Mire... yo también pasé mis épocas difíciles allí en España (Higueras defendió a España en la Davis durante ocho años, con 21 victorias en total)... y todo esto de ahora es muy español. Leo periódicos, como digo. A mí me da tristeza. Todo se acaba en esta vida, claro, pero aquí, en general y en el trato, está pasando un poco lo mismo que con Casillas. Los referentes que han sido Nadal, Casillas, Xavi... en esta etapa, pues no es posible encontrar otros mejores. Lo digo desde la perspectiva. Siempre he pensado que había que tener el máximo respeto por esta clase de deportistas y ahora no voy a cambiar de opinión.

—Usted, Pepe, venía a España para ver torear a José Tomás y también eso ya es algo cada vez menos frecuente...

—Yo pasaba por Barcelona en los veranos y allí vi a José Tomás no despegar los pies de la arena en ningún momento durante la lidia de dos toros. Es un fenómeno que me dejó impresionado. Me ha hecho leer libros, qué sé yo... no he visto nada igual en mi vida. Iría otra vez al mismo sitio si fuera a ver lo mismo. No sé si se verá.