"No existen diferencias entre dirigir a hombres o mujeres”

La elección de Gala León como capitana de la Davis ha causado sorpresa y controversia. La madrileña será pionera al frente de una Selección española masculina, pero el caso inverso sí es frecuente: once hombres gestionan actualmente equipos nacionales femeninos, algunos tan exitosos como el de waterpolo (Miki Oca), actual campeón mundial y europeo; el de baloncesto (Lucas Mondelo), vigente oro continental; o el de balonmano (Jorge Dueñas), bronce olímpico. Muchos coinciden: “No existen diferencias entre dirigir a hombres o mujeres”.

Jorge Dueñas, que antes entrenó al Arrate en la Asobal, tiene la doble experiencia: “Cuando dirijo a un jugador o a un grupo, no hago diferencias sobre su condición sexual. Son jugadores, personas que se merecen un respeto”.

De igual opinión es Pascual Saorín (voleibol): “La relación está muy normalizada: ellas saben que lo que queremos es ganar, mejorar el juego, ser competitivas... No veo diferencias entre llevar a hombres o a mujeres”.

Alberto Mazón lleva 30 años como técnico, pero solo en los cuatro últimos ha dirigido a la Selección femenina de hockey sobre patines, actual oro europeo y plata mundial. “Cuando Carlos Feriche me preguntó que si quería entrenar a las chicas, le confesé que jamás había visto un partido femenino. Y me dijo que eso era lo que buscaba. Por ello creo que Gala León no tendrá ningún problema”.

Uno de esos “problemas” que apuntó Toni Nadal se refería a la presencia en el vestuario masculino de un mujer. Gala León replicó con gracia: “Me voy a controlar. Llamaré a la puerta y ya está”. ¿Cómo resuelven este asunto los seleccionadores masculinos? Cada uno a su manera. Mazón: “Sale la fisioterapeuta y me avisa”. Saorín: “Si es algo urgente, lo hablo con la capitana y nos damos cinco o diez minutos”. Dueñas: “Hablo con la delegada para elegir el momento”. Mondelo: “Normalmente llamo, aunque ellas ya saben que en la charla prepartido y el descanso voy a entrar”.

“Ellas tienen su intimidad y respeto su espacio”, resume Ramontxu González Arrieta, que empezó a trabajar con mujeres tras casarse con una ciclista: Joane Somarriba.

Todos llevan su labor con naturalidad. “Los tabúes están superados desde hace muchos años en el baloncesto”, apunta Mondelo. Y Dueñas va más allá: “Las jugadoras están acostumbradas porque a lo largo de su desarrollo deportivo por regla general han trabajado más con entrenadores que con entrenadoras”.