Wawrinka, príncipe en Mónaco al ganar a su maestro Federer

Stanislas Wawrinka se sacudió la influencia del maestro, el peso de 17 ‘grandes’, y pudo con Roger Federer en la final de Montecarlo: 4-6, 7-6 (3) y 6-2. El último ganador en Australia confirmó que su destello no fue efímero y que con sus buenas prestaciones sobre tierra batida puede dar guerra en la campaña europea de tierra, en la que el año pasado ya alcanzó la final del Madrid Open. "He demostrado que puedo ganar a los mejores", advirtió luego.

El título sirve además a Wawrinka para estrenar su palmarés en la categoría de los Masters 1.000, en la que había disputado ya las finales de Roma 2008 y Madrid 2013, y mantener el número tres mundial, que hubiera cedido de haber caído con Federer, a quien se le sigue resistiendo Montecarlo, que no ha ganado nunca tras cuatro finales.

En una final de viejos conocidos –ambos ganaron el oro en dobles en Pekín 2008 e incluso calentaron juntos antes de la final-, el ascendente de quien fue número uno suizo hasta hace poco pesó de inicio. Wawrinka no aprovechó la bola de break de la que dispuso en el tercer juego y dejó que Roger, que con 32 años y a punto de ser padre otra vez sigue encomiable aspirando a todo, le hiciera un break para 3-2 que mantuvo hasta el final.

En el segundo, Stan por fin se soltó. Estuvo más solvente con su servicio y un mini-break en la muerte súbita decidió el set. Se le abrió la puerta a la victoria y decidió franquearla. Se marchó hasta el 4-0 y al final cerró con 6-2. Y con un abrazo sentido con el maestro, sobre el que consiguió la segunda victoria de su carrera en 15 enfrentamientos. Wawrinka está ahí. Sigue ahí. Otro candidato para ponérselo difícil a Rafa Nadal en Roland Garros.