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Abierto de Australia

El calor sofocante de 43 grados detuvo la jornada del torneo

La organización del torneo decidió implementar la llamada Política de Temperaturas Extremas. El primer efecto fue la suspensión de varios partidos en las pistas exteriores

Actualizado a
Una joven se refresca frente a un ventilador intentado luchar contra el calor.
EFE

El diario Herald Sun de Melbourne amaneció con un rabioso sol anaranjado en la portada, con un espectacular ‘44’ como todo titular: 44 grados centígrados era la temperatura máxima que se esperaba para ayer. Hacia las 13:30 horas, ya a 41,5 grados, la organización del Abierto de Australia decidió implementar la llamada Política de Temperaturas Extremas. El primer efecto fue la suspensión de varios partidos en las pistas exteriores hasta las 17:00 horas, excepto los que tuvieron que terminar por hallarse con los sets finales en juego: como en la Pista 2 entre Carla Suárez y la kazaja Galina Voskoboeva. Después de un martirio de tres horas y diez minutos, Suárez prevaleció por 7-6, 3-6 y 8-6.

En las grandes pistas techadas sólo se desplegaron las cubiertas al concluir los turnos iniciales de la jornada, que ya estaban en juego: Sharapova-Knapp en el Rod Laver Arena, y Tsonga (que frió unos huevos)-Bellucci, en el Hisense Arena. “Se han dado las condiciones para aplicar la Política de Temperaturas Extremas, y así se ha hecho”, razonó Craig Tiley, director del torneo. “La realidad es que, salvo estas situaciones extremas, cuando hay calor, todo el mundo preferiría jugar al aire libre: el calor hace que se juegue más rápido y a todo el mundo le gusta jugar rápido. Así jugábamos en mi época, aunque en días con tanto calor, acepto que pueda ser demasiado duro al aire libre”, opinó Boris Becker, ahora director técnico de Novak Djokovic. En definitiva, la punta máxima de la temperatura se frenó en... 43,2 grados. Nada de ‘44’.