Anantapur: el quinto 'grande' de Rafa Nadal

La mueca torcida de Rafa Nadal en Shanghai, donde perdió en octavos contra Melzer, mutó en sonrisa al pisar la India. Allí llegó el viernes y allí, en Anantapur, inauguró ayer una escuela de su Fundación, en colaboración con la de Vicente Ferrer, para hacer más fácil la vida de 150 niños.

En febrero de 2008, en Manacor, el número uno presentó los mimbres de la Fundación que preside su madre Ana María, quien le acompañó en la visita. Una idea que ha cristalizado en la construcción y mantenimiento de una escuela que ofrece apoyo en matemáticas, inglés e informática y que, cómo no, cuenta con tres pistas de tierra batida de tenis.

"Soy consciente de que sólo con mi imagen puedo ayudar a movilizar a mucha gente", ha comentado el número uno y ya ha dado prueba de ello como en el Partido contra la Malaria que organizó con Iker Casillas en 2007 y 2008. Su Fundación es una forma de comprometerse más. "Es un motivo de felicidad contribuir a darles una infancia mejor -explicó sobre el terreno-. Espero que aprovechen esta escuela. Ojalá pueda volver dentro de unos años y ver que los que hoy estudian tienen una nueva vida". El 21 de diciembre disputará también un partido benéfico con Roger Federer, en Zúrich, con el objetivo de obtener dinero para los proyectos de la Fundación del suizo en África.

En Anantapur convivirán niños y niñas de entre 7 y 16 años (ahora hay 120). La mayoría de la casta dalit, los intocables, los más desfavorecidos. Pero también de otras para buscar la integración. Allí recibirán apoyo nutricional y sanitario. "El deporte nos puede ayudar a romper las castas", explicó Anna Ferrer, viuda del ex misionero y continuadora del legado junto a su hijo Moncho, quienes invitaron a la familia Nadal a comer en su casa y luego a visitar otro centro de su su ONG y la Fundación del Barça.

"No pretendemos crear tenistas -comentó Ana María, la madre de Nadal-. Queremos calcar la mentalidad y los ideales de Rafa". Su quinto grande tiene un nombre: Anantapur.